En el Reino Unido, las informaciones en torno a la verdadera
situación del «Tireless», a lo que debe hacerse con el buque y cual es
el papel a jugar por España en este asunto, ocuparon espacios notables
en las páginas de los principales diarios.
Seguramente lo más interesante para nuestro país, una revelación por
lo demás muy preocupante, es la publicada ayer por el diario «The
Guardian». En ella, y refiriéndose a fuentes innominadas del Ministerio
de Defensa británico, el diario asegura que el «Tireless» no sufrió un
«defecto menor», sino una avería grave que colocó su reactor nuclear al
borde la fusión y condujo a la posterior retirada de toda la flota de
submarinos «cazadores» de la Armada británica.
Según este diario, la Armada británica reconoce que la avería no es
menor y que responde a un «error de diseño potecialmente catastrófico»,
ya que afecta a una importantísima conexión de las tuberías en el
sistema de refrigeración del reactor.
Para «The Guardian», «no hay ninguna duda de que la Armada trata el
problema de seguridad de manera extremadamente seria», pero las fuentes
de Defensa consultadas por el diario muestran su preocupación porque no
se tomara ninguna medida después de que la filtración fuera
diagnosticada. «Las grietas -según las fuentes que cita el rotativo- no
pueden estar en peor posición. Es crítica para la seguridad».
REPARACIÓN DIFÍCIL
Aparentemente, el «Tireless» se salvó por poco de un
desastre tipo Chernobyl y, lo que es peor, sus problemas no admiten una
reparación sencilla pues afectan al mismo diseño del reactor nuclear,
para ser más precisos a su sistema de refrigeración.
Las «pequeñas grietas» encontradas en unas tuberías no se solucionan
simplemente con cambiar un par de componentes y este hecho es el que
mantendrá al «Tireless» anclado en Gibraltar hasta por lo menos el
próximo mes de marzo.
La pintoresca justificación aducida por los técnicos del Ministerio
de Defensa británico es que solo entonces se habrá finalizado la
reparación del primero de los submarinos de la clase «Swiftsure» (Rápido
y seguro) retirados de circulación a raíz del incidente del
«Tireless».
Las informaciones disponibles no indican con precisión cuando se
conoció el verdadero alcance de los problemas del buque. Pero diversos
datos permiten deducir que la Marina británica los conocía desde hace
varios meses, a pesar de lo cual el Gobierno inglés ha seguido recitando
la cantinela de que «no hay ningún riesgo».
En primer lugar ha habido tiempo para una revisión de los otros once
submarinos de la clase «Swiftsure». Esto no se hace en dos días, sobre
todo si se tiene en cuenta que la mayor parte de ellos se encontraban en
alta mar. A continuación y según ha aceptado el ministro de Defensa
inglés, se procedió a consultar con los Estados Unidos, en algunos de
cuyos submarinos nucleares se han detectado grietas similares en el
sistema de refrigeración del reactor. Finalmente se procedió a la
retirada de toda la flotilla, un golpe devastador en el sistema
estratégico del Reino Unido.
Si se sigue el tono en las declaraciones y comunicados provenientes
del Ministerio de Defensa, da la impresión de que, aún conociéndose el
alcance de la avería, se ha preferido mantener en la ignorancia tanto a
España como a los gibraltareños. Es posible que en su estado actual el
«Tireless» no represente mayor peligro, pero también que no se esté
contando toda la verdad.
OSCURANTISMO
En este ambiente de confusión y oscurantismo, no es raro que
el «Daily Telegraph» saliera ayer con uno de sus arranques patrioteros y
denunciara la disposición de Tony Blair para que las autoridades
españolas puedan inspeccionar el submarino.
Los gibraltareños y la oposición conservadora protestaron airadamente
ante la posibilidad de «una injerencia española en un asunto de
Gibraltar» y su Gobierno hizo ver que «Madrid no duda de las
informaciones que le facilita el Gobierno de Londres». Es posible que no
haya dudado durante mucho tiempo, pero todo indica que la fe se nos está
acabando, tanto a nuestro Gobierno como al pueblo
llano.