Agencias. París.
Finalmente habrá acuerdo. Después de que la llegada de la
nueva Administración republicana a la Casa Blanca pusiera en peligro
la iniciativa de la OCDE contra los paraísos fiscales, EE UU aceptó
ayer mantener su apoyo a la lucha contra la evasión fiscal. Para
ello, la OCDE ha tenido que renunciar a su intento de pactar la
armonización fiscal.
La iniciativa de la Organización para la Cooperación y el
Desarrollo (OCDE) contra los paraísos fiscales seguirá adelante,
pero el nuevo modelo quedará finalmente muy lejos del original.
El Comité de Asuntos Fiscales de la OCDE alcanzó ayer un
compromiso, suscrito por Estados Unidos, por el que los países
identificados como paraísos fiscales no serán sancionados por su
régimen tributario propiamente dicho, sino por su grado de
cooperación con "la transparencia y el intercambio de información"
con otros países, según fuentes diplomáticas próximas a la reunión.
En junio del año pasado, la OCDE publicó una lista de 35 países o
territorios identificados como paraísos fiscales, entre ellos
Panamá, Andorra, Mónaco, Liechtenstein o Gibraltar, acusados de
atraer capitales mediante una legislación bancaria y fiscal
deliberadamente atractiva para que particulares y empresas puedan
evadir impuestos o blanqueen ingresos obtenidos de forma ilícita.
Estos 35 países corrían el riesgo de verse sometidos a sanciones
a partir del próximo mes de agosto si no habían reformado sus
legislaciones y prácticas bancarias.
Ya no será así. Los países industrializados han decidido aumentar
este plazo hasta finales de noviembre antes de adoptar "medidas
defensivas" cuando observen que alguno de estos países no facilita
información sobre posibles clientes objeto de investigación por
evasión fiscal. En todo caso, las sanciones no entrarían en vigor
hasta abril de 2003.
No obstante, la principal modificación acordada ayer es la propia
definición de paraíso fiscal, que ya no estará ligada a la
estructura de su régimen tributario, sino a su grado de cooperación.
La OCDE renuncia, así, a su intento de pactar una armonización
fiscal internacional, bajo la cual -a su juicio- se eliminarían las
posibilidades de blanqueo y evasión fiscal. Para la OCDE estos
regímenes suponían "prácticas fiscales dañinas".
Eso hasta ayer. El cambio que supone este nuevo acuerdo se
explica por las reticencias expresadas por la nueva Administración
estadounidense a la iniciativa contra los paraísos fiscales.
El pasado 10 de mayo el secretario del Tesoro de EE UU, Paul
O'Neill, expresó su rechazo a la iniciativa de la OCDE por entender
que suponía una injerencia en el derecho de los Estados a decidir su
régimen tributario y la explícita oposición de la Administración
Bush a la armonización fiscal.
Bajo la amenaza de EE UU de abandonar el Foro contra las
Prácticas Fiscales Dañinas, la OCDE ha optado por rebajadar sus
exigencias y las amenazas de sanción.
El cambio es también una buena noticia para España. Junto a los
paraísos fiscales, la OCDE identificó el año pasado 47 regímenes
fiscales preferenciales "potencialmente dañinos" y entre ellos los
incentivos para la ubicación de empresas que afectaban a Navarra y
País Vasco. Con este cambio, ninguno de estos territorios se verá
obligado a modificar su régimen de inventivos.
Publicado en página 29