![]() Domingo 29 octubre 2000 - Nº 1640
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El Gobierno vetó al Consejo de Seguridad Nuclear informar sobre el submarino Tireless I. CEMBRERO / S. FUERTES,
Madrid / Gibraltar
La última decepción la proporcionó el viernes pasado el portavoz del Gobierno, Pío Cabanillas, cuando anunció al término del Consejo de Ministros que esa misma tarde el CSN daría a conocer el informe que ha elaborado tras reunirse el jueves con el capitán de navío británico, Hurford, el máximo experto de la Royal Navy en materia nuclear.
El informe no ha sido distribuido hasta ahora, como tampoco fueron repartidos anteriores documentos elaborados por el CSN a petición del Gobierno. En el Consejo se indica que sólo el destinatario de sus evaluaciones puede divulgarlas. Además, los miembros del Consejo nunca han sido autorizados hasta ahora a dar ruedas de prensa.
El PSOE ha intentado obtener esos papeles. Dos de sus diputados, Salvador de la Encina y Carmen Romero, pidieron en septiembre al Ejecutivo que les entregase el primer gran informe del CSN. En vano. Ni siquiera han conseguido que les suministre las mediciones de radioactividad que el equipo Gobra, una unidad especial de la Armada, efectúa en el Campo de Gibraltar. Se han tenido que conformar con las que efectúa la Junta de Andalucía y que no señalan ningún peligro.
A partir del lunes la oposición socialista pondrá en marcha un mecanismo previsto en el reglamento del Congreso para que un reducido grupo de diputados de la Comisión de Ciencia y Tecnología tenga acceso a ese informe del CSN. "Si el Ejecutivo no tiene nada que esconder, no se entiende este empecinamiento", afirma Manuel Marín, portavoz socialista para la política exterior.
Al margen de sus trabajos más profundos, el Consejo redacta semanalmente un informe sobre la marcha de los preparativos de la reparación del submarino y otro, diario, de vigilancia radiológica. Todos ellos, excepto este último, se elaboran exclusivamente con los datos proporcionados al CSN por la Royal Navy que se dan por buenos.
Desde que el sumergible varado atracó en el Peñón el 19 de mayo, el ministro principal de la colonia, Peter Caruana, se mostró más escéptico con la información suministrada por Londres que los ministros Piqué y su colega de Defensa, Federico Trillo.
Casi el mismo día que el vicepresidente del Gobierno español Mariano Rajoy calificaba de "muy razonables" los argumentos británicos, Caruana declaraba: "El asunto del Tireless (...) pone de relieve que el pueblo de Gibraltar no está dispuesto a depender a ciegas del Ministerio de Defensa del Reino Unido".
Para no estar a ciegas Caruana encargó a principios del verano a tres expertos independientes en seguridad nuclear y al representante de la prestigiosa consultora Ove Arup -Peter Davidson, John Large, Charles Milloy y Alan Martin- un informe sobre la avería y sus posibilidades de arreglo.
El equipo trabajó en condiciones similares a las del CSN español, con datos proporcionados por la Royal Navy, y tuvo lista su evaluación, que restaba importancia al riesgo corrido, el 30 de agosto. Caruana hizo primero públicas sus conclusiones y después todo el documento, que fue "colgado" en páginas web locales.
Cuando la Navy reconoció la semana pasada que la avería era más grave de lo previsto y podía consistir en una fatiga de materiales, el mismo equipo de expertos independientes regresó el domingo al Peñón para actualizar su informe. En esta segunda ocasión visitó el buque, pero no sus partes sensibles próximas al reactor nuclear.
Mientras los miembros del CSN español no salían a la luz para dar explicaciones -mañana está prevista su primera comparecencia pública en cinco meses-, varios de los expertos contratados por el Gobierno gibraltareño se convertían en estrellas de los medios de comunicación del Peñón, a los que daban entrevistas.
John Large, el más conocido de ese grupo técnico, arremetía, por ejemplo, en sus declaraciones contra la Navy porque, decía, "ese tipo de fallos debería haber sido detectado hace tiempo si los programas rutinarios de revisión funcionasen correctamente".
A pesar de haber tomado la iniciativa de pedir el informe, Caruana ha sido criticado por varias asociaciones gibraltareñas, especialmente un grupo de padres, por fiarse de un documento elaborado sin proceder "a un examen del submarino ni de los medios disponibles para su reparación".
La falta de transparencia española sólo es comparable al secretismo de Londres, que tampoco ha difundido los informes de sus expertos militares e incluso civiles. Crece la inquietud en el Campo de Gibraltar por la gravedad de la avería C. ROMAGUERA,
Algeciras
Ante esta situación, miembros de la plataforma antisubmarino anunciaron que "el próximo jueves, a las siete de la tarde, se celebrará una concentración en la localidad de Los Barrios para volver a insistir en la paralización de los trabajos de reparación del submarino".
Miguel Alberto Díaz, secretario comarcal de CC OO y miembro de este colectivo, declaró: "Si el Reino Unido ha engañado a sus propios ciudadanos con las vacas locas, está claro que en el asunto del Tireless nunca aparecerá la verdad". En la misma línea se pronunciaron algunos alcaldes de la zona. El primer edil algecireño, el andalucista Patricio González, señaló: "La información va en la línea de lo que estamos diciendo desde hace meses: se están riendo de nosotros y dudo que el submarino se vaya a marchar en marzo, porque después de que se haya anunciado la retirada de una serie de submarinos de su misma clase, no me extrañaría que se quedase como monumento a la impotencia de esta comarca y la indignidad del Gobierno británico". "Está claro que el peligro existe y lo peor es que después de lo demostrado por Aznar con sus bromas de mal gusto ante un problema social como el que aquí se vive, o resuelve esto la UE o lo tenemos que hacer nosotros desde la comarca", manifestó Patricio González.
Desprecio
El alcalde de Algeciras lamentó el desprecio con que se recibió a los alcaldes de la comarca que se desplazaron a Madrid para pedir al Gobierno la retirada del submarino. "En el Ministerio de Asuntos Exteriores nos recibió el celador", se quejó Patricio González, que opina que "la guerra se ha perdido".
Por su parte, el alcalde de La Línea, Juan Carlos Juárez (GIL), insistió en la necesidad de que el Gobierno español ofrezca de una vez por todas información real y fiable a los ciudadanos del Campo de Gibraltar. Sobre la noticia aparecida en el rotativo británico, Juárez declaró: "Lo que se necesita ahora en este asunto es de todo menos alarmismo y pienso por eso que la contrainformación puede ser mala". "Si hay información veraz sobre estos términos, lo tendrán que decir los técnicos", manifestó el alcalde linense.
También fue cauto respecto a la noticia el alcalde de Los Barrios, el socialista Alonso Rojas, que se limitó a valorar la actuación de Aznar: "Es lamentable que no se hiciera siquiera el gesto de pedir el traslado del submarino". EL PAÍS,
Madrid
La comisión de expertos asegura que su principal preocupación era la seguridad constante del combustible en la vasija de presión del reactor como consecuencia de un fallo en la planta de éste, un impacto grave recibido por el submarino o algún hecho externo, como, por ejemplo, un terremoto, cosa que consideran poco probable, pero, pese a ello, recomiendan que se limite el uso de grúas móviles cerca del submarino, cosa que han aceptado los británicos.
La comisión formada por expertos revisó los trabajos de soldadura y los procedimientos de examen, y llega a la conclusión de que tienen todas las probabilidades de permitir obtener una soldadura con alto grado de integridad. |
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