Las Danaides

danaides.jpg (18357 bytes)

Las Danaides
Waterhouse

Existía en Chemmis, en la región de Tebas (Egipto) un rey llamado Belus, hijo de Libia y Poseidón. Este se casó con una hija de Nilus, Anquínoe con quien tuvo unos gemelos Egipto y Dánao. Egipto reinó sobre Arabia y Dánao sobre Libia. El primero tuvo 50 hijos y el segundo, 50 hijas.

A la muerte de Belus, ambos, Egipto y Dánao, se disputaron el derecho al trono que había dejado su padre. Egipto, en un gesto conciliatorio, propuso que sus 50 hijos se casaran con las 50 hijas de Dánao. Éste sospechó de que las intenciones de Egipto no eran buenas y fua así como un oráculo le confirmó el temor de que Egipto quería en realidad matarlo a él y a sus 50 hijas llamadas las Danaides. Dánao se preparó para huir de África.

Con la ayuda de Atenea, construyó un barco para él y sus hijas y se dirigió a Grecia y allí, por selección divina se convirtió en rey de Argos. Pero Argos ya tenía un rey, Gelanor, y éste se rió de las pretensiones de Dánao. La gente de Argos se reunió para decidir quién sería su rey. Esa noche, un lobo bajó de las colinas y atacó el ganado que se encontraba pastando cerca de las murallas de la ciudad, el lobo mató al toro guía y esto fue interpretado por los argives como una señal de que Dánao tomaría el trono por la fuerza, de manera que persuadieron a Gelanor para que renunciara pacíficamente.

Existía en el reino de Dánao una ciudad llamada Árgolis, la cual sufría una terrible sequía a causa de un disgusto que tuvo Poseidón con la diosa-río Inacus por haber cedido las tierras en un juicio a Hera. La venganza de Poseidón fue secar los ríos que pasaban por Árgolis. Dánao, viendo el sufrimiento de las gentes de este lugar, pidió a sus hijas que encontraran a Poseidón y por cualquier medio a su alcance, lograran que éste devolviera el agua a los ríos de Árgolis. Una de las danaides, Amimone, mientras cazaba venados en el bosque, despertó a un sátiro sin querer. Éste trató de poseerla, Amimone pidió ayuda a Poseidón quien se les apareció lanzándo su tridente al sátiro, quien esquivándolo huyó del lugar, quedando el tridente clavado en una gran piedra. Viendo la belleza de la muchacha, por supuesto, Poseidón no perdió la oportunidad de acostarse con Amimone, quien estaba muy contenta, pues sería una buena oportunidad para cumplir las instrucciones de su padre. El dios de los mares, escuchando su petición, le pidió al danaida que sacara el tridente de la roca y al ésta hacerlo, salieron tres chorros de agua que formaron las fuentes del río Lerna. Cerca de este lugar nació de Equidna un monstruo de nueve cabezas llamado Hidra, quien finalmente fue matado por Hércules.

Mientras, Egipto envió a sus 50 hijos a Argos y les pidió que no regresaran hasta que Dánao accediera a casarlos con sus hijas. Éstos llegaron a la ciudad y le solicitaron al rey a cumplir con los deseos de Egipto, al negarse, pusieron en sitio a Argos, la cual quedó sin el suministro de agua. Viendo que iban a morir de sed, decidió capitular, prometiendo que sus hijas se casarían con ellos una vez que levantaran el sitio a la ciudad.

Se arregló un matrimonio colectivo, el propio Dánao formó las parejas tomando en cuenta el rango de las madres (no siempre eran las mismas), la similitud de los nombres, etc.

Durante la fiesta, Dánao entregó a cada una de sus hijas un alfiler que deberían llevar escondido entre sus cabellos para que con ellos perforaran durante la noche de bodas el corazón de sus esposos. Así lo hicieron todas, menos una, Hipermnestra, quien por consejo de Artemis, le pidió a su esposo, Linceo, que huyera. En la mañana, al enterarse Dánao de la desobediencia de su hija, la envió a un juzgado, pero los jueces la absolvieron.

Las cabezas de los hombres asesinados fueron enterradas en Lerna, y sus cuerpos en las murallas de la ciudad. En el Hades, los Jueces de los Muertos condenaron a las 49 restantes danaides a la eterna tarea de llevar agua en grandes jarras agujereadas.

Linceo posteriormente mató a Dánao y reinó en Argos. Egipto por su parte, al enterarse de la muerte de sus hijos huyó a Ároe, donde finalmente murió.

El hijo de Amimone con Poseidón, Nauplio, se convirtió en un gran navegante.

  Germán Montero Alcalá
Enero 2000
  Ir a la Zona Mitológica     Ir a la Página Inicial