29 de
octubre de 2007

Sr. Director:
Mucho se habla últimamente del calentamiento global y del
cambio climático. Unos lo proclaman como la gran
catástrofe que nos acecha. Otros, como una
alteración cíclica sin importancia. Los
más, nos tenemos que creer lo que nos cuentan sin saber muy
bien a qué atenernos.
Sin caer en lo que algunos llaman el ”ecologismo
coñazo”, creo que somos mayoría los que
entendemos que hay que contaminar menos, cuidar el planeta, buscar
energías renovables... en definitiva, somos muchos los que
hace mucho tiempo que pensamos que debe hacerse lo que de repente
algunos mandatarios han descubierto de sopetón. Y
además no sabemos que lo hacemos por evitar un fin
prematuro, sino simplemente por higiene y sentido común.
Ahora bien, estando convencido de que hay que cuidar el planeta, no
puedo dejar de pensar en algo al respecto del gurú de los
nuevos tiempos. De toda la vida ha habido personajes en la historia que
nos han alertado de peligros y de catástrofes. De toda la
vida éstos han podido ser locos visionarios, profetas o
estafadores. Y de toda la vida ha habido un rasgo para diferenciar a
estos últimos: El hecho de enriquecerse a costa del mensaje
que, por supuesto por el bien de los demás, nos
traían.
¿Nadie se plantea que no es muy coherente traer un mensaje
necesario para la salvación del mundo y cobrar
–además cifras mareantes- por
comunicárnoslo? ¿Nadie desconfía de
alguien que, teniendo una considerable fortuna, no la emplea en
alertarnos y luchar contra la catástrofe que
según él se avecina, sino que antes al contrario,
se aprovecha del anuncio de esa catástrofe para engordar
aún más esa fortuna?
Si cada uno de nosotros cuida de no gastar más recursos de
los necesarios, hace lo que esté en su mano por buscar
alternativas limpias y, en definitiva, se conciencia de mantener limpio
y sostenible el planeta, avanzaremos mucho. Pero que no venga un
vividor a ponerse las botas a nuestra cosa. Si el dinero que el Sr. Al
Gore se ha llevado de su gira por España se dedicara, por
ejemplo, a financiar instalaciones solares, tendríamos menos
CO2 en la atmósfera y un charlatán de feria con
menos millones en la cuenta.
Atentamente,
Gonzalo
García Yangüela.
Agradezco
todo tipo de comentarios, no tienes mas que escribirme:

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