14 de febrero de 2007

Ya está aquí. Sin hacer apenas ruido y sin que a los responsables del invento les interese mucho que nos enteremos, ya tenemos aquí el referéndum sobre la reforma del estatuto.

Todos los partidos con representación, menos uno, piden el sí. Todos los partidos con representación, menos uno, nos aseguran casi cada andaluz necesitamos el nuevo estatuto para poder vivir, siendo todo ventajas si votamos que sí. Pero ninguno entra en el detalle de los porqués.

¿Nadie se escama? ¿A nadie le llama la atención que todos se pongan de acuerdo cuando hasta ahora sólo lo hacían a la hora de aumentarse los sueldos? ¿No será que quien sale ganando con este nuevo estatuto es, una vez más, la impresentable clase política que padecemos, y que a los ciudadanos no nos mejorará nada? ¿A nadie le indigna que nos traten como a borregos, pidiéndonos el sí con abstractas promesas de que esto será el paraíso con el nuevo estatuto?

Podríamos entrar en argumentos de detalle para pedir el NO al estatuto. Porque razones hay, y de sobra. Pero tal y como está montado el circo de la política no se puede. Por eso, me atrevo a invitar a los andaluces a lo que el himno autonómico proclama: Andaluces, levantáos. Ya está bien de que la clase política se aproveche de nosotros. Ya está bien de que siempre ganen ellos y nunca nosotros. Vamos a darles un susto. Vamos a votar NO. Porque se lo merecen.

Andaluces, levantáos, decid NO en libertad. Por nuestra dignidad. Porque no somos borregos, y porque quienes respaldan este estatuto sí nos tratan como tales.

Gonzalo García Yangüela.

 

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