Tras el Domingo de Ramos de 2003, en el que las cofradías en Sevilla se quedaron sin salir en Sevilla (salvo La Paz, que tuvo que refugiarse y volver a su templo sin completar la Estación de Penitencia), el Diario de Sevilla publicó una carta que reclamaba menos apego a lo material por las Hermandades, pretendiendo que lo importante es ver los pasos en la calle y lo demás, puro consumismo. Reproduzco la carta en cuestión y la que remití como contestación y que fue publicada con el título de "Cofradías, Iglesia viva". Advierto que quizá para quien no conozca la Semana Santa de Sevillael asunto no pueda entenderse bien.

 

NI LA ESTRELLA

Que un Domingo de Ramos llueva en Sevilla es un acontecimiento metereológico adverso. Que no salga la Estrella es todo un símbolo de esta sociedad, totalmente guiada por criterios de consumismo en este caso de carácter sacro (bordados, coronas, mantos... riquezas en definitiva). ¿Qué sentido está tomando esta fiesta? ¿Qué sentido le están dando? Pues nada, que sigan las hermandades justificando su existencia en obras sociales y se queden las cofradías sin salir. Se podrá ahorrar en cera para destinar esos dineros a caridad, pero no es ésa la esencia. Que salgan las cofradías de las iglesias, que se moje la gente, que en la calle se celebre la fiesta, que las hermandades sean cofradías. Que la Estrella vuelva a ser La Valiente.


ENRIQUE MACÍA LÓPEZ
María Santísima de la Estrella (Triana)
 

La Estrella y la esencia.

Leo la cara del Sr. Enrique Macía López sobre la esencia de la Semana Santa, denunciando la falta de esta esencia en la no salida de las cofradías del Domingo de Ramos.

Sr. Macía, a todos los que disfrutamos con nuestra Semana Grande nos duele que las cofradías se queden en sus templos, pero creo que la mayoría entendemos que esa decisión, siempre difícil, responde a la responsabilidad de las Juntas de Gobierno de salvaguardar un patrimonio artístico impresionante. Pero así mismo no creo que sea justo interpretar eso como que el sentido de las cofradías se oriente hacia en consumismo, como usted apunta.

No es que las hermandades justifiquen su existencia en obras sociales, es que las hermandades, como iglesia viva que deben ser, tienen una vida que va mas allá de la semana santa, con obras sociales, asistenciales, pastorales y evangelizadoras. Esa es y debe ser su misión principal, adornada cada año, no con la exposición pública de su patrimonio para regocijo de los que las disfrutamos en la calle, aunque se mojen, sino con la realización de la estación de penitencia a la S.I. Catedral, a rendir adoración al Santísimo Sacramento allí expuesto.

Y, para terminar, señalar que la Estrella no es "La Valiente" por salir cuando llueve, como algunos erróneamente creen, sino porque en el año 1932, durante la persecución religiosa de la II República fue la única cofradía que salió a la calle ante las amenazas de las turbas, desafiando a quienes le apedrearon y dispararon, queriendo desterrar todo rastro de religión. Por tanto, espero que nunca jamás necesite la Estrella volver a ganarse ese sobrenombre que por siempre le acompañará, se moje o no.

Atentamente,

Gonzalo García Yangüela

 

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