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La columna de Marcelo Sityá
Recordando Imola 1994 (Final)
Una vez terminada la carrera venia lo más duro que era volver a casa. Para mantener la esperanza viva, evitábamos oír los noticiarios para que no confirmaran lo que presentimos. Aún así nos enteramos del fatal desenlace en Francia. Ayrton Senna moría cerebralmente a las 14:17 del 1º de mayo, y su corazón se detuvo para siempre en el hospital de Bolonia a las 18:40 en una de las mayores tragedias del deporte mundial. |
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Muchas
cosas se asociaron para la muerte de uno de los más admirados y queridos
pilotos de Formula 1 de todos los tiempos; y muchas fueron también las
especulaciones de lo ocurrido, desde error humano, hasta problemas técnicos en
el Williams.
Luego
de la competencia disputada en Aida, Pacífico, Ayrton pidió que se le
realizaran algunas modificaciones a su auto, ya que se encontraba incomodo
dentro de él; el problema principal era que Ayrton estaba acostumbrado a
manejar con un volante más grande, lo que hizo que los nudillos de las manos de
Ayrton tocaran contra la carlinga del cockpit, ya que los diseñadores (en este
caso Adrian Newey) hacen el auto de acuerdo a la aerodinámica y se olvidan que
el auto tiene que ser llevado por un hombre. Había que encontrarle una solución
al problema de las manos de Ayrton, y como la fibra de carbono no se puede
cortar, porque pierde la rigidez; la solución que se encontró fue cortar la
columna de dirección, que es un tubo por donde pasan los cabos con corriente eléctrica
para la caja semi automática, y cambiar una sección de ese tubo por otro de
menor diámetro para poder bajar el volante, ese pedazo de columna cambiado sería
soldado a los dos extremos que quedaron de la columna anterior.
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Hasta aquí todo lucía muy bien, pero cuando Ayrton entro en la sexta vuelta del Gran Premio de San Marino, y cuando se disponía a pasar por la curva de "Tamburello" su Williams no doblo; Ayrton se salió de pista a más de 290 Km./h; él intento frenar su auto, freno |
bruscamente
de 290 a aproximadamente 270 Km./h utilizando los 8 metros que tiene de ancho la
pista (hasta varios años después se podían ver las marcas de la frenada de
Ayrton), lo que hizo que su cuerpo soportara una gran desaceleración; luego venía
una zona de pasto donde prácticamente no se puede frenar, así que Ayrton allí
no pudo hacer nada, y luego venía una banquina que hizo construir el Ingeniero
Nosceto, por pedido de los pilotos, ya que en ese sector un auto nunca se va, y
se tomaba como zona de fuga; sumado a que su auto comenzó a elevarse así que
Ayrton impacto contra el muro de “Tamburello” a unos 250 o 265 Km./h y en un
ángulo de 33 grados con respecto al piso. Pero tuvo la desgracia de que la
rueda delantera que generalmente (en este tipo de impactos) vuela por los aires,
se doblara, y la barra de la parrilla de suspensión actuara como una lanza,
penetrando en el casco de Ayrton, a la altura de la parte superior de la visera
en pleno plástico de la visera (quizás si golpeaba 2 centímetros más arriba
Ayrton no se moría). Así que en los documentos de la muerte de Ayrton, figuran
como causa de su muerte: Fractura de cuello y de la base del cráneo; sumado a
una herida de suma gravedad en su cabeza (la herida por donde penetro la barra
de la parrilla de suspensión) que le provoco Laceración cerebral, o sea que
Ayrton tenía Perdida de masa encefálica.
La ley italiana prevé obligatoriamente la realización de instancias judiciales para establecer las causas de un accidente mortal, y por lo tanto la investigación se inició de inmediato bajo la dirección del fiscal Passarini y en medio de reacciones de enfado del mundo de las carreras automovilísticas. |
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Hubo
juicio, acusando al equipo Williams, especialmente a Frank Williams (dueño del
equipo Williams), Patrick Head (diseñador del auto), Adrian Newey (diseñador
del auto), el belga Roland Bruynseraede (inspector de la FIA Federación
Internacional de Automovilismo), Giorgio Poggi y Federico Bendinelli de la
empresa SAGIS (ambos funcionarios de la empresa administradora del circuito de
Imola) fueron acusado de homicidio culposo e irresponsabilidad criminal en el
accidente de la muerte se Senna. El juez Antonio Costanzo confirmo en su
sentencia las absoluciones a los acusados, afirmando textualmente “el hecho
del cual fueron acusados no existe”.
Para
los apasionados de la Formula 1, la absolución restableció una verdad que, según
ellos, es evidente: las carreras son peligrosas y al piloto brasileño lo mató
la velocidad y no un error humano ajeno. La sentencia dada a conocer por el juez
de Imola era la más temida en el mundo del automovilismo, pero la serenidad ha
sido restituida a los patrones de las escuderías, constructores de automóviles,
organizadores de carreras, jueces de competiciones e incluso a Italia, varias
veces amenazada con la exclusión de la Formula 1 en caso de condena a alguno de
los imputados. El mundo del deporte acusaba a Bernie Ecclestone de ocultar
información respecto a la salud de Senna y dejar que se corriera la carrera. ¿Qué
hubieran hecho ustedes? Piensen en todas las consecuencias posibles y pueden
llegar a sorprenderse con la respuesta final.
El mejor piloto de todos, no tuvo la oportunidad de mostrarse como el más grande de todos los tiempos. Ayrton Senna había muerto, conduciendo el mejor auto de la categoría y corriendo para un equipo que nunca había registrado accidentes fatales en su historial. Decía Patrick Head: “¿Cómo creen que me siento? El mejor de los pilotos se mato en uno de mis autos.” El tiempo de las explicaciones comenzaba…
Afortunadamente
gracias a los hechos relatados anteriormente la seguridad en los Grandes Premios
ha aumentado en forma considerable. También en Imola se pensaba que la
seguridad de los pilotos era la adecuada y que era insuperable. Se pensaba que
era imposible que se dieran casos como al principio de la Formula 1 cuando
fallecía un piloto por día de competición. Por ello hoy también la seguridad
debe mejorar evitando los trazados históricos que ya no reúnen las características
de seguridad. Si las características de los coches han cambiado también lo
deben hacer los circuitos. Y si no se puede cambiar el trazado del circuito, se
va la Formula 1 a otro circuito. Ante todo la vida de los pilotos y de los
espectadores. El espectáculo tiene un precio, pero las vidas humanas tienen un
valor incalculable.
La
Formula 1 disfrutó de 10 años de gracia sin accidentes fatales, y a pesar de
todo el progreso y de todos los millones en juego, poco pudo hacer cuando se
durmió en sus laureles y se regodeó en su propia gloria. Lo único cierto por
ahora es que LA MUERTE DE SENNA NO LA PAGA NADIE. El descuido (por no haber
tenido accidentes fatales en 10 años) salió caro, muy caro, demasiado caro:
tres accidentes gravísimos, un herido leve y dos muertos, demasiado para un
solo fin de semana. Demasiado, auque (como siempre) el circo levanta su carpa,
pone en marcha sus carromatos y se va, con rumbo a otra ciudad a seguir con su
espectáculo, porque (no importa el apellido) el espectáculo (siempre) debe
continuar…
Nos encontramos para la próxima entrega de este espacio. Con una nueva temática que nos encontrará nuevamente para seguir recordando.
Marcelo Sityá (Administración España)
(c) Copyright Administración España.