Balance sobre las Elecciones Legislativas de Octubre de 2005 |
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Después del domingo 23 de
octubre, el Gobierno peronista de Kirchner presentó los resultados de las
elecciones legislativas como un rotundo respaldo a su gestión. Asimismo,
con el apoyo de los medios de prensa el Gobierno se encargó de señalar
la alta concurrencia del electorado, ¿pero esto fue así?
El
Gobierno ha consolidado su poder en la Cámara de Diputados: ahora tiene
122 bancas (sumando a sus aliados) a sólo 7 bancas del quórum propio. En
tanto, en la Cámara de Senadores logró sumar 43 bancas (sumando a sus
aliados), 6 más de las necesarias para lograr el mismo fin que en
Diputados. Por lo tanto se deduce que las leyes que el Gobierno considera
vitales van a ser promulgadas sin inconveniente alguno.
Se terminaron las “trabas” para la política de Kirchner. A
partir de ahora tiene el poder para legislar y ejecutar sin necesidad de
pactos en el Congreso o de la utilización de los decretos de necesidad y
urgencia. De hecho, una de las primeras medidas del Gobierno luego de las
elecciones, fue la de promover la discusión del “pacto social” entre
la CGT y la UIA, para de esta manera poner en caja a los crecientes
conflictos sociales.
Por
otro lado, la estrategia de alianza del Gobierno con los llamados
transversales (partidos y personalidades autodefinidas como
centroizquierdistas) y la
poca capacidad política de los representantes de la derecha (Macri, López
Murphy, Sobisch) ha terminado con la posibilidad de una figura opositora
al Gobierno. De esta manera se va consolidando el partido único de la
burguesía, ya que desde el socialista Binner al peronista De La Sota, o
el ex menemista Maza, entre muchos otros, coinciden con la política que
el gobierno está llevando a cabo y las propuestas que tiene el mismo para
el futuro. Dentro de esta estrategia, podemos ver como el Partido
Peronista está siendo arrastrado a la extinción como partido
tradicional. Ya lo expresó el presidente Kirchner y varios funcionarios
de segunda línea que el Frente Para La Victoria, partido creado por el
gobierno, es una expresión superior a la del Partido Peronista en la
forma tradicional que había existido hasta ahora.
Sin
embargo la victoria del oficialismo no tuvo el sabor que ellos esperaban,
ya que perdieron en tres de los cinco distritos claves del país: Ciudad
Autónoma de Buenos Aires, Provincia de Santa Fe y Provincia de Mendoza.
En tanto en la Provincia de Córdoba triunfaron en alianza con un histórico
del menemismo, devenido recientemente en oficialista. En la Provincia de
Buenos Aires tuvieron un cómodo triunfo con respecto a los demás
partidos. Los números reales
de las elecciones
En las elecciones, que en nuestro país son obligatorias, votó el 71% del total del padrón electoral, lo que indica que la abstención fue del 29%. Este número es superior a la abstención que se dio en las elecciones legislativas de 2001 (26%), en las presidenciales de 1995 (18%) y en las presidenciales de 2003 que consagraron presidente a Kirchner (22%). No sólo esto, sino que la abstención de estas elecciones es sólo superada por las elecciones presidenciales de 1922 cuando la abstención fue del 44,5 %.
También
fue importante el voto negativo (en blanco, nulo o impugnado). A nivel
nacional el porcentaje fue de 9,24% de los votos emitidos, ubicándose en
la cuarta posición detrás de las dos corrientes del peronismo y de la
U.C.R.. Mas allá de no haberse acercado a las cifras de 2001 (21% de los
votos emitidos, que fueron denominados como el voto bronca), el porcentaje
alcanzado en estas elecciones se ubicó por encima de las presidenciales
de 1995 (7,5%), de las presidenciales de 1999 (5%) y si tomamos como
referencia las elecciones presidenciales de 2003 (1,9%), el porcentaje de
votos negativos se quintuplicó.
Por
otro lado, es significativo como votaron los distritos más desarrollados
económicamente: en la Provincia de Buenos Aires la abstención fue del
27,19 % y el voto negativo de 10,14%,
en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires 27,66 % y 4,80%, en la
Provincia de Córdoba 33,25% y 8,60%, en la Provincia de Santa Fe 26,67% y
11,64, en la Provincia de Mendoza 27,08% y 8,99%.
Contrariamente,
los mayores porcentajes de asistentes a votar y los mayores porcentajes de
votos positivos se registraron en las provincias más atrasadas, donde el
caudillismo político sigue en pie: Provincia
de La Rioja y Provincia de La Pampa (mayor concurrencia de votantes) y
Provincia de Chaco, Provincia de Salta y Provincia de
Tucumán (mayor porcentaje de votos positivos).
De
estos datos se desprende que el 35,4% del padrón electoral no fue a votar
o lo hizo negativamente, en tanto que el oficialismo obtuvo el 26,1% del
padrón. Asimismo, ninguna fuerza política de la llamada oposición,
supera el 10% del total del padrón. Estos
números nos indican, entre otras cosas, que se están consolidando dos
grandes partidos dentro del sistema electoral: los que votan
positivamente, y los que no eligen ninguna de las propuestas del sistema.
Esta última opción no fue una expresión de un sector organizado, no fue
una propuesta levantada por grandes partidos, sólo grupos pequeños se
dedicaron a militar el voto negativo o la abstención.
Por lo tanto, se plantea como una tarea a futuro la de encausar en
una nueva herramienta el voto negativo, la abstención e inclusive el voto
a pequeños partidos de la llamada izquierda “real”, muchos de los
cuales fueron el producto de la ausencia de una organización
verdaderamente revolucionaria. La clase trabajadora sigue sin contar con un partido que los represente. Un partido con una doctrina revolucionaria basado en la lucha de clases, un partido que defienda los intereses de los trabajadores y que le discuta el poder a la burguesía.
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