Es una ventaja tener a un maestro en nuestras
practicas que nos regañe por la torpe y descuidada
forma en que estamos tocando, o porque nos estamos sentados
correctamente, o porque colgamos el dedo pulgar, etc.
Pero cuando no tenemos a nadie que lo haga, tenemos que
tomar conciencia en que nosotros somos los únicos que
podemos tomar esa responsabilidad.
Yo tuve la fortuna de contar con buenos
maestros, pero la mayoría de las veces nunca preste mi
mejor atención cuando me sugerían la manera en que debía
tocar, y no fue hasta cuando me di cuenta del defectuoso
sonido que producía que tuve que bajar la velocidad y
empezar a trabajar en serio en la calidad del sonido y
decirme "con razón me decían eso". Es muy difícil aceptar
que cuando puedes sacar un trozo de una partitura en pocos
minutos y lo puedes tocar a su velocidad real en otros
más, lo estés tocando mal. Mi error fue preocuparme más
en aprender a leer partituras y después sacar las más
que pudiera, que en trabajar como debiera una.
La manera de no obtener éstos malos hábitos,
es que cuando estas consciente de que esa es la manera
correcta de actuar, no debes salirte de ella. El salir
de un mal hábito es más difícil que adquirirlo u obtenerlo,
pero si se puede (se debe) trabajar para quitártelo de
encima. El prevenir los malos hábitos desde el principio
te ayuda a progresar mucho más rápido.