Última revisión: 23 de Julio de 2003.

CONTENIDO.

Introducción
Procesos erosivos en la cuenca.
Capacidad de transporte.
Conclusiones.
Bibliografía.


INTRODUCCION.

Los problemas que se presentan en los diseños de estructuras hidráulicas cuando se necesita evaluar de manera confiable los volúmenes de sedimentos que los ríos transportan hasta las obras y que a menudo ocasionan fallas en la operación de bocatomas y presas de embalse, en el control de las inundaciones y en las protecciones de las márgenes, se deben a los siguientes factores:

En los primeros dos casos las cargas totales de transporte de sedimentos que se aplican en el diseño de las obras pueden resultar excesivas o deficientes; en el tercero, el pronóstico hecho con base en la información histórica resulta irreal.

Por las razones expuestas, para lograr un buen diseño de las obras que van a estar sometidas al efecto de los sedimentos es necesario evaluar, además de la información historica existente, la relación que existe entre la cuenca como productora de sedimentos y el río como conductor de los mismos.


CLASIFICACION DE LOS SEDIMENTOS.

La carga total de sedimentos que transporta una corriente natural es la suma de tres componentes que son:

Carga de fondo,
Sedimentos en suspensión,
Sedimentos en saltación.

PROCESOS EROSIVOS EN LA CUENCA.

La cuenca vertiente contribuye con sedimentos a la carga total de una corriente natural de dos maneras:

1. Remoción en masa.

Este fenómeno está asociado con deslizamientos de grandes masas de material sólido  que se han concentrado en sitios inestables. La inestabilidad es causada por factores geotécnicos que tienen que ver con las pendientes de los taludes, el manejo inadecuado del suelo, la tala de árboles y el almacenamiento de agua lluvia en los suelos.

Las masas de material permanecen por algún tiempo en un equilibrio precario en los sitios inestables, pero basta la presencia de un factor detonante para que se produzca el deslizamiento. Este factor detonante puede ser un sismo, un período prolongado de lluvias intensas o la pérdida de soporte en la pata de un talud. 

Cuando el deslizamiento se produce directamente sobre una de las márgenes de una corriente natural el material deslizado se deposita sobre el lecho obstruyendo el paso libre del agua, pero a medida que pasa el tiempo el mismo flujo de agua se encarga de transportar el material hacia aguas abajo, parte como carga de fondo y parte en suspensión. Si los deslizamientos se producen lejos de las corrientes de agua, entonces solamente una parte del material puede llegar a las corrientes por erosión hídrica.

2. Erosión hídrica.

La erosión hídrica se genera cuando las gotas de lluvia que caen sobre un suelo tienen suficiente energía para remover partículas del mismo, dejándolas libres para que puedan ser transportadas por la escorrentía superficial hacia las corrientes de drenaje.

En la actualidad la magnitud de la erosión hídrica se mide por medio de la Pérdida de Suelo. Esta pérdida es un índice medio anual del potencial erosivo de la cuenca; se calcula por medio de fórmulas semiempíricas y se expresa en milímetros por año (mm/año). 

Los estudios semiempíricos que existen sobre el tema consideran que solamente un pequeño porcentaje de la pérdida de suelo llega hasta la corriente de drenaje  y puede entrar a formar parte de la carga en suspensión.

Los factores que actúan en la generación de la pérdida de suelo en una cuenca son los siguientes:

Es el agente que inicia el proceso erosivo. La magnitud de su efecto depende de su distribución temporal y espacial sobre la cuenca; para cuantificarla es indispensable analizar las intensidades de lluvias de corta duración, su frecuencia y el cubrimiento sobre el área de la cuenca.

Las características morfométricas de la zona potencialmente erosionable son el área, la longitud de recorrido de la escorrentía y la pendiente del terreno. 

Es un factor que incluye la textura y la estructura que tiene suelo en el momento de comenzar las lluvias.

Es un factor muy importante en la generación y transporte de la erosión pluvial, especialmente en el período inicial del aguacero. Depende del tipo de cultivo, el sistema de siembra y las prácticas de manejo.

La interacción entre las variables anteriormente mencionadas ha sido estudiada con métodos analíticos, modelos físicos y cuencas prototipo.

De estos estudios han resultado criterios generales aplicables a la determinación de una pérdida media de suelo anual en función de la lluvia media anual y la cobertura vegetal, o fórmulas elaboradas entre las cuales la más conocida es la Fórmula Universal de Pérdida de Suelo, propuesta por Wischmeier & Smith en 1958 con base en experiencias realizadas en los Estados Unidos desde 1917.

Las variables L, S, C y P  pueden estimarse con relativamente buena aproximación utilizando métodos agrológicos, pero las otras dos tienen dificultades porque representan características propias del régimen pluviométrico y del tipo de suelo en el área de estudio en relación con la energía con que las gotas de lluvia llegan al suelo y con la resistencia del suelo al golpe de las gotas. 

Como dentro de una misma cuenca pueden presentarse regímenes diferentes de lluvia, no homogeneidad de los suelos, variaciones en la pendiente, diferencias en cobertura vegetal, etc, se hace necesario dividir la cuenca en subcuencas de acuerdo con las circunstancias, calcular la pérdida de suelo en cada subcuenca y luego hacer el tránsito del sedimento producido hasta el rio. Esto implica que cada subcuenca deberá calibrarse independientemente de las otras.

Sería ideal que antes de aplicar la fórmula a una cuenca determinada se hiciera una calibración con trabajo sobre cuencas prototipo. Sin embargo, estos trabajos tienen limitaciones prácticas tanto por los costos de las instalaciones como por el tiempo de operación que se necesita para llegar a conclusiones adecuadas.

Aún contando con datos experimentales obtenidos en cuencas prototipo, no es recomendable hacer generalizaciones para utilizarlos como característicos de una región porque los factores más importantes como son la lluvia, el suelo y la topografía varían espacialmente, y las cuencas prototipo son de dimensiones muy limitadas.

Debido a las dificultades que se tienen para determinar con buena aproximación las variables que se incluyen en la Fórmula Universal de Pérdida de Suelo, los estimativos que se obtienen cuando se aplica la fórmula representan solamente unos índices que permiten comparar los potenciales erosivos en microcuencas de una misma región.

Para la aplicación de cualquier otra fórmula, similar a la fórmula universal, debe tenerse un cuidado parecido.


CAPACIDAD DE LAS CORRIENTES NATURALES PARA TRANSPORTAR SEDIMENTOS.

Existen dos procedimientos para determinar cual es la capacidad que tienen las corrientes naturales para transportar los sedimentos de fondo y en suspensión. Uno es el método analítico por medio de fórmulas empíricas y otro el de mediciones con aparatos normalizados.

Las fórmulas empíricas permiten calcular las capacidades máximas de transporte si las corrientes tuvieran suficientes sedimentos disponibles. Tienen muchas limitaciones porque por lo general las fórmulas son desarrolladas en condiciones de laboratorio. Desde el punto de vista analítico las fórmulas empíricas para cálculo de carga de fondo han tenido un desarrollo más completo que las de sedimentos en suspensión. Sin embargo, los resultados prácticos siguen siendo inciertos.

Los medidores normalizados de sedimentos en suspensión para realizar aforos sólidos son ampliamente utilizados en el mundo y su confiabilidad es adecuada para obtener información aceptable en estudios hidrométricos. No se ha tenido la misma fortuna con los medidores de carga de fondo y por esta razón es de uso corriente medir solamente los sedimentos en suspensión y asignar a la carga de fondo un porcentaje de lo que se obtuvo en suspensión.

ANALISIS DE LA CARGA EN SUSPENSION.

Aceptando que la carga en suspensión es alimentada por la erosión pluvial en la cuenca, surge la dificultad de estimar qué volumen de sedimentos transporta realmente el rio en suspensión, y qué ocurre con los sedimentos que el rio no acarrea.

La capacidad de un rio para transportar sedimentos en suspensión depende de las fuerzas de sustentación que se generan como componentes verticales de la velocidad del flujo. La magnitud de estas fuerzas de sustentación depende de la magnitud de la velocidad de flujo y, por tanto, del caudal. Mientras la componente vertical que sostiene una particula de sedimento sea mayor que el peso de esta, la particula se mantiene en suspensión; de esta forma, el caudal clasifica las partículas que el rio puede transportar, tanto en tamaño como en número.

Cuando se presenta una creciente la capacidad de transporte del rio aumenta, pero el tranporte real depende de la duración de la escorrentía superficial directa, del área donde se haya producido el aguacero causante de la creciente y de las características del sedimento que alcance a llegar hasta el rio. Esto implica que la carga en suspensión no es función única del caudal sino que depende además de la erosión pluvial en la cuenca.

A medida que el caudal disminuye en el rio también disminuye su capacidad de transporte; esto hace que las partículas que no se pueden sostener en suspensión se sedimenten. Posteriormente, cuando las velocidades se incrementen por aumento del caudal, parte de estos sedimentos serán puestos en estado de saltación temporal y algunos de ellos volverán a formar parte de la carga en suspensión.

Como se aprecia por los anteriores comentarios, la tarea de estimar analíticamente la carga de sedimentos en suspensión con una aproximación razonable no es fácil.

Actualmente, la mejor manera que existe para determinar la carga real en suspensión consiste en la medición de esa carga, utilizando medidores normalizados. Los procedimientos de toma de datos y procesamiento de los mismos tropiezan, sin embargo, con una serie de inconvenentes derivados de las simplificaciones que deben hacerse para que el método resulte práctico.

Dentro de esas simplificaciones está, por ejemplo, la de suponer que existe una relación única entre los caudales líquido y sólido, lo cual es cierto solamente en contadas ocasiones. Los pares de puntos que se obtienen a partir de series de aforos líquidos y sólidos simultáneos presentan siempre una gran dispersión alrededor de las curvas teoricas de ajuste que se calculan por métodos numéricos. Para poder explicar la causa de esa dispersión es necesario tener en cuenta otras variables que se derivan de los procesos erosivos en la cuenca y del regimen de transporte del rio, lo cual implica necesariamente la investigación, punto por punto, de la procedencia de los caudales sólidos medidos.

A pesar de sus deficiencias, el método de medición directa es el más aceptado para estimar la carga en suspensión y para elaborar las curvas de duración del caudal sólido. Desafortunadamente, son pocos los ríos en los cuales se efectúan estas mediciones en forma sistemática.


CONCLUSIONES

Del análisis del tema tratado en el presente trabajo se desprenden las siguientes conclusiones:


  1. ASCE. American Society of Civil Engineers. SEDIMENTATION ENGINEERING. Manuals and Reports on Engineering Practice. No. 54. Vito A. Vanoni (Editor). New York. 1977.
  2. Brunsden, D; Prior, D. (Editors). SLOPE INSTABILITY. Wiley. 1984.
  3. Chang, H. FLUVIAL PROCESSES IN RIVER ENGINEERING. Wiley. 1988.
  4. Derbyshire, E; Gregory, K. GEOMORPHOLOGYCAL PROCESSES. Dawson Westriew Press. Colorado. 1979.
  5. Friedman, G; Sanders, J. PRINCIPLES OF SEDIMENTOLOGY. Wiley. 1978
  6. Garde, P. J. MECHANICS OF SEDIMENT TRANSPORTATION AND ALLUVIAL STREAM PROBLEMS. Wiley. 1977.
  7. Guy, H. FLUVIAL SEDIMENT CONCEPTS. United States Geologycal Survey. 1973.
  8. Guy, H; Norman, V. FIELD METHODS FOR MEASUREMENT OF FLUVIAL SEDIMENTS. United States Geologycal Survey. 1973.
  9. Henderson, F. OPEN CHANNEL FLOW. MacMillan. 1970.
  10. Kirkby, M; Morgan, R. EROSION DE SUELOS. Limusa. 1984.
  11. Leliavsky, S. AN INTRODUCTION TO FLUVIAL HYDRAULICS. Dover. 1966.
  12. Leliavsky, S. RIVER AND CANAL HYDRAULICS. Design Textbooks on Civil Engineering. Vol. 4. Chapman & Hall. 1979.
  13. Leopold, L; Wolman, M. FLUVIAL PROCESSES IN GEOMORPHOLOGY. Dover. 1995.
  14. Morisawa, M. STREAMS: THEIR DYNAMICS AND MORPHOLOGY. McGraw-Hill. 1968.
  15. Porterfield, G. COMPUTATION OF FLUVIAL-SEDIMENT DISCHARGE. United States Geologycal Survey. 1973.
  16. Rattan Lal. SOIL EROSION IN THE TROPICS: PRINCIPLES AND MANAGEMENT. McGraw-Hill. 1990.
  17. Raudkivi, A: LOOSE BOUNDARY HYDRAULICS. Pergamon Press. 1967.
  18. Richards, K. RIVERS: FORM AND PROCESSES IN ALLUVIAL CHANNELS. Methuen. 1982.
  19. Simons, Li & Associates. ENGINEERING ANALYSIS OF FLUVIAL SYSTEMS. Fort Collins, Colorado. USA. 1982.
  20. Suárez, V, L. PRESAS DE CORRECCION DE TORRENTES Y RETENCION DE SEDIMENTOS. Ministerio del Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables. República de Venezuela. 1993.
  21. Wischmeier,W; Smith, D. RAINFALL ENERGY AND ITS RELATIONSHIP TO SOIL LOSS. American Geophysical Union. Transactions Vol. 39. 1958.
  22. Yang, Chih Ted. SEDIMENT TRANSPORT: Theory and Practice. McGraw-Hill. 1996.

Hidráulica Fluvial
Hidrología General