Un miembro
del grupo expedicionario comandado por Diego de Guzmán escribió
un largo informe de las jornadas efectuadas en Sonora. En lo referente
al encuentro con la tribu yaqui señala que:
``Aquellos a quienes habíamos mandado en avanzada volvieron para
decirnos que había indígenas más adelante esperándonos,
entonces decidimos reunir nuestros apeos y, dividiéndonos en vanguardia
y retaguardia, marchamos en dirección a los indios quienes estaban
apostados en un extenso campo de legua y media. Cuando nos vieron llegar
se avalanzaron sobre nosotros enardecidos, pronunciando fieros alaridos
y flexionando sus arcos''.
Según se pone de manifiesto en la crónica, los españoles
intentaron entrevistarse con el dirigente y evitar la batalla . No tuvieron
dificultad alguna para identificar al líder de tan impresionante
adversario:
``Uno de los ancianos se distinguía más
que los otros porque vestía un manto negro con adornos de perlas
incrustadas a manera de escapulario, y se rodeaba por perros, aves y un
venado; así como de otras cosas. Y como si fuera de mañana
y el sol cayera sobre él, resplandecía como plata. Cargaba
sus arcos y sus flechas, pero también un bastón de madera,
muy elaborado y era él quien controlaba a los indios''.
La crónica continúa diciendo que los españoles, muy
impresionados, veían como aquel anciano dibujaba una línea
en el suelo, amenazando de muerte a quien osara cruzarla. Después
de un inútil intercambio de palabras los españoles decidieron
apoderarse de la iniciativa y atacar.
``Entonces dirigimos a ellos nuestro más pesado
cañon y gritamos `Santiago` como si lo disparáramos, para
después correr hacia ellos...''.
Momentos posteriores a la primera batalla entre indígenas y españoles,
estos últimos se jactaban de haber alcanzado la victoria sobre
los nativos sonorenses. En el reporte anónimo aparece escrito:
``Estos indios pelean tan bien y tan enérgicamente como ningún
otro que hayase visto alguna vez desde que estoy en las indias. No he
visto mejores peleadores que ellos''.
Para finalizar, quien escribe la crónica, dice coincidir con sus
compañeros cuando establece que:
``De no haber sido por las condiciones del campo en que peleamos nos hubieran
provocado mas daño, el cual de por sí fue serio, pues hirieron
doce caballos y mataron uno cuando sólo teníamos diez y
siete en total''. fuente www.fisica.uson.mx/Sonora

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