- En una cena en honor de Brahms, en la época en que éste gozaba de una gran fama, el anfitrión propuso brindar por el más célebre de los compositores. El homenajeado, quizás intuyendo cierta socarronería en las palabras del anfitrión, se levantó rapidamente y exlamó: «¡Por Mozart!».
Parece que todos brindaron gustosamente.