Las dos inteligencias

- A pasado de nuevo. Esos cretinos, han vuelto a atacarnos.
- ¿Cuántos fueron esta vez?
- Cerca de veinte. Estaban patrullando la zona de frontera cuando una de sus naves apareció de repente y acabó con todos. Fue cuestión de minutos, nuestros hombres no pudieron hacer nada en parte por la sorpresa y en parte porque no poseemos armas capaces de penetrar la coraza de sus transportes.
- ¡Malditos cobardes!. No se atreven a un enfrentamiento abierto. Y pensar que los tratamos tan bien cuando aparecieron, que no demostraban su ferocidad e instintos destructivos. Hasta nos alegramos con su llegada hace siglos...pensamos en compartir nuestras existencias, ellos allá arriba y nosotros acá, colaborando, uniendo nuestras inteligencias en pos de un intercambio provechoso para ambos. Pero no, se mostraron afectuosos por un tiempo y luego nos comenzaron a atacar y a invadir nuestro medio.
" Nunca enfrentamos algo como esto. En toda nuestra existencia siempre hemos procurado mantenernos al margen de todo tipo de confrontaciones, pero un ataque directo es otra cosa. Habrá que tomar cartas en el asunto.
- Disculpe señor, pero ¿no cree que no tenemos posibilidad alguna?.
- Sé que es difícil enfrentarlos, y mucho mas lo será derrotarlos, pero así como la evolución nos dotó de inteligencia y capacidad de razonamiento, y nos hizo crecer por encima de los demás seres, así tal vez, solo tal vez, esté empujándonos a enfrentarnos a un enemigo que comparte esa capacidad, eligiendo al mas fuerte para ser la especie dominante en el tira y afloja de la selección natural.
- ¿De modo que está dispuesto a enviar a nuestro pueblo a una guerra, que solo podríamos ganar por una suerte de intervención divina, porque lo considera un paso mas en la evolución de las especies?. Con todo respeto señor, pero creo que usted es más inteligente que eso. Considere que nuestra especie, así como la conocemos puede desaparecer en esta confrontación desigual.
- Es cierto, pero qué más se puede hacer. No veo alguna salida pacífica al conflicto. Los de arriba han invadido nuestro territorio, nos han diezmado en estos últimos tiempos, nos capturan y utilizan para vaya Dios a saber que fines. Nosotros no podemos invadirlos a ellos, ni siquiera podemos permanecer en su ambiente por mas que unos minutos. Lo que ellos respiran es un gas venenoso para nosotros y viceversa, pero se las arreglaron para penetrar en nuestro medio el tiempo suficiente como para estudiarlo y sacar provecho de esas incursiones para aniquilar a cada especie. Sus naves son más poderosas que antes, sus armas son más destructivas y de mayor alcance, ya no nos respetan, ni a los demás seres. Es tiempo de actuar, aunque en ello nos vaya la vida y podamos, como usted bien dijo, dejar de existir. Pero que las generaciones que nos sucedan sepan que sus antepasados lucharon por defender su futuro y no se entregaron sumisamente a unos invasores que se disfrazaron con la peor de las máscaras: la amistad.
- Ordenaré todo para la confrontación. Enviaré a las mujeres y los pequeños a los refugios, no vamos a suicidarnos en masa, además alguien deberá contar su historia señor. En caso de no regresar de la batalla, nuestros hijos podrán aprender la lección y tratar de subsistir en lo que quede de nuestro mundo.

***

La enorme nave se acercaba silenciosa, proyectando su sombra sobre las cabezas de la numerosa hueste de guerreros. Avanzaba unos pocos metros, lentamente, como escudriñando lo que había debajo.
El ambiente se había tornado borroso, la tensión creció y aprisionó las mentes de todo el pueblo que se encaminaba hacia una posible destrucción de toda su especie.
De pronto otra nave se aproximó hacia los combatientes desde el extremo opuesto, mucho más pequeña, pero también más veloz. El punto que era hace unos instantes cobraba mayores dimensiones a medida que se aproximaba, pero la nave mayor que le triplicaba en tamaño ya estaba sobre ellos.
El arma de captura ya había hecho sus primeros estragos entre el pueblo que luchaba. Habían atrapado a mas de diez en una sola incursión y ya se preparaba la siguiente. El ambiente se tiño del rojo de la sangre de los caídos al intentar zafarse de las redes. Otros simplemente fueron alcanzados por las armas de largo alcance y a diferencia de los primeros murieron rápidamente, sin resistencia y casi sin dolor. Pero esto no era lo peor, la otra nave ya estaba casi encima, y su poderío sumado al de la nave mayor acabaría con todo intento de resistencia.
En verdad la nave menor estaba muy próxima, pero no intervino contra el bando débil, sino a favor de este. Sus armas eran menos poderosas que las de la nave más grande, pero tan efectivas como estas, sus tripulantes lucharon contra los atacantes, en algunos casos cuerpo a cuerpo, ante la estupefacta mirada de los combatientes. Para ese entonces los guerreros a la voz de su comandante decidieron aprovechar la oportunidad y huir, ya se arreglarían los de arriba entre ellos. Y en verdad se arreglaron entre ellos.
Desde el lado de los de arriba esto fue lo que pasó: la nave se acercó sigilosamente hacia los seres que se movían allá abajo. Eran muchísimos, muchos más de los que hubieran visto antes, así que intentarían capturar a la mayor cantidad posible, ya que eran considerados muy valiosos y conseguirían una fortuna vendiéndolos, ya sea como alimento o para espectáculos de entretenimiento.
Se echaron las redes y se capturaron mas de diez, algunos se escaparon y quedaron mal heridos, otros atacaron y debieron ser aniquilados.
Todo marchaba sobre ruedas hasta que otra nave se les unió y comenzó a soltar a los especímenes atrapados en las redes y a atacar con sus cañones que arrojaban agua con una presión tan fuerte que algunos hombres cayeron fuera de la nave y fueron atacados a mano limpia. Parecía cosa de piratas, como había ocurrido antaño en los mares profundos, pero en estos días ya no era cuestión de riquezas de oro y plata y luchas a puro sable; lo que se defendía era el derecho a la vida libre de las demás especies. Así el pequeño barco de Green Peace hizo frente (una vez mas) al enorme ballenero, delfinero en este caso, que intentaba sacar de su medio a los indefensos mamíferos. Después de eso la nave más grande decidió abandonar la empresa, pero consiguió una decena de buenos ejemplares, no lo que hubiesen esperado, pero tampoco era tan malo. En tanto que los rescatadores se consolaban señalando que habían impedido una matanza mayor, pero cuántas veces no hay alguien para salir en favor de los más débiles. ¿Cuánto tiempo pasará para que aprendamos a comunicarnos con las otras inteligencias del planeta?

 

Gustavo Fuentes

 

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