*AROUND THE HANSON´S LIFE*

*Capitulo 10: La Tormenta*

Esa noche Jill no podía dormir, se sentía muy inquieta, perturbada. Algo le preocupaba pero no sabía qué. Se puso a dar vueltas por su habitación, sintió calor y abrió de par en par las ventanas, un relámpago cruzó el cielo y gruesas gotas de agua comenzaron a caer. La lluvia la reanimó, sacó sus manos para sentir su frescura, sintió deseos de mojarse, salió de su cuarto y bajó corriendo la escalera, de prontó la puerta principal se abrió de golpe…y entonces la vio, Gissa de pie en la entrada la miraba detenidamente, Jill se quedó paralizada, llena de asombro.

- Supongo que tú eres Jill
- ¿Qui, quién eres tú?, ¿como abriste? –preguntó asustada-
- Sólo vine a advertirte una cosa niñita, aléjate de los Hanson, en especial de Taylor, es mio y lo reclamo, si no lo haces… atente a las consecuencias
- ¿Gissa?, ¡Tú eres Gissa! ¿verdad?
- ¡Uy que suspicaz eres! Veo que estas bien enterada
- ¿Qué es lo que estás buscando?,¿qué quieres de Taylor?… eres mala, puedo sentirlo
- No pienso darte explicaciones, ya estás advertida brujita
- ¡No soy una bruja! ¿me oyes?
- Jajajajaja… claro que lo eres pero no quieres admitirlo… pobrecita, además eres una bruja buena ¡qué flojera! Jajajaja
- No lo soy…déjame en paz… ¡vete!
- Hazme caso… no te metas conmigo

Un nuevo rayo iluminó la estancia y junto con el relámpago Gissa desapareció ante la incrédula mirada de Jill quién se puso muy nerviosa, no sabía qué hacer, pues por lo visto Gissa no era una chica normal y ella lo presentía, por fin decidió ir a buscar a Taylor y contarle lo que pasaba, no le importó la hora, ni la tormenta, salió corriendo hacia la casa Hanson.

Cuando llegó, comenzó a llamar a gritos a Taylor, mientras que lanzaba piedras a las ventanas para ver si lograba dar con la de él, sin embargo el ruido de la lluvia era demasiado intenso, estaba a punto de irse cuando vio que una de las ventanas se abría y pudo vislumbrar a Tay en ella.

- ¿Jill?, ¿Qué pasa?, ¿te sucede algo?
- Ven, tengo algo urgente que decirte –le gritó ella-
- Shhhh, no grites, mis papás estan dormidos… ahora bajo –en unos segundos estuvo con ella- Cielos, estás empapada, pasate, ¿estás loca?… ¿cómo se te ocurrió venir hasta acá a esta hora y con este tiempo? –hablaban casi en susurros-
- Tenía que, que, de- decirte, prevenirte de… corres peligro tu y Isaac –le dijo ella tiritando de frío-
- ¿De qué estás hablando?… mírate… vas a enfermarte, ven acompáñame a mi cuarto, voy a prestarte una playera o algo para que te cambies

Subieron a la habitación y una vez ahí Taylor le prestó una toalla y una camisa, ella entró al baño para cambiarse, cuando salió Tay la invitó con un gesto a sentarse en su cama, junto a él

- Ahora sí, díme con más calma que te pasa – en eso Taylor sintió la mirada picara de Jill, y cuando él volteo a verla, ella se sonrojó- ¿Qué? –preguntó Tay un tanto divertido-
- Estas… en ropa interior –le dijo ella ruborizada y con una risita nerviosa
- ¡Oh!, es cierto… disculpa… yo acostumbro dormir en boxers y por la prisa de abrirte me olvidé de ponerme algo más encima… pero no sé de que te quejas, tú también te ves muy sexy nada más con mi camisa puesta
- Oye, esta no fue mi idea, yo me hubiese quedado con mi ropa pero tu insististe en…
- Con eso puesto te iba a dar pulmonía, además no voy a dejar que te vayas hasta que la lluvia haya pasado
- Pues entonces voy a tener que quedarme un buen rato, eso ya es un diluvio
- Sí es raro, que yo recuerde hace mucho que no llovía así, por lo menos aquí en Tulsa… oye ¿que es eso?, ¿es un tatuaje?, nunca te lo había visto –le dijo tomandole la mano, ella la retiró un poco incómoda-
- No es nada… nada… sólo es algo que guarda parte de mi origen, no me gusta que nadie lo vea, por eso siempre lo cubro con una pulsera
- Ah!, pues como quieras… a mi lo que menos me importa es tu misterioso pasado
- Gracias Taylor
- ¿Por qué? –preguntó extrañado-
- Por ser mi amigo y tan lindo, creo que nunca nadie se había portado así de bien conmigo –Y Jill sintió que sus ojos se empañaron, instintivamente Taylor la abrazó fuertemente-
- Vamos Jill, eres una chica única y de verdad me siento muy afortunado de haberte conocido
- Te quiero mucho Tay, y no deseo que te suceda nada malo, por eso no me importa lo que me pase después, pero tengo que advertirte sobre…

Repentinamente la puerta se abrió violentamente, ellos asustados dejaron de abrazarse… ¡era Diana!

- ¿Que está pasando aquí Taylor? –preguntó muy enojada-
- ¡Mamá!… bueno… e… ella es Jill y vino porque…
- No puedo creerlo, ¿así es como te hemos educado?, ¿para que estés metiendo jovencitas a tu habitación en la madrugada?
- ¡No!, por Dios, no es lo que estás pensando
- Taylor, por favor, yo no me chupo el dedo, qué más van a estar haciendo los dos a medio vestir ¿he?, ¿platicar? y si no me equivoco esa camisa es tuya ¿o no?
- Sí, pero déjame explicarte, lo que pasó…
- ¿Y tú niña?, ¿crees que está bien lo que haces?
- Pero señora yo solo quería ver a su hijo para…
- Sí, a estas horas, me imagino para qué… vístete y vete… ah! Y quiero que te mantengas lejos de mi hijo –Jill bajó la cabeza avargonzada, entró al baño donde tenía su ropa-
- No mamá, no la corras así… no tienes derecho a…
- Tú callate, esto que has hecho es muy grave, no respetas ni tu propia casa
- Ya me voy, lo siento Tay, no quería meterte en problemas… sólo quiero que sepas que debes cuidarte de Gissa
- ¿De Gissa?, ¿por qué?
- ¡Bueno, basta ya!, ¡acaba de irte!

Y Jill salió de casa muy apenada, en eso escuchó que le hablaban, era Zac, quién con el relajo que se armó se había despertado

- ¡Zac!, metete, si tu madre me ve ahora contigo… olvidalo, no quiero ni pensar en lo que puede pasar
- Espera Jill, dime lo que ibas a contarle a mi hermano… por favor… es sobre Gissa ¿verdad?
- ¿Como lo sabes?, ay Zac, te juro que yo nada más quiero ayudarlo, pero en lugar de eso siempre termino empeorandolo todo…
- Hoy tuve el disgusto de conocer a la tal Gissa y no me dio buena espina
- A mi tampoco… ella estuvo en mi casa, no sé como se enteró de mi, me amenazó si no me alejo… me dio miedo, tiene un aura negra, es raro pero… no te vayas a reir… creo que no es terrenal… ella desapareció ante mis ojos… ¿tú crees en estas cosas?
- No, la verdad no –dijo dudando- pero estoy de acuerdo contigo en que hay algo muy extraño en ella, Jill, tienes que ayudarme, esa víbora está jugando con Ike y Tay, yo voy a desenmascararla, pero necesito que me apoyes
- Cuenta con eso, pero antes tienes que investigar más sobre ella, no tenemos ningún dato… bueno, tengo que irme… por favor, ayuda a Taylor, trata de calmar a tu mamá, convéncela de que entre él y yo no ha pasado nada ¿si?
- Trataré, pero no te prometo nada… vete con cuidado.

Jill llegó a su casa, de inmediato se cambió la ropa y se dio cuenta de que al recoger su chamarra, por error se había llevado la camisa de Tay, se metió a la cama para que sus tíos no sospecharan que había salido. Seguía sin poder dormir y cuando estaba a punto de conseguirlo, alguien le arrebató las cobijas, se levantó sorprendida, sintiendo que su corazón dejaba de latir por un segundo, pues Gissa estaba al pie de su cama,con un rostro que dejaba notar su enojo.

- No digas que no te lo hice saber… no sé por qué eres tan necia, tan fácil hubiera sido que te hicieras a un lado… pero no… ni modo, tu me obligaste… pero no te apures, que no voy a matarte… ¡sólo te voy a dar una lección para que aprendas a no ser tan metiche!… dulces sueños Jill

@
Frames
http://www.oocities.org/hansonmexico