*AROUND THE HANSON´S LIFE*

*Capitulo 11: La Venganza de Jen*

Mientras tanto Taylor intentaba sin conseguirlo, explicarle a Diana lo sucedido, ésta se hallaba furiosa y después de reprenderlo en todos los aspectos salió. Walker aprovechó para hablar con su hijo, en un tono mucho más comprensivo.

- No es que esté bien lo que hiciste hijo, debes entender que para tu madre, todos ustedes siguen siendo unos niños pequeños, además debes ser más discreto, ¿cómo se te ocurrió hacerlo en casa y estando nosotros en la habitación de al lado?. Entiendo perfecto que estas en una edad en la que el sexo es una atracción muy fuerte, no puedo prohibirte que tengas relaciones sexuales, eso es normal, aunque creo que aún eres demasiado joven lo único que si te pido es que por favor seas cuidadoso ¿usaron protección?
- Papá ¿cuántas veces tengo que repetirte que Jill y yo no tuvimos sexo?, ella estaba mojada, le presté mi camisa para que no se enfermara ¿por qué no me tienen confianza?, si les digo que no ha pasado nada con ella, ni con ninguna otra es la verdad.
- Taylor, en las circunstancias en las que te encontró tu madre…
- No está mintiendo… nada pasó entre ellos –dijo Zac entrando al cuarto de Tay-
- Zachary, esto no es cosa tuya, vuelve a tu habitación –dijo Diana todavía molesta-
- Es que sí es mi asunto… yo estaba con ellos, el lío de la ropa es real, los dejé solos únicamente por un minuto, cuando bajé a la cocina por algo de café para Jill que se estaba muriendo de frío
- ¿Es eso cierto? –preguntó Walker desconfiado-
- Sip, pobre Taylor, ya déjenlo tranquilo, yo les garantizo que su hijito sigue siendo casto y puro jajaja
- ¿Y qué hacía esa chica aquí a esta hora? –dijo Diana, todavía no muy convencida-
- Lo que pasa es que… tiene problemas en su casa… ya sabes familia que la golpea y como nosotros somos sus mejores amigos vino a pedirnos ayuda, pero por lo visto le fue peor… -contestó Zac de inmediato-
- Menos mal… creo que me precipité, pero la forma en que los ví… perdoname hijo, me exalté mucho, no debí desconfiar de ti y disculpame también con tu amiga –dijo Diana un poco apenada-
- Bien dicen que no hay que hacer cosas buenas que parezcan malas, si por lo menos tú hubieses estado vestido… -dijo Walker-, bueno pues ya aclarado este asunto vámonos a dormir. –Walk y Diana salieron-
- Gracias, no sabes de la que me salvaste –dijo Taylor, respirando aliviado-
- No, claro que sé, Jill se fue muy mal de aquí
- Sí me lo imagino, mañana voy a buscarla y a decirle que todo está bien.
- Oye Tay, ¿qué sabes de Gissa?, ¿quiénes son sus padres?, ¿donde vive?
- No lo vas a creer pero no sé absolutamente nada
- ¿Estás bromeando?, ¿te mueres por esa tipa y no sabes ni quien es?
- Eso es precisamente Zac, lo que la hace completamente fasinante, es como una diosa misteriosa
- ¿diosa?… demonio diría yo –dijo en voz baja-
- Ella nunca ha querido hablarme de su vida, pero eso es lo de menos. ¿Y a qué viene tanta pregunta?
- Curiosidad, nada más quería saber, bueno que duermas bien, mañana nos vemos

Por la mañana tras desayunar, los chicos se dedicaron a hacer las labores domésticas que les correspondían, así que mientras Zac aspiraba, Isaac y Taylor lavaban los trastes

- ¡Qué nochecita! ¿no Taylor? –preguntó Ike irónicamente-
- La verdad no sé a qué te refieres… -le contestó con indiferencia-
- ¿Por qué finges?, el númerito que te aventaste ayer por la noche…
- ¿Y tú cómo te enteraste?
- ¿Y quién crees que le avisó a mi mamá que estabas con una chava en tu cuarto?… lo único que no me explico es por qué Zac te defendió, los dos están muy raros
- ¿Fuiste capaz de…? ¡eres un idiota! – Tay se le fue encima a Isaac, lo tomó bruscamente por el cuello de la camisa- A mi no me afecta lo que hayas dicho, no me importa, pero Jill no tenía por qué pasar esa vergüenza. Si tienes algo de dignidad… discúlpate con ella –lo soltó y salió muy enojado-

Jill despertó más tarde de lo normal, con una sensación extraña en el cuerpo, como cansancio y pesadez. Se dirigió al café, su tío la miró enfadado pues no le gustaban los retrasos, de inmediato se puso a limpiar las mesas y atender a algunas personas, entonces escuchó que alguien la llamaba.

- Hola Jill, ¿así que aquí trabajas?, ¿eres una vulgar mesera?… ¡pero qué bajo cayó Taylor!

Era Jennifer con un grupo bastante grande de amigas y amigos, quienes ya llevaban rato ahí, esperándola.

- No puede ser… lo único que me faltaba, no quiero discutir contigo, ¿de acuerdo?, anda vete de aquí
- Ay pues cuanto lo siento, porque yo soy una clienta más y quiero que me atiendas ¡ahora!
- Está bien –dijo Jill determinante- ¿qué quieres?
- No sé… cualquier cosa que no contenga tus pócimas de bruja… -Jill palideció instantáneamente- porque yo ya sé tu secreto, eres una maldita bruja… ahora entiendo como lograste engatuzar a mi Taylor y ni creas que te lo voy a dejar
- Eso no es cierto, ¿quién te dijo esa tontería? –dijo ella tratando de serenarse-
- ¿Qué más da? Pero si de verdad te interesa, fue una chica que te conoce demasiado bien, de cabello y ojos muy negros, me contó todo acerca de ti
- ¿Ella?, esto es absurdo, no tienes bases para…
- ¿Qué no? y entonces qué significa ese emblema que llevas en la piel, bajo ese brazalete –Acto seguido Jen tomó a Jill por el brazo y le arrancó su pulsera, mostrandole a todos el tatuaje- Eso es una marca de identificación de un antiguo clan de hechiceras ¿cierto?, eso quiere decir que tanto tu madre como tú y toda tu descendencia… ¡Son brujas!… ¡Y nadie quiere brujas en Tulsa!, ¡así que lárgate!
- … Yo… yo… -balbuceaba Jill sin atinar a decir nada-

Jen había gritado lo suficiente como para que la gente que estaba en el café escuchara y se diera cuenta de lo sucedido, todos miraban a Jill como a un bicho raro y ella se sintió intimidada, no sabía que decir o hacer, sus piernas temblaban, buscó a su tío con la mirada pero él no hizo el menor gesto de ayudarla, lentamente se fue quedando al centro del lugar, rodeada, acorralada, sin salida. Jennifer continuaba vociferando sin parar, poco a poco a su voz se iban uniendo las de otros, por más que Jill trato de tapar sus oidos no dejaba de escuchar:

- ¡Lárgate!, no te queremos, ¡regresa de donde viniste!, ¡bruja!

Esas palabras retumbaban es su cabeza. No supo de donde ni de quien recibió el primer golpe, pero en cuestión de segundos una lluvia de comida y otros objetos le estaba cayendo encima, la gente cada vez más excitada le arrojaba lo que se encontrara. Jill trataba de cubrirse con las manos pero le era imposible.

- Ya déjenme en paz, por favor, déjenme tranquila… ya, por piedad… -decía llorando de impotencia y llena de miedo-

Taylor entró al café sin imaginar lo que iba a encontrar, lo primero que vio fue a la multitud gritando furiosa y de inmediato tuvo un mal presentimiento, en seguida vio a Jill arrodillada en el piso, atacada sin piedad, como pudo se abrió paso y llegó hasta ella

- ¡Basta!, ¡deténganse! ¿qué están haciendo?… ¡basta!

Se hizo un profundo silencio y dejaron de lanzar cosas. Taylor ayudo a Jill a incorporarse, entonces descubrió a Jeniffer que lo miraba furiosa, se moría de celos, no soportaba ver como Tay protegía a Jill con su propio cuerpo.

- ¿Que está sucediendo Jen?
- Acaso Taylor, ¿no estabas enterado de que sales con una bruja?, –gritó llena de rencor- ¡hay que echarla de aquí cuanto antes!
- ¡Sí, sí que se valla!, ¡largo!, ¡bruja maldita!… -clamaban los amigos de Jen, provocando a las demás personas-
- ¿Pero que tontería estás diciendo?… ¡alto! ¡callense!, no voy a dejar que la lastimen, esto es lo más ridículo que he oido en mi vida y aunque fuera cierto, ella no les ha hecho ningún daño, es una buena chica y no es justo que ustedes vengan aquí a insultarla, sólo por una suposición de lo más estúpida… ni siquiera están seguros de nada…
- ¡Pero nos va a acarrear desgracias!… ¡tiene la marca del diablo! –decían otros todavía muy alterados-
- Esto se acabó ¿me oyeron?, ¡vayanse! No tienen nada que hacer aquí…

Poco a poco se fue despejando el local, Taylor estaba con Jill, quien seguía desconsolada, le tomaba la mano y de vez en cuando la abrazaba. Jennifer sonreía satisfecha, le causaba un gusto enorme verla humillada, repudiada. Tay reparó en ella, así que soltó a Jill y fue a hablarle

- ¿Tuviste algo que ver en esto?
- De nada sirve que te mienta… sí, fui yo la que empezó todo esto… pero lo hice porque te amo y no estoy dispuesta a perderte… y menos por esa
- Jen… te desconozco… ¡mírate!, no eres la chica dulce y encantadora de la que yo me enamoré, ¿cómo puedo seguir amandote después de esto?… además tú fuiste la que terminó conmigo… ¿ya se te olvidó?, porque a mi no, me dolió demasiado
- Pues si Tay pero…
- Jill sólo es mi amiga… jamás pensé que fueras tan cruel, me duele saber que me equivoqué contigo y si todavía pensaba hacer algo para reconquistarte… olvídalo porque ya vi que no vales la pena
- ¡Pero si todo lo hice por ti! –le dijo abrazándolo, él se separó de ella, la miró directo a los ojos y le dijo:
- Ahora soy yo el que te pide que te vayas… no quiero hablar más contigo –y se dio la vuelta, Jennifer envuelta en llanto se dirigió hacia la salida-
- De acuerdo, me voy pero no me voy a dar por vencida… solo necesitas tiempo, yo se que tú me amas tanto como yo a ti

Y salió, Tay se dejó caer en una silla, de verdad estaba triste por la decisión que acababa de tomar, pero en esos momentos se sentía más preocupado por Jill, volvió a su lado, justamente cuando su tío salía de la cocina

- Sabía que unicamente nos ibas a traer problemas, yo no sé porque tu tía acepto que vinieras a vivir con nosotros, es seguro que casi ninguno de nuestros clientes regresará, vas a ocasionar la ruina de mi familia… ¡ya puedes estar contenta!… ¡Ah! Y ve pensando a donde te largas porque no te quiero en mi casa
- Pero tío… ¿a dónde voy a ir?… ustedes son mi única familia aquí
- Eramos… no quiero volver a verte nunca… ¡largo!

@
Frames
http://www.oocities.org/hansonmexico