*Capitulo 20: La Cita*
Taylor había amanecido demasiado nervioso, con tortura vio como pasaban las horas, pronto caería la noche y entonces él formalizaría su relación con Gissa, sentía un poco de miedo pero estaba seguro de hacer lo correcto, después hablaría con Isaac para arreglar sus diferencias, ahora sí haría las cosas bien… fue al centro comercial para distraerse un poco y compró un obsequio para Gissa, una hermosa gargantilla. Cuando volvió a casa se extrañó de que no hubiera nadie, no se dio cuenta de que Isaac estaba en su recámara dormido, encontró un recado sobre la mesa que decía "Tay, fuimos a casa de la abuela, volveremos tarde, busca en la cocina algo para cenar, y pórtate bien, un beso… Tu mamá".
Salió al jardín, necesitaba aire, la brisa le dio de lleno en la cara, miró la luna que apenas era un hilito de luz casi imperceptible ¿qué tenía de especial esa luna que lo hacía sentirse melancólico? El tiempo pasó rápidamente, eran ya las 12:30 am y ella no apareció, supuso que se había arrepentido y él en el fondo sintió alivio, se volvió para entrar a la casa, pero ella ya estaba ahí, pudo sentir su presencia, percatarse de su aroma, volteó a mirarla, Gissa portaba un vestido negro que dibujaba su silueta perfectamente, escote muy pronunciado y una abertura que dejaba al descubierto una de sus piernas hasta más arriba del muslo, su largo cabello estaba recogido en un chongo descubriendo su fino cuello, Tay se quedó sin habla
- Gissa, luces… te ves… estupenda, hermosa como
siempre
- Qué bueno que te guste… hoy sucederá algo importante
–dijo ella sonriéndole insinuante-
- De eso quería hablarte, yo… tengo que decirte…
- ¡No!, esta es MI noche darling, hoy yo decido lo que
se hace –dijo mientras le vendaba los ojos-
- ¿Y esto?, ¿qué pretendes? - dijo Taylor un poco
receloso-
- Déjate llevar, confía en mi – le susurró al oído-
En seguida lo besó y Taylor sintió como si flotara, únicamente podía sentir los labios de Gissa recorriendo su rostro y sus manos acariciando su espalda, le divertía un poco eso de imaginar lo que no podía ver. Entonces Gissa se apartó y él comenzó a sentir mucho frío, demasiado, su cuerpo tiritaba, Gissa lo recostó sobre una superficie que a Taylor le pareció todavía más helada que el ambiente, se estremeció al contacto, sintió que Gissa se colocaba encima de él y lo besaba, empezó a hacerlo en la comisura de los labios, y bajó por su cuello hasta su pecho. Taylor estaba muy excitado, casi sin control sobre sus actos, recorria con sus manos todos los rincones de su anatomía, deseaba tener a Gissa, su cuerpo se lo pedía a gritos, pero entonces Jill y sus consejos acudieron a su memoria, justo en el momento en que Gissa intentaba atarle las manos…
- ¡No, espera! –dijo Taylor haciéndola a un lado,
levantándose y quitándose la venda de los ojos,
entonces su rostro se convirtió en una mueca de
incredulidad por lo que veía- Dios… ¿que estamos
haciendo aquí?… ¿cómo llegamos a este lugar?
- Bueno yo… pensé… que sería romántico que no supieras
donde estabas y no se me ocurrió otro lugar, apartado
de la gente… solitario… -respondió nerviosa-
- Pero… esto es, es… ¡el cementerio!, ¿querías hacer
el amor en un panteón?, ¿sobre una tumba? –dijo Tay
sin salir de su turbación-
- Cariño, creo que el lugar es lo de menos cuando
estás con la persona amada y hoy yo vine dispuesta a
darte mi cuerpo para tomarte a ti en cuerpo y alma y
te aseguro que no me importa que sea aquí –dijo
tratando de convencerlo-
- … pero esto es tan… tétrico, no Gissa, no quiero tu
cuerpo y menos… de esta forma… ¡soy un idiota!
- ¿Qué estas diciendo?, ¿me estás rechazando?
–preguntó ella muy molesta-
- No, no es eso… Gissa, lo he estado pensando y no
deseo arruinar las cosas, mira, ya eché a perder una
relación por no saber esperar… no quiero que pase de
nuevo con nosotros
- Pero es que yo… -dijo ella mortificada-
- Tú estás haciendo esto porque te sientes
comprometida, tal vez crees que si no accedes yo voy a
dejarte y no es así –la interrumpió Taylor-… quiero
que esto salga bien, es sólo que no creo que debamos
basar nuestra relación en el sexo… si te fijas es lo
único que nos une… cada vez que nos vemos yo sólo
pienso en acostarme contigo y tú no te mereces eso…
- Tonterías Taylor, hago esto por qué quiero, ¡vamos!,
no lo eches a perder de verdad –empezaba a
desesperarse-
- Tú misma lo dijiste, lo haces por verme feliz, y no
voy a obligarte, Gissa ahora sí me siento preparado
para decirlo… te… te amo y de ti quiero mucho más que
sexo… -dijo Tay abrazando a Gissa con ternura,
mientras aspiraba el aroma de su cabello -ella no
reaccionaba, no podía creer lo que oía -
- Ay Tay eres tan dulce, por eso es que me enamoré y
es por eso que hoy tambien quiero entregarme a ti –le
dijo ella con una cándida sonrisa, (la muy hipócrita)-
- ¿Estás segura?, ¿no quieres que vayamos más
despacio? –dudó aún Taylor-
- Jamás había estado más segura de algo en mi vida –
dicho esto comenzó a desnudarse, lentamente fue
bajando la parte superior de su vestido, ante la
atónita mirada de Tay, quién estaba encantado con los
movimientos sensuales de Gissa, ella volvió a
postrarse sobre él y mirándolo a los ojos volvió a
besarlo-
Pero ahora ella actuaba de una manera muy extraña, como si estuviera desesperada y ansiosa a la vez, de un tirón abrió la camisa de Taylor, él estaba sorprendido, quizá un poco asustado , Gissa parecía estar fuera de control, lo besaba en el torso desnudo pero no con pasión, ni con dulzura, había en sus caricias salvajismo, algo estaba mal, pues Taylor definitivamente no estaba disfrutando de la situación, a pesar de que era lo que muchas veces había deseado, se sintió incómodo, ya no quería sentir los labios de Gissa sobre su piel, ella había comenzado a desabrochar su pantalón y cuando ella lo besó en la boca, un ligero sabor amargo terminó por asquearlo. Tratando de no ser grosero la hizo a un lado y se levantó, Gissa lo miraba desconcertada. Taylor, todavía estaba preguntándose qué había pasado.
- Taylor… ¿qué te pasó?, ¿estas bien? –preguntó ella
intrigada-
- Ssssí… no es nada, no te preocupes… me mareé un
poco, eso es todo –dijo al tiempo que cerraba su
camisa y su bragueta-
- ¿Qué sucede Tay?…¿hice algo mal?… -dijo cubriéndose
el pecho-
- No, no te apures soy yo… no quiero hacerlo, no aquí
Gissa, esto debe ser especial, para los dos, este no
es el lugar, ni el momento, ¡vamonos!
- ¡Al diablo con eso!, ¡ahora no me vas a salir con
esas ridiculeces!… ¡maldita sea, tomame y ya! –grito
ella fuera de sí, Taylor la miraba anonadado, sin
saber qué hacer, la tomó de la mano y la jaló hacia la
salida, entonces ella completamente furiosa, lo
aventó, sus facciones se endurecieron y sus ojos se
tornaron de un color amarillo intenso, Taylor tragó
saliva-
- ¿Qué… qué sucede?, Gissa me estás asustando…
- Pasa, que ya me cansé de tus remilgos, y si no
tenemos sexo ahora, no te imaginas lo que soy capaz de
hacerte -Lo amenazó-
Ahora lucía más pálida que de costumbre, una neblina cubrió de repente el lugar y el frío se intensificó aún más, Tay estaba aterrado no podía ni moverse. Gissa se acercó lentamente hasta él, desafiante y mucho más tranquila. Poco a poco recuperó su actitud natural. Con una fuerza poco usual en una mujer, lo atrajo hacia ella repegándole su cuerpo, lo miraba como otras veces con los ojos llenos de deseo y sensualidad, sabía perfectamente que eso era suficiente para dejarlo sin defensa alguna
- Vamos Tay, ¿no es esto lo que querías?… discúlpame
si me exalté demasiado, pero es que… te deseo taaanto,
me duele mucho este rechazo –dijo ella muy melosa-
Taylor vamos a hacerlo por favor, quiero ser tuya –y
lo beso en la boca, Tay no alcanzaba a reaccionar,
pero le dio la impresión de que estaba besando a una
muerta, los labios de Gissa estaban helados como los
de un cadaver, la apartó de inmediato y la miró con
desconfianza-
- ¡No Gissa! Y menos ahora… estoy tan confundido, te
desconozco, será mejor que nos vayamos y hablemos de
esto después –dijo él con algo de nerviosismo-
Se dio la vuelta y se encaminó rumbo a la salida, pero Gissa ahora sí completamente furiosa lo jaló del cabello, ante la sorpresa de Taylor. Con mucha violencia y una fuerza nada usual en una mujer, lo acostó sobre una de las lápidas, Tay trataba de safarse pero extrañamente se sentía cada vez más débil, como si su cuerpo se fuera quedando rígido, sin movimiento, sólo observaba a Gissa que estaba fuera de sí, enloquecida-
- Pues ni modo, escuincle estúpido, voy a tener que
violarte jajajajajajaja, no quisiste por las buenas…
todavía no entiendo como pudiste cambiar de opinión
tan rápido, te preparé durante todo este tiempo para
que lo único que desearas en este mundo fuera
acostarte conmigo y todo iba muy bien… hasta hoy que
me saliste con la idiotez de querer respetarme
jajajajajajajaja, ahora resulta que eres todo un
caballero… ¡fastidiaste todo!, pero ni modo de
cualquier manera lo vamos a hacer –le reclamaba
mientras lo despojaba de su pantalón-
- ¡Estás loca Gissa!… ¿que te sucede?… si… si se trata
de uno de tus juegos, no me gusta… ¡ya por favor,
detente! –gritaba Tay aterrorizado-
- ¡Cállate y hazlo de una vez por todas!… ¡maldita
sea!… A ver, a ver ¿que tenemos por aquí? –dijo
sonriendo maliciosamente-
Gissa comenzó a bajar lentamente los boxers de Tay quien ya no podía moverse, estaba lleno de pánico y no entendía nada de lo que sucedía, no comprendía por qué ella se comportaba de ese modo. Entonces algo muy extraño sucedió, repentinamente Gissa se llevó las manos a la cabeza, como si tuviera un dolor muy fuerte y en sus ojos se reflejaba el desconcierto
- ¿Qué me ocurre?… ¿¡qué demonios está pasándome!?… ¡ahhhhhhhhhhhhh! –gritó con furia, Taylor la observaba asombrado y ante sus ojos muy lentamente se fue desvaneciendo hasta que desapareció por completo…-
Unos minutos después Tay pudo levantarse, estaba extrañado, incrédulo de lo que había observado, la neblina se fue despejando y el frío cedió, buscó su ropa entre las lápidas hasta que la encontró y se la puso. Salió del cementerio con desgano y algo adolorido. Miró el reloj eran más de las dos de la mañana, pensó en el largo camino que le esperaba ya que el panteón quedaba a las afueras de Tulsa ¿cómo habían llegado tan rápido hasta ahí?. La cabeza le daba vueltas y en ese momento deseó que todo hubiese sido una pesadilla, una de esas tan reales como las que ya había tenido antes. Pero esta vez no fue así, ahí estaba el famoso Taylor Hanson caminando en medio de la nada, angustiado, perturbado, confundido, sin saber qué hacer, sólo quería llegar a casa, ver a su familia, ordenar sus ideas, que alguien lo abrazara y escuchar que todo estaba bien
*****************
¿Qué onda?, ¿les gustó?, ya era hora de que Taylove le
descubriera algo malo a Gissa ¿no?. Espero que lo
hayan disfrutado, no se olviden de enviarme sus
comentarios a karina_hanson_tay@yahoo.com.mx
o
déjenlos en el foro
Nos leemos la próxima semana ¿oky?
*KARINA*