*Capitulo 27: La Despedida*
Lentamente se separaron, había sido un momento realmente emotivo para los cinco, Walker acompañó a Isaac a su habitación y Taylor se dirigió a la suya. Diana fue a la cocina y Zac detrás de ella
- ¡Hey mami!… ¿sabes donde está Jill?, me urge verla –dijo Zac con
impaciencia-
- ¿J… Jill? –preguntó Diana algo nerviosa, tal vez por lo sucedido con
Isaac, ni él ni Taylor se habían percatado de su ausencia, pero a Zac
no
parecía importarle otra cosa más que encontrarla-
- Sí, tenemos cosas que hacer
- Pero… hijo, acabas de llegar y te ves cansado… ¡Ay! ¿pero que te
pasó?
–cuestionó alarmada cuando lo vio todo sucio y con los brazos
raspados?-
¿por qué no te vas a dormir un rato?
- No, tú no entiendes, no tengo tiempo para eso… ¿mamá, has visto a
Jill?,
¿sí o no? –respondió empezando a perder la paciencia-
- Es que… Jill, se fue –dijo Diana finalmente-
- ¿¡Cómo que se fue!?, eso es imposible, ella no pudo irse ¿que está
pasando
aquí? –exclamó muy enojado-
- Ya te lo dije hijo… creo que encontró a su familia o algo así, yo no
tenía
ningún derecho para retenerla, si quería irse… –explicó Diana tratando
de
justificarse-
- ¿Familia?, ¿de qué estás hablando?… su familia murió en Rusia, no
tiene a
nadie, más que a sus tíos que la corrieron…
- Pues… yo no sé entonces, pero se marchó
Zac salió furioso, no creía que Jill se hubiera ido, así sin más, a sabiendas de lo que estaba por sucederle a los Hanson, tal vez había sentido miedo, pero aún en ese caso, él estaba seguro de que ella no los abandonaría.
Taylor se acostó en su cama, mirando al techo, se preguntaba si debía dejar alguna nota de despedida o sólo dejar que lo encontraran sin vida, ¿que pensarían de su muerte?, ¿que había sido natural, o un suicidio?, lo que más le dolía, era el dolor que sentirían sus padres, en eso escuchó un ruido cerca de la ventana, se asomó de inmediato y entonces vio a Jill trepando por la enredadera
- ¿Qué haces?, ¿quieres matarte? –preguntó Tay algo desconcertado,
ayudándola a entrar- ¿por qué no eres como toda la gente y entras por
la
puerta?
- Lo siento pero no puedo, tu mamá me corrió, no sé por qué, así que ni
preguntes ¿ok?, Tay necesitamos hablar, lo que te dije esta mañana es
cierto
y debemos hacer algo para evitarlo
- No tiene caso Jill, he decidido quedarme con Gissa, así que evítate
todo
el rollo
- ¿Pero estás loco?, ¡te va a matar!, ¡Ay! ¿por qué eres tan terco?
- Olvídalo por favor, nada más déjalo así, mira Jill, ven acá –le dijo
sentándose en la cama y Jill a su lado- tú sabes lo que va a pasarme,
ya lo
acepté y sólo quiero pedirte un favor… cuida a mis hermanos, ve que
Gissa
cumpla su promesa de dejarlos en paz ¿si?
- ¡Ay Taylor! No digas eso, yo no voy a permitir que te suceda nada,
hay
muchas cosas que tengo que platicarte, te vas a sorprender tanto, es
increíble, pero ahorita lo escencial es encontrar la manera de acabarla
- Júrame que no harás nada si la vida de alguno de ellos está en juego
- Pues…
- Júralo Jill, te prohibo que intervengas ¿me oiste?
- Ya, ya, lo… juro… pero como sea hay que destruirla
Isaac, se sentía algo deprimido por los problemas que tenía con Tay, y no dejaba de pensar en el miedo que vio reflejado en los ojos de su hermano aquella vez, ¿a qué le temía de esa manera?, era algo sobre Gissa, pero después se había arrepentido de decirselo, esa inquietud lo había estado acosando desde que salió del sanatorio y resolvió hablar con Taylor. Se dirigió al cuarto de éste, estaba por tocar, pero justo en ese instante oyó que él y Jill hablaban precisamente sobre el tema y se pegó a la puerta poniendo atención
- ¿Y cómo haríamos eso? –preguntó Taylor sin emoción alguna-
- No sé, no sé todavía… pero tiene que haber alguna forma de matarla,
yo
tengo que hacerlo, es mi deber
- No, esto es mi asunto, en todo caso me corresponde a mi…
- Yo soy la bruja del cuento ¿lo olvidas?, voy a hacerlo, no te quepa
la
menor duda, además Zac está dispuesto a ayudarnos, la odia tanto…
- Sí es cierto, ¿cómo no les hice caso desde un principio?
- Esta noche Gissa se muere, pase lo que pase –aseguró Jill muy
decidida-
Ike se alejó asustado, lo que pretendían hacerle a Gissa era horrible, inmediatamente fue a su recámara, abrió uno de sus cajones, tomó un objeto envuelto en una pañoleta y salió corriendo a la calle, tenía que prevenirla, no iba a dejar que la lastimaran, en su carrera se topó con Zac que iba subiendo las escaleras, Tay y Jill se asomaron al escuchar tanto alboroto
- Hey Ike! ¿a donde vas? –gritó Zac, pero él no se detuvo, entonces
miró a
Jill y se alegró- ¡Jill!, mi madre me dijo que te habías marchado
- Shhht, no hables tan fuerte, ¿Y Isaac que se trae? –preguntó
extrañada-
- Ni idea, pero parece que tiene prisa… Jill, te tengo que contar lo
que me
pasó cuando me perdí… ¿Taylor ya sabe todo? –comentaba ansioso, al ver
a su
hermano junto a su amiga-
- No, aún no le digo nada, ven tenemos que decidir como vamos a salir
de
esta –Zac subió y los tres se encerraron toda la tarde, Taylor escuchó
atento la historia, asombrándose cada vez más, recordó la ocasión en
que
Gissa le había llamado Christian, ahora lo comprendía casi todo-
- … Y eso es todo, como ves no va a ser nada fácil, pero lo haremos
–finalizó Jill- así que manos a la obra, Zac alcánzame el libro, está
en esa
bolsa –señaló-
- Hay algo más… -dijo Taylor- cuando ustedes se fueron Isaac enfermó,
casi
se muere, y fue Gissa quien provocó su mal, ella misma me lo dijo y me
tiene
amenazado con eso, lo va a matar si me niego a hacer lo que ella
quiere, por
eso me porté así en la mañana
- ¿Quééééééé?, ya decía yo que algo más se traía entre manos –comentó
Zac-
- ¿Y que le pasó? –preguntó Jill-
- Pues, no sé, se quejaba de dolores en el pecho y una vez, así sin
más, se
desmayó…
- ¿dolores?… ¡Dios! Es lo mismo que tenía Katherina –exclamó Zac-
- Es cierto… ¡la medalla! ella la conservó, tal vez se la dio a Ike,
tenemos
que ver si está usando algún tipo de dije o algo así… ¡vamos!
–respondió
Jill levantándose prontitud-
- Pero Isaac no está, salió y creo que no ha vuelto –recordó Taylor-
- ¡Ah es verdad!, es urgente que lo encontremos, y le platiquemos todo
esto,
cuando lo sepa ya no le quedarán dudas, somos tres, tiene que creernos
–comentaba Jill-
- ¿A donde habrá ido?, hace mucho que se fue –dijo Zac-
- No tengo ni idea, se supone que debía estar en reposo… -en eso Taylor
miró
hacia la ventana, no habían sentido el paso del tiempo, llevaban todo
el día
ahí, ya había anochecido- ¡maldita sea! ¿que hora es? –preguntó Tay-
- … ¡las 10:30!, ¡no puede ser!, tenemos hora y media, antes de que
veas a
Gissa… pero si Isaac no aparece tendremos problemas –sentenció Zac-
- Es muy raro que aún no regrese… -susurró para sí, Taylor-
Cuando Isaac salió iba muy mortificado, no tenía sus ideas claras, lo que había oído de labios de Jill, le sonaba descabellado, pero si pensaban hacerlo, él no lo permitiría. Estuvo vagando por horas, sin rumbo, no supo donde localizar a Gissa y eso le preocupó. Se sentó en la banca de un parque, a pesar de haber recuperado su salud, se sentía muy cansado, metió la mano al bolsillo de su chamarra y sacó su pañoleta, lentamente desenvolvió el objeto que guardaba en ella, lo miró con recelo y hasta con cierto temor… era… aquella daga de plata con la que mató a Taylor en su sueño, recordó el día que la halló entre su ropa y la arrojó al jardín con miedo, también como esa misma tarde regresó a buscarla y decidió conservarla para evitar que alguien más la encontrara. La sujetó fuertemente entre sus manos y la pegó a su pecho, cerró los ojos y en flash back vio la imagen de Taylor, muerto bañado en sangre, pero todo era tan real, como si lo viviera de nuevo, los abrió muy asustado. ¿Acaso era una señal, de lo que tenía que hacer?, ¿se atrevería a usarla en contra de su hermano? Movió la cabeza de un lado a otro con pesar, no, no sabía lo que estaba haciendo…
Se levantó para ir a casa sería más fácil enfrentar a Taylor, Jill y Zac antes de que salieran. Entonces Gissa le salió al paso, él esbozó una enorme sonrisa y la abrazó emocionado, ella le correspondió con un apasionado beso
- ¡Giss! Justo estaba pensando en ti ¿donde habías estado?
- Por ahí, ¿te pasa algo malo?, te noto raro –le dijo acariciándole el
rostro-
- Nn… no, estoy perfecto, no te preocupes… bueno, la verdad… tengo que
prevenirte de… Taylor… ¡diablos! Tenías razón, él es malo y quiere
hacerte
daño… él, Jill y Zac, quieren… matarte, y… y yo… -repentinamente la
respiración de Isaac comenzó a agitarse, jalaba el aire con dificultad,
como
si se estuviera ahogando. Gissa lo miraba extrañada, le puso una mano
en la
frente, que estaba cubierta en sudor y se percató de que Ike ardía en
fiebre
- ¿Y ahora qué?, ¿porque está pasándote esto?… yo no lo hice –dijo
contrariada-
- Giss, por favor, cui… cuidate –fue lo último que pudo decir antes de
caer
inconsciente, ella no comprendía lo sucedido, miró la hora, ya faltaba
poco
para su encuentro definitivo con Taylor, pero no quería dejar a Isaac
ahí
tirado en el parque, pues con todo y todo, le tenía un cariño especial
ya
que él siempre le profesó amor sincero, así que lo llevó a un hotel
cercano
para que pudiera descansar-
- Así que esos tres ya estan juntos de nuevo y estan tramando algo en
mi
contra… ¡idiotas!, no saben con quién se meten y mientras yo tenga a
Isaac,
están en mis manos… se van a arrepentir, les voy a dar una lección que
no
olvidarán nunca –revisó que Isaac estuviera cómodo, lo arropó con las
cobijas, le dió un dulce beso en los labios y se fue-
Mientras en la casa Hanson, Taylor, Jill y Zac, veían como el tiempo pasaba rápidamente sin tener noticias de Ike, lo cual era desesperante, pues no sabían como actuar
- Yo me voy, apenas tengo tiempo para llegar al cementerio –dijo Tay,
levantándose de golpe-
- No, no puedes ir… -objetó Jill-
- Es inútil, Isaac no llega y de todas maneras si no voy, ella lo va a
matar… por favor Jill, recuerda lo que te pedí ¿si?, te los encargo–
dijo y
le dio un beso en la mejilla. Zac estaba estático en un rincón de la
habitación, Taylor se acercó hasta él-
- Te voy a extrañar mucho Zac, por favor, trata de que mis papás no
sufran
tanto –los ojos de Zac se empañaron al igual que los de Taylor y ámbos
se
fundieron en un fuerte abrazo en señal de despedida-
- … No Taylor, no digas eso… vamos a salir de ésta, no te des por
vencido…
algo tiene que pasar, ya verás que… -decía llorando a mares
desesperado-
- No Zac, ¿para qué engañarnos?, no hay otra opción, adios hermanito…
quisiera despedirme de papá, mamá, Jess, Avie, Mackie y Zöe, pero no
creo
tener fuerzas para hacerlo… no podría… cuidalos mucho y a Isaac dile
que lo
quiero y que me perdone por meterlo en esto… perdonenme todos
Tay secó sus lágrimas con la manga de su camisa, salió de prisa, sin mirar atrás, lo que fuera a pasar ya no importaba, mientras más pronto mejor, así dejaría de sufrir, dejaría de culparse, dejaría de tener ese miedo que lo consumía hace días…
Hola fansons, sé que estos últimos capítulos han sido muy esporádicos,
pero
como ya les expliqué han surgido una serie de problemas que no ha
estado en
mis manos evitar, o resolver. De nuevo les pido paciencia y
comprensión,
pues si realmente deseo hacer una buena historia, de calidad, necesito
dedicarme al 100% a escribirla y en estos momentos no me es del todo
posible. Por ello les aviso que aunque dispersos, la primera parte de
Around
the Hanson's Life tendrá su final. Tengan la seguridad de que no voy a
dejarla incompleta...así que síganse dando una vuelta por aquí, tal vez
cuando vuelvan, ya tengan listo el próximo capítulo. Comentarios, dudas
y
sugerencias a karina_hanson_tay@yahoo.com.mx. Que hayan tenido una
navidad
excelente y que tengan un feliz año nuevo