Habíamos
tomado el tren de Montgomery a Mobile (Alabama). Alrededor de las cuatro
de la madrugada me desperté con un terrible sobresalto. Nos habíamos
detenido. El tren había descarrilado.
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Repentinamente
recordé mi arpa. Llegué al furgón de
equipaje antes que los del seguro. El estuche se había hecho astillas, pero el arpa en sí no parecía dañada, lo cual era un milagro. |
Mi madre Minnie salió de compras en busca de un abogado local que demandase a los ferrocarriles. Encontró uno. Éste examinó el arpa y el estuche y dijo que presentaría una demanda de indemnización por contingencia. Los ferrocarriles nos indemnizaron de inmediato. Después de darle su parte al abogado, nos correspondieron 200 $.
Y así fue como me hice con un arpa nueva, mi primera arpa
realmente buena, con pedales y todo. Resolví tratarla mejor que a
mi viejo modelo de cuarenta y cinco dólares. |
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