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La Serpiente Emplumada

"La Serpiente Emplumada"

Entre el Lago Xolotlán y la Laguna de Nejapa, en Managua, se encuentra la Laguna de Asososca.    Las creencias de nuestros aborígenes, que se pueden aplicar a las fantásticas leyendas.

Fue descubierta quien sabe en que época, en la Laguna de Asososca, una Serpiente Emplumada, que con la cabeza levantada, forma la parte del cuerpo en un solo trazo de 5 cms, de ancho y de color rojo apagado, con un curioso apéndice, tal vez representando una cresta, que adorna la parte central ó cabeza.

Lo más interesante de la pictografía es que haya sido colocada en forma que se oriente hacia los cuatro puntos cardinales; y no vamos a creer que es pura casualidad.

La figura mide unos noventa y cinco centímetros de alto por cincuenta centímetros de ancho.

No sería nada raro que la Serpiente Emplumada de Asososca tuviera origen religioso.

El Biólogo y Diplomático Inglés Ephraim G. Squier hacen relación directa de la Serpiente Emplumada en su libro: "NICARAGUA, SUS GENTES Y PAISAJES.

Entre el Lago Xolotlán y la Laguna de Nejapa, en uno de los rincones más apartados de la Laguna de Asososca con vestigios de una época inmemorial y de la era precolombina; Fue descubierta quien sabe cuándo, una Serpiente Emplumada que con la cabeza levantada, forma la parte del cuerpo en un solo trazo de cinco centímetros de ancho y de color rojo apagado, con un curioso apéndice, representando una cresta, adorna la parte central o cabeza. Una parte de su cuerpo, en el lugar que fue encontrada, tiene el cuerpo seccionado, creyendo el que escribió sobre esto que, tal vez, alguien quiso llevarse entera la figura, habiéndosele roto, y en esa forma desfigurarla, por que cuando la encontró Squier tenía en su cuerpo cuatro moños de plumas y con el de la cola, cinco. Otros son de la idea que por alguna casualidad, algún desprendimiento de un pedazo de roca haya desmembrado esa parte; que es lo más probable.

La Serpiente presenta un sinnúmero de curiosidades, que son preguntas sin responder porque se pierden en las tinieblas de los tiempos:  Pero lo más interesante es que la pictografía haya sido colocada en forma que se oriente hacia los cuatro puntos cardinales, en tal forma, que los cuatro penachos señalan cada uno exactamente un punto y no vamos a creer que es pura casualidad.

La pintura rupestre que nos ocupa, otra curiosidad que tiene es que la serpiente lleva el nombre de "emplumada" por la razón de que tiene sobre su alargado cuerpo cuatro grandes grupos de plumas, de tres cada uno, y un grupo, el de la cola, de cuatro, que es la que señala el Ocaso del Sol.

Las plumas tienen idéntica configuración pero difieren en tamaño, componiéndose cada una de dos sectores; la parte superior, pintada de rojo, y la inferior dividida en rayas horizontales que bien podrían asimilar diversos colores en cada penacho.

La figura mide 95 centímetros de alto por cincuenta centímetros de ancho.

No se conoce qué materiales usó el pintor de la serpiente, aunque si sabemos que son de origen vegetal con tintas indelebles, porque, hay quienes han intentado borrarle con sustancias como el aguarrás, kerosene o gasolina sus colores y no lo han logrado.

Este relato que además de curioso, nos demuestra el influjo de la cultura Azteca entre nuestros ancestros, porque la pintura de serpiente nos evoca a Quetzalcoatl, dios de la Ciencia y el Sacerdocio, que junto con Hultizipochli y Tezcatlipora, integraban las deidades principales del panteón cultural de aquella raza, por lo menos los asentados en Nicaraocallí.

Ahora bien, en la misma laguna, que es de origen volcánico, en sus alrededores pueden verse, además de la Serpiente Emplumada, otras pinturas de la misma época, dispersas sobre diferentes rocas aledañas al agua y otras ocultas entre los árboles, principalmente en el sector noreste, aunque bastante borroso, predomina el color rojizo.

Esta es una versión sólo, de los tantas que hay acerca del tema, pero terminaremos copiando textualmente de lo relacionado con la serpiente que escribió el Biólogo y Diplomático Ingles Ephraim G. Squier en su libro: NICARAGUA, sus gentes y paisajes:     Los farallones de este cráter son escarpados y en su punto más alto, tal vez, tengan menos de quinientos pies; con excepción del propio lugar donde nos encontrábamos, que era plano, la laguna lame la base de los farallones que se hunden hacia el fondo, hasta profundidades ignoradas.

Miramos arriba, y las nubes, al pasar en procesión, parecían rozar los árboles que coronan los elevados perfiles del precipicio; los bejucos cuelgan como festones.

Sobre el acantilado vertical están delineados, en rojo vivo, una gran variedad de figuras. Son las píedras pintadas de las que me habían hablado. La intemperie, desafortunadamente, las ha despintado casi todas, pero una, sobresaliendo entre ellas, conserva sus líneas perfectas o casi perfectamente claras, y para mí tiene especial interés y significación.

En la parte más alta del acantilado, a unos treinta o cuarenta pies de nuestras cabezas, se enrrolla la figura de una SERPIENTE EMPLUMADA, llamada por los indios contemporáneos "EL SOL".

Entre los indios semicivilados de américa, de méjico hacia el sur, como también entre muchas naciones del viejo mundo, la serpiente fue un relevante símbolo religioso de muy profundo alcance. En muchos de sus aspectos coincidió con el sol, o fue el símbolo de la divinidad suprema de los paganos, de la que el astro era uno de sus más patentes emblemas.

En el caso de la pintura que teníamos enfrente, la Sagrada SERPIENTE EMPLUMADA de los aborígenes, combina artísticamente ambos símbolos en uno solo.

Tiene la figura unos tres pies de diámetro. Sobre ella, y entre algunos confusos trazos de figuras borrosas, puede verse una mano roja, la misma que persiguió a Mr. Stephen en todas sus exploraciones arqueológicas de Yucatán.