Los Solificati conforman un gremio pequeño y muy poco cohesionado. La mayoría de sus miembros prefiere trabajar por su cuenta sin tener nada que ver con sus compañeros y lo único que les mantiene unidos como Tradición es el miedo a ser destruidos por sus antiguos camaradas dedalianos y la insistencia de la Orden de Hermes, que parece haber tomado como cruzada personal la supervivencia del grupo.
Sin embargo, existen ciertos grupos dentro de los Coronados que llevan trabajando juntos incluso desde antes de su unión a la Orden de la Razón o a las Tradiciones. Algunos de estas facciones tienen su origen en cultos mistéricos de la antiguedad. Otras fueron antes logias masónicas renegadas. Sea como fuere, estos grupos no son muy conocidos por otros magos (a excepción posiblemente de los herméticos) pero juegan un papel clave en la estructura política de la tradición
Estos magos, seguidores de las enseñanzas del gran alquimista griego Zósimo, tratan de alcanzar la perfección espiritual de todos los hombres. La piedra filosofal es un símbolo de la Iluminación sagrada, mientras que el crisol representa la transformación del alma y la unión intelectual de todos los pueblos. Esta facción es la más sociable dentro de los Solificati, manteniendo buenas relaciones con la Orden de Hermes y el Coro Celestial. La Rosa Dorada no tiene competidor en el arte de la Materia, y sus miembros más carismáticos tambien aprenden el Ars Cupiditae
Este antiguo culto mistérico helénico guarda una estrecha relación con los Cosianos incluso en la época renacentista. Los seguidores de Asclepios buscan alcanzar la inmortalidad a través de principios filosóficos y la purificación tanto corporal como espiritual. Rehuyen la compañia de otros magos, prefiriendo la vida eremita y ascética. Los Asclépiades se suelen especializar en la esfera de Vida.
Más que una facción unida, la Hermandad son un grupo de estudiosos con un objetivo común: desentrañar los secretos perdidos de los Edad Mítica. Para ello sufragan la investigación arqueológica de ruinas grecorromanas, egipcias, árabes y celtas. Una vez cada nueve años se reunen en una alianza secreta en Turquía para compartir sus descubrimientos. En esta alianza guardan su objeto más sagrado: lo que parece el manuscrito original de La Tabla Esmeralda, de puño y letra del propio Hermes Trimegisto. Se rumorea que la Hermandad mantiene relaciones con los Buscadores del Vacío y que poseen algún tipo de pacto secreto con los Batini. Sus miembros aprenden los antiguos secretos de la Materia y la Conexión.
Este rebuscado juego de palabras da nombre a la hermandad de astrólogos de los Solificati. Estos magos ven en los símbolos zodiacales los mismos significados que sus hermanos otorgan a los instrumentos de laboratorio. Su sabiduría tiene su cuna en la antigua persia y en las enseñanzas morales del teólogo Origen. Sus artes incluyen la confección de cartas zodiacales (gracias a la esfera de Fortuna) y la invocación de los poderes astrales (con Cardinal y Espíritu.)
"La vida como artificio". Bajo este lema se congrega una de las sociedades más secretas y controvertidas de los Solificati. Blasfemos para unos y tocados por la Divina Providencia para otros, estos "Prometeos modernos" dedican su vida a desvelar el secreto mejor guardado por Dios: la Teléstica, el Aliento Vital o Arte de la Creación. Se puede encontrar a sus miembros en las universidades, entre los sabios cabalistas e incluso en las filas de la Santa Madre Iglesia, siempre en el fino borde entre la santidad y la heregía...
Entre sus intentos más destacados por crear vida artificial se encuentran los siguientes ejemplos: