CAPÍTULO 2: ¿De qué narices me hablas?



 

Dark DragonBueno, bueno: para el carro y empecemos desde el principio. El capítulo anterior quizás era un poco pasarse nada más empezar. Años y años de programación desde el día en que nacimos no van a desaparecer por las buenas simplemente porque yo lo diga. Pero a veces lo mejor es empezar con un poco de terapia de choque...

The MagicianLo primero que tenemos que dejar claro es qué narices es eso de la programación. Cuando nacemos, somos una "tabula rasa", un papel en blanco dispuesto a ser llenado. En nuestros primeros años de vida no tenemos capacidad para seleccionar con que queremos llenar nuestra mente, así que absorbemos todo lo que hay a nuestro alrededor: lenguaje, símbolos, ideas, prejuicios, experiencias... Todas estas cosas se quedan grabadas fuertemente en nuestro cerebro en un nivel no consciente, por lo que son imposibles de borrar y casi imposibles de corregir. El daño ya esta hecho. Este maremagnum de figuras incoscientes es lo que conforma nuestra Mitología Colectiva, es lo que nos integra dentro de nuestra sociedad y nos hace extraños para otras. Cuando haces algo y luego no sabes bien porqué lo has hecho, es esta programación la que está actuando. Además de servirnos como identificación tribal, configura una especie de mecanismo de defensa contra agresiones del medio externo. Esto en principio es lo normal, y no debería plantear ningún problema... si no chocase con la otra parte de nuestra personalidad: la consciente.

Los animales se guian primariamente por el instinto, que es algo así como una programación colectiva innata. En contraposición, los hombres creemos haber desarrollado primariamente una realidad consciente e individual. No es verdad. Afrontémoslo, posiblemente no hayamos tomado una decisión propia en nuestra vida. En realidad, la mayor parte de nuestros procesos mentales suceden de forma incosciente o preconsciente, al margen de la imagen que conocemos de nosotros mismos. Es el Gran Titiritero que controla nuestras vidas. Esta falta de control sobre nuestro destino es lo que nos crea esa inquietud y desasosiego existencial, esa sensación de caída entre la frontera del sueño y la vigilia. Pero tiene algunas consecuencias más graves, a parte de aumentar las posibilidades de lucro personal de los psicólogos...

Piensa detenidamente en esta pregunta: ¿hay algo en el mundo que te gustaría cambiar? Ya sabes, una de esas cosas inalcanzables. Una de esas sobre las que la gente suele decir: "para que pensar siquiera en ello, si nosotros no podemos hacer nada..." Puede ser algo tan radical como querer acabar con el sufrimiento en el mundo o tan simple como conseguir que ese/esa chico/a que te gusta se entere de que existes... Venga, ¿ya has pensado la respuesta? Apostaría mi alma a que es un "Sí".

Todos queremos que algo cambie. Siendo realistas, nuestro mundo se está llendo al infierno a pasos agigantados. Hambre, guerra, enfermedades, alienación, infelicidad, insensibilidad, Banalidad... Todo se llena de excrementos, sangre y lágrimas. Pero nosotros, pobres mortales, no podemos hacer nada, ¿verdad? Es algo de lo que se tienen que ocupar la Gente Grande: los políticos, los sabios, los padres... quien sea menos enfrentarnos nosotros mismos al terror del mundo. Pues volvemos a estar equivocados. Todas las personas poseemos los mismos miedos, y la misma capacidad para cambiar el mundo. Es nuestro derecho de nacimiento, nuestro destino y nuestra maldición.

Como dije casi al principio, la programación colectiva nos sirve como mecanismo de defensa: adormece nuestros sentidos para que creamos que el cambiar el mundo no es nuestra responsabilidad, para poder escapar así de la tremenda tarea de tener que ser responsables de nuestros propios actos. Es duro, pero tienes que aprender esto: tú eres el primer y único responsable de todo lo bueno y lo malo que pasa en tu vida. Nos apoyamos en mayas de seguridad como los padres, los profesores, los ideales o el gobierno para no tener que enfrentarnos a ello, pero al final, cuando llega el momento decisivo, el Gran Juicio de nuestra vida, nos abandonan y nos encontramos solos y desnudos. Debemos enfrentarnos a nosotros mismos, a nuestra culpa y nuestra virtud, aunque la eperiencia pueda volvernos locos.

Los Poderes que gobiernan realmente el mundo (sí, Ellos, ya sabes...) aprendieron esta lección hace mucho tiempo, así que desde pequeños nos bombardean con publicidad, eslóganes políticos y planes de educación destinados a reforzar nuestra programación. Piensa en ello como un condicionamiento mental para que deleguemos nuestra capacidad de elección en otros. De esta manera nos sentimos liberados he incluso agradecidos cuando gobiernan nuestra vida por nosotros. Cada día somos más y más esclavos y el mundo se estanca; ¿porqué querrian ellos que las cosas cambiasen? Pero nosotros sí queremos que las cosas cambien.

La Magia trata de eso: retomar las riendas de tu vida y utilizar esa nueva Voluntad para cambiar el mundo a tu alrededor, a ser posible a mejor. Para ello utilizaremos los mismos simbolos mitológicos que utiliza el Gran Titiritero para nuestra programación. Imagina que somos hackers del sistema operativo del alma del mundo. Esto es lo que algunos llaman Memética, pero me estoy adelantando... Por ahora lo que debes recordar es que la verdadera Revolución no consiste en llevar carteles, repetir eslogans sin sentido o en levantarte contra la autoridad sin ninguna razón. No te confundas, eso también forma parte de la programación, un simple mecanismo compensatorio. La verdadera Revolución debe darse en nuestras mentes: sólo cambiando profundamente nuestra vida podremos luego empezar a cambiar el mundo. Éste es el camino iniciáatico del Mago, un camino que puede tardar en recorresrse toda una vida (o incluso varias...). No seráa fácil, no permitáis que nadie os diga lo contrario, y no todos llegarán al final, pero por lo que a mi respecta, os digo que sólo hacer el camino ya merece la pena....

Ejercicio 2: Empecemos por algo sencillo: intenta estar atento a las cosas que pasan a tu alrededor. No hagas las cosas simplemente por rutina o por que alguien te lo mande, si no porque tengan verdadero significado para tí. El primer paso de la magia es salir de la rutina y descubrir que el mundo no es en blanco y negro ni en escalas de gris: existe una gran gama de colores, y todas las cosas guardan su significado oculto... Como ya he explicado, esto no significa desobediencia indiscriminada: eso sólo les beneficia a ellos, pues les da la razón ("debemos gobernar vuestras vidas para evitar este caos"). Pero el Caos tiene una faceta constructiva, de evolución, crecimiento y superación. La Magia es una conjura sutil: nos mezclamos entre el resto de la gente, no nos apartamos de ellos, pues la única forma de cambiar el mundo es desde dentro...

Capítulo 1 || Capítulo 3 (en preparación)

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