Venid, pues y disputemos


Del libro: Animo, un momento de Reflexión, del Pbro. Faustino Armendáriz J.

"Venid, pues, y disputemos, dice Yahvé".

Es el reto que nos pone el Señor en el libro del profeta Isaías (1,18), y lo hace en un contexto donde se habla de la claridad en nuestras manifestaciones hacia Dios y hacia los hermanos, recalcando las actividades hipócristas en las que cae el hombre que se dice religioso.

Es admirable la valentía de Isaías para lanzar esta denuncia hacia el pueblo que se ha desviado del camino de Dios.

Hoy nosotros vemos tantas desviaciones, allí donde vivimos, entre los prójimos más próximos, pero, ¿qué hacemos y qué decimos?

Si somos cristianos, ¿por qué no nos atrevemos a hablar con nuestra conducta y con nuestros labios?

Posiblemente experimentemos la impotencia de dar una línea a seguir que sea la solución a un determinado problema. Pero si puedes tocar la llaga, acércate al punto de partida que provoca esas situaciones aberrantes que tú conoces y que es en muchos casos desconocimiento y la no-valoración de Dios y su poder transformador.

Habla con Dios, y no con indirectas como quien se agazapa en una imagen que se ha construido y se avergüenza de manifestar lo que cree.

Habla con Dios en tu trabajo, con tu familia, en tus reuniones, en tus ambientes, aunque por el momento experimentes el trago amargo que te provoca el hermano que no le conoce, o que en su vida es un ser innecesario.

Venid, y disputemos, dice el Señor, y veamos si en realidad el "sí" que tú le has dado lo traduces en valentía para que te conviertas en profeta y apóstol de Jesús.

A Juan el bautista le costó la cabeza por hablar en el nombre de Jesús. La misión del cristiano implica riesgos.

Ánimo, no temas, el Señor está con nosotros.


San Ignacio, Sonora, julio 31 del 88.

Regresar a: Ánimo, un momento de reflexión

A la Página Principal