Vocaciones sacerdotales


Del libro: Animo, un momento de Reflexión, del Pbro. Faustino Armendáriz J.

Hay pocos sacerdotes...

Una frase que ya nos es familiar, pero que expresa la necesidad que el hombre de fe tiene de este instrumento de Dios para el crecimiento espiritual.

Hoy, en este momento de reflexión, quiero compartirte esta experiencia en la que cada año se detectan posibles candidatos a la vida del seminario.

Es cierto, somos los responsables como promotores de las vocaciones al sacerdocio y realizamos estos encuentros de adolescentes y jóvenes con el fin de que disciernan su vocación.

A algunos después de estas reuniones (preseminarios), el Señor los elige para la formación al sacerdocio.

Una experiencia hermosa, donde la mano de Dios sigue señalando a los que Él quiere, como lo hizo con Pedro, Andrés, Mateo y con todos sus discípulos.

Una tarea ardua, en la que tú debes sentirte involucrado y responsable para que surjan más vocaciones a la vida consagrada, porque: "El deber de fomentar las vocaciones sacerdotales afecta a toda la comunidad cristiana"... "Las familias son como un primer seminario..." (Vaticano II, OT,2).

Haz oración para que el Señor suscite jóvenes generosos con capacidad de abrir brechas de luz entre la tiniebla que intenta opacar tu visión de Dios, pero pon en las manos de Dios a tus hijos, porque posiblemente un día el Señor toque allí la puerta.

Tu vida cristiana necesita el alimento de los sacramentos, los cuales administra el sacerdote.

Continuemos viviendo con coherencia y orando mucho para que el Señor nos siga bendiciendo con muchas vocaciones.

Que el Señor les bendiga. ¡Ánimo!


Pbro. Faustino Armendáriz J.
Hermosillo, Sonora, Julio 21 del 88.

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