María


No quisiera dejar para después el tema de María, que es básico en la vida del cristiano.

El amor a María nuestra Madre, no desplaza de ninguna manera el amor a Jesús.

Ella es la intercesora, que nos propone continuamente hacer lo que El (Cristo) diga (Jn 2,5). María tiene que ser escuchada por Jesús, es su Madre, por eso acude a Jesús por María. Es necesario alimentar continuamente esta devoción a María, sobre todo en el seno familiar.

María es el modelo de discípulo: nos enseña a escuchar y a poner en práctica las palabras del Señor (esto hace el verdadero discípulo del Señor).

Tú que te consideras discípulo de Cristo (Cristiano) acoge con valentía el reto que te propone la Palabra de Dios y ponerla en práctica (Lc 8,19-21; 11,27-28). Esto requiere exigencia y radicalidad; no hay alternativas para la mediocridad, es decir, que hoy le dices sí al Señor y luego surgen actitudes ambiguas o un tajante no, posiblemente no dicho con los labios pero sí con la conducta. Aquí entra tu lucha, tu fe, tu esfuerzo por ser mejor para agradar a Dios.

Examina tu vida aquí y ahora. ¿Qué respuesta estás dando? ¿Hay fidelidad en las cosas pequeñas para que también haya en las grandes?

María es Madre de Dios y Madre nuestra: Dio a la luz al Hijo de Dios, la Palabra de Dios. Creo que aparece de nuevo María como modelo que acoge la Palabra y después nos la da. Tú también comunica lo que has aprendido, tu experiencia de Dios a tus hermanos. Diles que a Dios es posible llevarlo en el corazón a todas partes y transmitirlo con la vida y con las palabras. Además María es Madre nuestra; acércate a ella con actitud de hijo, sabiendo que serás correspondido (Jn 19,25-27).

Mucho más se puede decir sobre María, pero aprovechémonos de estos puntos hoy.

Como práctica de esta devoción a María, ora el Santo Rosario con tu familia, en el camino a tu trabajo, en ese momento de espera en el templo,...

Se acabó el espacio. Que el Señor siga bendiciendo tu esfuerzo por ser mejor Cristiano.

¡Animo!, que María es siempre apoyo y fortaleza. Pido a Dios por ti y tu familia.


Hermosillo, Sonora, junio del 88.

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