La Santísima Virgen
Tomada del libro: "Para Salvarte", del P. Jorge Loring, S.I.
LA VIRGEN MARIA ES LA SEÑORA LLENA DE GRACIA Y VIRTUDES CONCEBIDA SIN PECADO ORIGINAL; QUE ES MADRE DE DIOS Y MADRE NUESTRA, Y ESTÁ EN EL CIELO EN CUERPO Y ALMA.
Maternidad de María
DECIMOS QUE LA VIRGEN MARIA ES MADRE DE DIOS PORQUE DE ELLA NACIÓ JESUCRISTO QUE ES VERDADERO DIOS Y VERDADERO HOMBRE.
María es la Madre de Jesucristo, pues ella le dio un cuerpo humano. Pero como Jesucristo, además de ser Hombre, es Dios, María Santísima es también Madre de Dios(1).
Ocurre lo mismo que si a ti te hicieran alcalde. Tu madre sería la madre del alcalde. Ella no te ha dado la alcaldía, pero por haberte dado el cuerpo es tu madre, y al ser tu madre, es madre de todo lo que tú eres: madre del alcalde.
Pero María Santísima es Madre de Dios todavía con más razón; porque Jesucristo es Dios desde el momento de su concepción, por lo tanto lo que nace de María es Dios, y por lo mismo María es Madre de Dios.
Que María es Madre de Dios es dogma de fe. Fue definido por el Concilio de Efeso el año 431.
Virginidad de María
Jesús fue concebido, no por obra de varón, sino milagrosamente, por virtud del Espíritu Santo. Dice San Mateo: "El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera: desposada María con José, antes de unirse, se halló que ella había concebido por obra del Espíritu Santo"(2).
San Lucas dice lo mismo, y después añade que por eso el Ángel le dice a María: "Lo que nacerá de ti, se llamará Hijo de Dios"(3).
El teólogo protestante de fama internacional Max Thurian, dice que los que niegan la concepción virginal de Cristo no son fieles a la Biblia(4). "La virginidad de María constituye un indudable dato objetivo del texto del Nuevo Testamento".
Dios formó en las entrañas purísimas de María Santísima un Cuerpo como el nuestro y creó un alma como la nuestra. A este ser humano, en el instante mismo de su concepción, se unió el Hijo de Dios, es decir, la Segunda Persona de la Santísima Trinidad, y así el que era Hijo de Dios quedó hecho Hombre sin dejar de ser Dios. Este es el misterio de la Encarnación.
Ya en la genealogía del Evangelio de San Mateo se dice: "Fulano engendró a Zutano, y al llegar a José no dice que engendró a Jesús, sino que dice "Jacob engendró a José, esposo de María, de la que nació Jesús"(5).
Más adelante dice el mismo Evangelio, en el relato de la anunciación: "Antes de que hubieran estado juntos concibió por obra del Espíritu Santo"(6).
Las mismas dudas de José confirman la concepción virginal de María, pues cuando él vio las señales externas del embarazo de su mujer, sabiendo que aquello no era suyo, pues él no había hecho nada para dejarle embarazada, le entraron tremendas dudas ante lo que sus ojos le evidenciaban y la virtud que él veía en María. Al no poder armonizar las dos cosas, estaba en una duda angustiosa hasta que el ángel le tranquilizó afirmándole que lo de su mujer era obra del Espíritu Santo(7).
La Virgen María tuvo un solo hijo, que fue Jesucristo. Cuando el Evangelio habla de los hermanos de Jesús(8), se refiere a los primos hermanos y parientes, que, entre los judíos, también se llamaban hermanos(9). En hebreo no había palabra para decir primo(10).
Los Testigos de Jehová, para hacer creer a la gente que María Santísima no fue Virgen, sino que tuvo muchos hijos, enseñan el texto del Evangelio donde dice que Santiago y José eran Hermanos de Jesús(11). Pero aquí como en otros muchos de sus errores presentan el texto que puede complicar, y ocultan el texto que puede aclarar. Efectivamente, el mismo Santo Evangelio dice que al pie de la cruz estaba la Madre de Jesús(12), y junto a ella la madre de Santiago y José(13). Luego la madre de Santiago y José es distinta de la Madre de Jesús.
Entonces, ¿por qué dice el Evangelio que Santiago y José eran hermanos de Jesús? Porque eran parientes, y éstos entre los hebreos se llamaban hermanos. Efectivamente, sabemos por la Biblia que Abraham era hermano del padre de Lot, es decir, tío suyo(14). Sin embargo, Lot y Abraham se llaman entre sí "hermanos" cinco veces(15).
Si la Virgen María hubiera tenido otros hijos, Jesús en la cruz no se la hubiera encargado a Juan, sino a ellos(16). Es decir que María Santísima tuvo un solo hijo: Jesús.
Cuando los Testigos de Jehová van engañando a los incautos que les escuchan diciendo que María tuvo muchos hijos, saben que no es así, pues presumen de conocer la Biblia. Enseñan el texto oscuro que he citado y se callan el texto claro. Esto no es honrado, pero es su modo de proceder.
La Santísima Virgen es nuestra Madre del cielo. María es nuestra Madre, pues es Madre de Jesucristo, que es la cabeza del Cuerpo Místico. La madre de la cabeza, también es madre de todos los miembros del Cuerpo Místico de Cristo. Debemos amar a María y honrarla de todo corazón. Así daremos gusto al Señor que, como todo hijo bien nacido, se alegra de ver a su Madre Santísima honrada y amada(17).
Para darnos cuenta de las cualidades de María, bastaría caer en la cuenta de que Cristo pudo hacer a su Madre a su gusto. ¿Cómo hubieras dotado tú a tu madre si esto hubiera estado en tu mano? Cristo pudo hacerlo y es omnipotente.
Concepción Inmaculada
Debemos acudir a la Santísima Virgen en todas nuestras penas y tentaciones. Ella lo puede todo, pues Dios todo se lo concede, porque ella es la Madre de Cristo y porque nunca tuvo pecado, ni siquiera el original.
Por eso San Lucas la llama la llena de gracia(18).
Esta ausencia de pecado en el primer instante de la concepción de la Virgen Santísima es lo que queremos expresar al decir la "Inmaculada Concepción".
El dogma de la Concepción Inmaculada de María fue definido por el Papa Pío IX el 8 de diciembre de 1854.
La Santísima Virgen es la mujer más grande que ha existido en el mundo.
Dios pudo haber hecho que Jesucristo apareciese en el mundo en edad adulta, pero no quiso. Se lo entregó a María. Lo puso en sus manos. Dios ha querido servirse de ella en la encarnación, en la redención y en la salvación de todos los hombres(19).
Cristo es el mediador con el Padre. María, el camino para llegar a Cristo.
La Asunción de María Santísima
En las iglesias suele haber muchas Vírgenes: del Carmen, del Rosario, de los Dolores, de las Angustias, de los Remedios. Es que María Santísima tiene muchos títulos y prerrogativas. Cada pueblo tiene su Virgen, su Patrona. Pero todas son imágenes o retratos de la única y verdadera Virgen María que está en el cielo en cuerpo y alma.

La Asunción de María fue declarada dogma de fe el 1 de noviembre de 1950 por el Papa Pío XII.
Una de las mejores devociones a la Santísima Virgen es el rezo del Santo Rosario. Si puedes rezarlo en una iglesia, mejor. Si no, rézalo en cualquier rato libre, o mientras te viene el sueño. Te aconsejo que hagas un esfuerzo por rezarlo, pues es un obsequio muy agradable a la Virgen, como Ella misma lo ha dicho en Lourdes y Fátima. Y mejor todavía si lo rezas en familia. Es ésta una práctica muy cristiana. Procura introducir en tu casa esta costumbre, si no la tienen ya, pues une mucho a la familia. En esta página está el modo de rezarlo. Si entero te resulta largo, reza un misterio cada día.
El rezar a la Virgen es una devoción muy varonil. María es la mujer más digna de amor que ha existido jamás. Es un amor que dignifica y engrandece. Su dulce recuerdo puede protegerte contra la tentación de otras personas, que están en el extremo opuesto de la pureza y el decoro.
Ser devoto de María es prenda de salvación. Todo el que rece diariamente en su honor tres Avemarías conseguirá una ayuda especial para tener una buena muerte, como lo demuestra una larga experiencia.
"Recuerden, pues, los fieles que la verdadera devoción a María no consiste ni en un afecto estéril y transitorio, ni en vana incredulidad; sino que procede de la fe verdadera por la que somos conducidos a conocer la excelencia de la Madre de Dios y somos excitados a un amor filial hacia nuestra Madre y la imitación de sus virtudes"(20).
Notas:
(1) CONCILIO VATICANO II, Lumen Gentium: Constitución dogmática sobre la Iglesia, nº 53.
(2) Mateo 1,18
(3) Lucas 1,35
(4) MAX THURIAN: María, Madre del Señor y Figura de la Iglesia. Editorial hechos y Dichos, 1966, págs. 43 y 44. Zaragoza.
(5) Mateo 1,16
(6) Mateo 1,18
(7) Mateo 1,19s
(8) Mateo 13,55; Marcos 6,3
(9) M. DAIBIER: Manual de estudios bíblicos católicos, XXX, 8. Librería Salesiana. Barcelona.
(10) Levítico 10,4; 1º Paralipómenos 23,22
(11) Mateo 13,55
(12) Juan 19,25
(13) Mateo 27,56; Marcos 15,40
(14) Génesis 11,27; 12,5
(15) Génesis 13,8; 14,14, 16, etc.
(16) ANGEL CUSIMANO: María viva. XIX. Edit. Escelicer. Madrid.
(17) CONCILIO VATICANO II, Lumen Gentium: Constitución dogmática sobre la Iglesia, nº 66.
(18) Lucas 1,28
(19) CONCILIO VATICANO II, Lumen Gentium: Constitución dogmática sobre la Iglesia, nº 62.
(20) CONCILIO VATICANO II, Lumen Gentium: Constitución dogmática sobre la Iglesia, nº 67.
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