En la vida he buscado sin cesar,
la manera de sentir siempre la paz,
todo el orbe recorrí sin descansar
y en ninguna parte la logre hallar,
en la luz radiante y en la sombra,
en la aurora y el gris atardecer,
en el bosque y en el hiervo,
pero que en vano fatigar,
el Señor la había puesto ya en mi ser.
Por fin encontré, la satisfacción
y ese sonreír con el corazón,
sonreír es no mi ilusión,
sonreír es mi oración,
sonreír por siempre a toda la creación.
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