El Pit Bull puede tener las orejas sin cortar o cortadas . En general los aficionados al American Pit Bull Terrier se la suelen cortar, mientras que en American Staffordshire Terrier es más habitual no cortárselas, es mas, en el estándar de la raza se prefieren las orejas sin cortar. El siguiente articulo fue publicado en la revista El Mundo del Perro en marzo 1998. Firmado por Antonio Candela y Anouska Daucik, aunque ellos lo escribieron en referencia al Dogo alemán, es de plena aplicación al Pit Bull.
La polémica, o más bien preocupación, existente en torno al corte estético de orejas admite multitud de argumentos tanto a favor como en contra, pero casi todas estas defensas y ataques pueden agruparse en función del tipo de justificación en que cada una se basa. De esta forma se representan las distintas facetas de esta problemática. Podemos analizarlo desde tres aspectos: el aspecto legal, el aspecto ético, y estético.
La cuestión legal es la que, curiosamente, suele ser menos tenida en cuenta (en la mayoría de los casos hasta ignorada) y sobre la que menos conocimientos e información se dispone por parte de los afectados (criadores, propietarios y aficionados en general). Apenas se aprecia algo de interés entre los veterinarios de "clientela" mayoritaria canina, que ven peligrar una fuente de ingresos nada despreciable en muchos casos.Como no se trata de aburrir a nadie con referencias a las múltiples leyes dictadas por organismos oficiales de distinto ámbito con relación a los derechos de los animales, solamente apuntar que la cuestión del dilema parece estar en si los acuerdos que España ha suscrito en el ámbito supranacional como miembro de la Comunidad Europea deben ser de aplicación inmediata, o si, por el contrario, su aplicación requiere la redacción de una legislación concreta preceptivamente aprobada por la entidad oficial española correspondiente. Por lo que yo conozco esta legislación concreta de ámbito nacional está por llegar y a la vista de que no creo posible la prohibición de algunos espectáculos y festejos que, al menos a la vista del ciudadano que no comulga con ellos, parecen más crueles (no pretendo avanzar más por esta otra cuestión polémica), no parece defendible la prohibición rotunda del corte de orejas ni viable su aplicación y control.
A un paso de estos últimos razonamientos nos encontramos con el aspecto ético de la cuestión. Mientras unos consideran la práctica del corte de orejas como crueldad inútil o al menos innecesaria, otros defienden que el sufrimiento del animal es mínimo y califican de sensiblerías loas argumentos contrarios. Lo cierto es que ninguno de los defensores de las orejas cortadas disfruta con la operación, mucho menos durante la fase de cicatrización ni durante las veces interminables sesiones de trajín con el esparadrapo. Simplemente consideran que el sacrificio merece la pena con el fin de mantener el aspecto y la expresión tradicional. Lo que puedo asegurarle a los que consideran una crueldad el corte de orejas practicada higiénicamente bajo anestesia general, con cuidadosas suturas y posteriores tratamientos cicatrizantes y antibióticos es que la prohibición que nos amenaza podrá hacer desaparecer este tipo de operaciones quirúrgicas, pero no impedirá el corte de oreja "campero".
Pero el aspecto que más preocupa del asunto
que trato es el que inicialmente he denominado estético. Continuamente defiendo que lo más
importante en la cría selectiva de cualquier raza es el cuidado
de su tipicidad, concepto difícil de definir, pero que, en
general y a mi entender, tiene
mucho que ver con cuatro de los puntos o apartados del estándar:
carácter, aspecto general, proporciones y expresión. Es con la
defensa de esta última con la que inevitablemente nos topamos al
decidirnos por la oreja cortada o por la oreja larga. La
expresión es una característica tan complicada de describir
como fácil, con un mínimo de experiencia, de apreciar a la hora
de enjuiciar a nivel personal cualquier perro. En ocasiones nos
encontramos con ejemplares que, sin presentar defectos
morfológicos graves, no nos gustan, no nos convencen. Muchas
veces esta situación la provoca una expresión incorrecta,
escasa o atípica.
Cada uno podrá decantarse por la opción que mejor le parezca, pero lo que es indefendible es que la expresión de un perro sea la misma con las orejas cortadas y levantadas o caídas con su tamaño y porte natural.