Existían en el Tíbet tres religiones diferentes, que se mezclaban a veces por préstamos unas con otras.
Hacia el 747 de nuestra era llegó al Tíbet un tal Padmasambhava, indio tántrico originario de Udayana. Poco a poco, bajo su influencia y la de las dos esposas del rey del Tíbet, éste se convirtió al budismo, pero la corte y el pueblo siguieron fieles al bonpos. Una persecución obligó a los acedotes de bon a huir y ocultar sus libros sagrados y sus objetos rituales para esperar, según sus afirmaciones: “¡el tiempo en que la acción de la doctrina bon, doctrina de la cruz con garfios realizará la liberación de la humanidad!”; evidentemente la cruz con garfios era su svástica sinistrógira. Los sacerdotes bonpos fulminaron una maldición general contra el rey, su corte y los auxiliares de Padmasambhava. Todos murieron rápidamente dos semanas después y ante ese duelo general, Padmasambhava abandonó el Tíbet.
En realidad y el origen del movimiento , estuvo un tal Friedrich Krohn, miembro de la Tule y de la orden de los Germanos, quien propuso la adopción de la cruz gamada como emblema de la corriente. Deseaba que fuera la svástica dextrógira la adoptada, basando esa elección en el hecho de que ese modelo era el del budismo ortodoxo, donde se significaba fortuna (buena) y salud (psíquica y moral). Rechazaba la svástica sinistrógira porque significaba lo contrario. Recordó que la zarina de Rusia, prisionera de los bolcheviques, la había adoptado como signo de protección y que eso la había conducido a la masacre de su familia.
Adolfo Hitler tomó la postura contraria y su opinión, gracias a su elocuencia persuasiva, triunfó en las deliberaciones del Deutsche Arbeiterpartei (DAP), y fue así como la maléfica cruz gamada entró en la historia de Alemania. El año siguiente, el DAP fue remplazado por el NSDAP, es decir el Nacionalsocialista Partido Obrero Alemán con una bandera que tenía un campo de color rojo subido con un disco blanco donde giraba en sentido contrario al del trayecto solar una svástica negra.
Karl Haushofer, geopolítico nacido en 1869 que se suicidó con su esposa el 14 de marzo de 1946, había tenido un hijo que participó en la tentativa de atentado contra Hitler el 20 de julio de 1944 y que fue ejecutado por ello. Haushofer formaba parte primera del Vril, otra sociedad secreta ferozmente anticristiana donde se practicaban técnicas tántricas heredaras directamente de los bonpos, tibetanos llamados aún Gorros negros, opuestos a los gorros amarillos del budismo tradicional. (Entre ellos se sitúan los Gorros rojos, a medio camino, espiritualmente, de los dos). Los bonpos practican un chamanismo mezclado con tantrismo, con ritos sexuales y sacrificios animales (antaño humanos), y su cruz gamada es sinistrógira, contrariamente a la de los gorros amarillos que es dextrógira. Karl Haushofer había comprometido al Vril desde 1926 en relaciones con los tibetanos de la “mano izquierda”, los bonpos.
Karl Haushofer había comunicado a Sebottendorff sus intenciones al darle su apoyo:
“Tengo la intención de comprometer a la Tule en el combate mientras tenga yo el martillo de hierro (emblema de la autoridad). Yo he jurado sobre la svástica, ese signo que nos es sagrado, a fin de que tú lo oigas, oh, Sol Triunfante, y mantendré mi fidelidad para con usted. Téngame confianza como yo se la tango a usted. Nuestro Dios es el padre del combate y su astucia es la del águila, símbolo de los arios. Por eso, para indicar la combustión espontánea del águila, se le representará en rojo. Ese es nuestro símbolo; el águila rojo nos recuerda que debemos pasar por la muerte para poder revivir”.
Adolfo Hitler jamás perteneció a la Tule, pero Rudolf Hess, que fue el primer secretario y ayudante de campo del Führer fue miembro y asistente de Karl Haushofer. Más tarde se convirtió en el suplente personal de Hitler en la dirección del partido nacionalsocialista. Es decir que a través de él el espíritu de la Tule siguió conduciendo todo el hitlerismo con las deidades negras del Tíbet chamanista por detrás.
La india tradicionalista sólo utiliza la cruz gamada dextrógira, y la de los nazis hubiera sido inmediatamente catalogada como signo de personas “de la mano izquierda”.
Los hindúes hablaban antaño de una ‘tierra de la eterna beatitud’ que llamaban Utara Kuru: ‘el país septentrional de los kurus’. También allí encontramos la influencia de las tradiciones asiáticas y sobre todo tibetanas en la mitología particular creada entre los nazis por la Tule y sus doctrinarios, concerniente a una misterios Hiperbórea.
Hitler no conservó la svástica en su posición normal, es decir como una cruz de brazos verticales. Intencionalmente, la torció a una lado para hacer recordar simbólica y discretamente cierta actitud de Shiva, dios hindú de la destrucción, al que se representa bailando en la rueda de las existencias y de los mundos. Y esto se lo aconsejaron sus instructores secretos Karl Haushofer y Dietrich Eckart, quienes estaban en contacto con tántricos de la India y del Tíbet. Y Shiva es el adversario de Vishnú, el dios conservador de la vida. De él procede la svástica dextrógira.
El Lo Chu, que fue el primero en aparecer en la tradición china con el Yi-King, nos permitirá comprender las significaciones ocultas de la svástica y de la sauvástica.
Tanto en la tradición taoísta como en Sumeria o en Akad, el número 5 de la casilla central expresa la presencia del Dios creador en el centro del gran todo.
A su alrededor, los otros ocho números: 1, 2, 3, 4, 6, 7, 8, 9 que encontramos en el sistema del Yi-King oracular, representan los ocho dioses secundarios, demiurgii del demiurgo.
Encontramos esta jerarquía en todos los sistemas religiosos.
Incluso en la tradición judeo0cristiana, donde se olvida que el número de arcángeles es ocho y no siete, siendo el octavo el primer Adán, es decir Israel según Orígenes.
El cuadrado mágico de nueve casillas se modificará con la creación. Viene primero una creación espiritual, el pleroma de los gnósticos, el seno de Abraham de los judíos, el gwenyed de los celtas. Y el número 5 central se convertirá en el número 50, símbolo de la expansión ordenada. Pero esto en el plano fuego o mundo espiritual.
Con motivo de una decadencia o una corrupción de uno de los ocho dioses secundarios deseosos de convertirse en creador a su vez, el número 5 va a pasar de 50 a 500, número de la “gran expansión”o expansión desordenada. Y ello necesariamente en el plano tierra o mundo material. Aquí tenemos esos nuevos cuadrados de nueve casillas:
Y ahora, la cruz gamada hitleriana nos entregará su secreto.
Vamos a leer este último en el cuadrado mágico de tierra con ayuda de los números congruentes. La congruencia es la relación que expresa que dos números den el mismo resultado si se los divide entre un mismo número, llamado módulo. Dicho de otra manera, su diferencia debe ser un múltiplo de un tercer número llamado módulo. Los números congruentes siempre están asociados un par con un impar. El cuadrado de centro 50 es el de la creación espiritual, es el pleroma de los teólogos. El de centro 500 es el de la creación material, es el kenoma de los teólogos. Dispongamos esos números congruentes, unos según el cuadrado de fuego (centro50) y los demás según el cuadrado de tierra (centro 500).
La lectura se hará necesariamente según la regla china, es decir de abajo hacia arriba y de derecha a izquierda. Y obtenemos entonces dos cruces gamadas diferentes, dextrógira en el cuadrado fuego y sinistrógira con el cuadrado tierra.
Para los neonazis, precisamos que si bien la cruz gamada sinistrógira trae el éxito, seguido de un final catastrófico, la cruz gamada dextrógira trae la espiritualidad, seguida de la iluminación y tal vez esto no esté en sus planes.
Hagamos ahora la suma de cada uno de sus brazos, según la regla china de lectura de esos número congruentes. Para el cuadrado fuego (espiritualidad), encontramos:
61 + 72 + 94 + 83 + 50 = 360
Es decir el número del abraxas de los gnósticos, el número del logos.
Para el cuadrado tierra (materialidad), encontramos:
29 + 43 +18 + 76 + 500 = 666
Es decir el número de la Bestia (Therion en griego), del Apocalipsis.
La swástica es un signo gráfico que representa una Cruz gammada (no gemmada) pues sus cuatro brazos tienen la forma cónica de una gamma, estando todos los ganchos inclinados en el mismo sentido. La palabra de origen hindú, se deriva del sánscrito SU (bien) y AS (ser).
Fue el Emblema del Sol en Movimiento el equivalente de la rueda de la que sólo es el derivado y el doble. Los ganchos añadidos a la cruz vueltos ora a la derecha, ora ala izquierda, expresan no solo el movimiento rotatorio, sino aún la dirección del movimiento, cosa que aún aparece más clara en el Triskelo y el tetraskelo signos en los que la cruz tiene la forma de piernas y son derivadas de la swástica. La indicación de un movimiento rotatorio no está menos manifiesta en las variedades de la swástica de ramas curvilíneas, que corresponden a ruedecillas con radios igualmente curvos. Esta variedad de swástica se encuentra en varios fragmentos de la India, la swástica ocupa ordinariamente el sitio del sol, y aún actualmente es el símbolo predilecto y sagrado de los vainos y de los budistas.
La svástica, el símbolo más sagrado y místico de la India, la Cruz Jaina como la llaman ahora los masones, a pesar de su relación directa y hasta de su intensidad con la Cruz Cristiana, ha sido deshonrada del mismo modo. La svástica es el símbolo más filosóficamente científico de todos, como también el más comprensible.
La svástica se ve a la cabeza de los símbolos de toda nación antigua. Es el martillo del obrero en el Libro de los números caldeo, el Martillo de que ya se ha hecho mención el Book of Concealed Mistery, que arranca chispas del pedernal (espacio), cuyas chispas se convierten en mundos. Es el Martillo de Thor, el arma mágica forjada por los Enanos contra los Gigantes o las fuerzas Titánicas precósmicas de la Naturaleza que se revelan, y que al paso que viven en la región de la Materia, se resisten a ser dominadas por los Dioses, los agentes de la Armonía Universal, y tienen que ser primeros destruidas. Esta es la razón por la cual el Mundo está formado de los restos de Ymir asesinado. La Svástica es el Miölnir, el Martillo Tempestuoso, y por esto se dice que cuando los Ases Los Dioses santos, después de ser purificados por el fuego –el fuego de las pasiones y sufrimientos en sus encarnaciones-, se hacen dignos de habitar en el Ida en eterna paz, entonces el Miölnir será inútil. Esto sucederá cuando las cadenas del Hel –la diosa reina de la religión de la muerte- no las aprisione más; pues el reino del mal habría pasado.
Las llamas de Saturno los había destruido, ni tampoco aún las aguas devastadoras (de los diversos diluvios) Allí estaban... Los hijos de Thor.
Trajeron el Miölnir con ellos no como arma de guerra, sino como martillo con el cual iban a consagrar a los nuevos cielos y la nueva tierra.
En la obra macrocósmica el Martillo de la Creación con sus cuatro brazos vueltos en ángulos rectos se refiere el continuo Movimiento y evolución del Cosmos invisible de las fuerzas. En la del Cosmos manifestado y de nuestra Tierra indica la rotación de los ejes del mundo y sus cinturones ecuatoriales en los Ciclos del Tiempo; las dos líneas que forman la svástica significan el Espíritu y la Materia, y los cuatro Garfios indican el movimiento de los ciclos de la revolución. Aplicado al microcosmo, al Hombre, lo muestra como eslabón entre el Cielo y la Tierra; la mano derecha levantada al extremo de un brazo horizontal, la izquierda señalando a la Tierra.
En la Tabla Esmeraldina de Hermes, el brazo derecho alzado está inscrito con la palabra Solve, el izquierdo con la palabra Coagula. Es el signo químico, cosmogónico, antropológico y mágico, todo a la vez con siete claves para su significado interno. No es demasiado decir que el simbolismo compuesto de este signo universal de los más sugestivos, contiene la clave de los siete grandes misterios del Cosmos. Nacido de los conceptos místicos de los primeros Arios y colocados por ellos en el vestíbulo mismo de la Eternidad, en la cabeza de la serpiente Ananta, encontró su muerte espiritual en las interpretaciones escolásticas de la antropomorfistas de la Edad Media.
Es el Alfa y Omega de la Fuerza creadora Universal, desarrollándose del espíritu puro y terminando en la Materia densa. Es también la clave para el Ciclo de la Ciencia, divina y humana; y aquel que comprenda todo su significado, esta por siempre libre de los afanes de Mahámáyá la Gran Ilusión y Engañador. La luz que brilla debajo del divino martillo ahora degradado en el mallete de los Grandes Maestros de las logias masónicas, es suficiente para disipar las tinieblas de todos los esquemas o ficciones humanos...