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Año nuevo 2004 en

Times Square

Como soy nueva en New York y por ende continúo comportándome como una turista, decidí pasar el 31 en Times Square. Todo el mundo me advirtió que no lo hiciera, que era peligroso, que son horas y horas de aburrimiento, pero peor, de frio... si, de frio invierno en la calle.

No conseguí que ninguno de mis amigos se animara y cuando ya me resignaba a pasar el año nuevo sola en la calle, Phillip me conectó con su superamigo Paul del que habla todo el tiempo (este catire a mi lado) y pasé el fin de año con 5 perfectos y adorables extraños. Bueno.. los amigos de Phillip son mis amigos.

Por cierto, esos son mis lentes nuevos. Yo se que no te gustan Ire, pero aquí están de moda y además fueron elegidos por John y Phillip, dos caramelitos cuya opinión es más que valedera.

Hicimos de todo para matar el tiempo, porque llegamos a las 7. Pasamos una hora tratando de llegar al lugar, porque la seguridad era estricta y nos revisaban las carteras y abrigos en cada cuadra.

Yo olvidé que llevaba la navajita de john pegada a las llaves y tuve que inventarme una de criminal para esconderla y que no me la decomisaran. Me imagino la cara de John si me la hubieran quitado.

 

El barbitas es tremendo payaso. Un verdadero talento en el arte de animar fiestas y grupos. La gente alrededor se reía a carcajadas de sus chistes y se ponian a cantar con él mientras tratábamos todos, sin mucho éxito, de iniciar una ola.

 

 

El grupo completo.

 

Este es un punto importante.

Por cuestiones de seguridad, la gente era administrada por sectores en cuadras. Estas estaban limitadas por barreras que concentraban a la gente en el área de los carros y dejaban las aceras libres para circulación de emergencia. Pero claro, los restaurantes estaban en el lado de las aceras.

Pues podías salir a comprar café y apaciguar el frío, pero, peeero.. no podías volver a entrar. La gente comenzó a investigar cómo es que algunos poseedores del tan preciado café volvían a entrar y descubrimos que si eras familia de policía, las reglas cambiaban.

No logramos convencerlos de que el Capitán John Smith era nuestro papá, así que nos morimos de hambre y de frío por varias horas. Finalmente y por obra de Dios, nos hicieron adelantar nada menos que dos cuadras!!! quedando enfrente de la bola con una distancia de tan solo 5 cuadras, lo que en NY es nada. Y enfrente, justo enfrente de la valla... Una pizzería!! Bueno, el mesero, que se acercó a la vaya a vender a las 5 mil personas de nuestra cuadra, hizo muy buenas propinas esa noche.

 

La mejor pizza que hemos comido...

 

Hasta cantamos de alegría...
AQUI VA A HABER UN VIDEO PRONTO CON LA CUENTA REGRESIVA Y EL PAPELILLO.

Tras el frio intenso, la tos me mató, así que como buena niña de residencia de monjas, me fui directo para la casa, a tratar de llamar a mamá y pedirle consejo para el resfriado. Ofreció venir a NY a cuidarme si me ponía peor, así que voy a salir a restregarme desnuda por la nieve este fin de semana.

Un dato interesante es que el frío me produjo unas ganas de hacer pipí incontrolables. A lo que .. señores, 2+2 es 4. La presión ejercida por la tos en todas direcciones de mi cuerpo hizo que casi.. solo casi.. me hiciera pipí encima. Buena manera de comenzar el año habría sido.

Feliz Año familia!!!

 
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