Hellboy es un diablo y como tal está sujeto a ciertas leyes que, en principio,
no puede eludir. No es tan fácil como limarse los cuernos para tener una
apariencía más humana, en la medida en que eso sea posible.
Al personaje no le gusta nada esto porque le liga a su herencia infernal, y aunque lucha contra ello y revindica el nombre de Hellboy como propio, no puede negar que, como ocurre con su mano de piedra, ese nombre tiene una fuerte conexión con su origen pasado y con su futuro destino.