Helsinki, 25 de Octubre, 2001
Hola, hola, hola...
Hace un mes que me mudé a Helsinki para vivir con la mujer de la que estoy enamorado
(Helena), y desde entonces estoy tratando de aprender finlandés y de encontrar un
trabajo (ambas tareas de desarrollo lento, y sin grandes resultados por el momento, aunque
con divertidas anécdotas como el haber llenado de etiquetas toda la casa: "esto
es un armario: Kaappi... y esto el armario de hielo (nevera): Jääkaappi... esto un
tenedor: Haarukka... etc. etc.")
Pero no pierdo la esperanza, pues sé que hay un trabajo estupendo esperando por
mí en alguna parte... ¡sólo tengo que encontrarlo! Además, para
animarme y darme ejemplo, está el caso de Guillermo, otro español que vive en
este mismo barrio con su chica finlandesa, y al que conocí de casualidad al poco de
llegar: Nos parecemos muchísimo en muchísimas cosas y él ya ha
encontrado curro... así que el siguiente seré yo.
Feliz y contento, como vivo desde que llegué, el tiempo se me ha pasado suave pero
rápidamente, mientras el Otoño lo llenaba todo de colores, que, mezclados con
el verde original, completaban una hermosa paleta de matices infinitos. Cuando el viento
sacudía los árboles, las hojas volaban suavemente, cual copos de nieve,
recordando que pronto serán éstos los que caigan del cielo bailando...
Y lo que yo conozco como Otoño ya se ha terminado, pues los termómetros ya
están bajo cero por las mañanas, y hasta algunos pinos han perdido todas sus
hojas, advirtiendo incluso a los que ya lo saben de sobra, que la nieve pronto lo
cubrirá todo... (Ya han puesto también en todas las aceras y bordillos unos
palitos naranja fosforito para que las máquinas quitanieves puedan orientarse cuando
empiecen a trabajar)
Vivimos, de momento, en un pisito de 24 m² situado en un barrio tranquilo, alejado del
centro de la ciudad, pero lo suficientemente cerca para no tardar una eternidad en llegar
(para los que lo conozcan, puede compararse con Aravaca en Madrid). Tengo un enoooorme
bosque a la vuelta de la esquina, y me gusta dar paseos por ahí, ver a las ardillas
(aunque también las puedo contemplar desde la ventana, porque tenemos un
"jardincillo" al lado donde juguetean sin parar). Observando a estos divertidos animalitos
he descubierto, por cierto, que han cambiado su pelaje de marrón a gris...
Por las mañanas vengo a la biblioteca para usar el ordenador una o dos horitas (nunca
+ por mucho que me pese), que reparto entre contestar emilios y la caza de trabajo. Luego,
además de prepararlo todo para que me cundan lo + posible, me relajo con las tareas
de la casa... la compra, los cacharros, la colada... y trato de aprender a cocinar, pero me
temo que, a este ritmo, cuando pase por Madrid estas Navidades no voy a poder lucirme
preparando nada fuera de lo normal...
¡¡AH! ¡¡Eso!! Que hemos comprado billetes de avión para pasar
juntos las Navidades en España (del 24 de Diciembre al 1 de Enero), aunque estamos un
tanto preocupados porque parece que están cancelando vuelos por esas mismas fechas y,
a lo peor, no hay forma de volar...
En cualquier caso, quiero mantenerme optimista al respecto y pensar que podré pasar
unos días en casa de mis padres (todavía se me hace raro llamar así a
mi ex-casa : ·), y, pensando en ello... estaría bien montar algún
fiestorro —independientemente del recital callejero de villancicos que espero se haga
realidad— para poder compartir con "toro-mundo" un rato inolvidable...
Bueno, y eso es todo lo que me cuento por ahora. Que me acuerdo mucho de todos mis amigos, y
que, a pesar de estar tan a gustito, les echo de menos a veces + de lo que quisiera, y que
les mando un fortísimo abrazo desde las frías tierras escandinavas donde estoy
disfrutando de la inmensidad de la naturaleza cual duendecillo (no hace falta decir que
estáis + que invitados a pasar por aquí a verlo con vuestros propios ojos
cuando queráis)
Con mucho cariño: JAUI