Doña Crimilda, una viejecita de 80 años de edad, cansada de la vida por tantos  años de lucha y de trabajo, decide suicidarse.
Una tarde, encontrándose  su nieta estudiando, Doña Crimilda le pregunta:
- Mijita, ¿sabrás decirme donde me queda el corazón?
Abuelita, a dos dedos por debajo de la tetilla izquierda.
Doña Crimilda, sin pensarlo dos veces, toma desaforada y decidida,  una cuchilla de la cocina y se clava una puñalada en la rodilla izquierda.