¡Hola!
Me llamo Augusto, tengo un año y medio y no sé muy bien qué significa esto.
Lo que sí sé es que cuando se me cae el chupete, o cuando entre las sabanas
se me pierde mi oso de peluche, es tal mi desesperación que lloro, grito y
pataleo para que mis padres me hagan caso y resuelvan mi problema.
¡Qué angustia me agarro!
¡Esos sí que son problemas complicados!
¡Hola!
Soy Augusto, tengo 8 años, me encanta jugar al fútbol.
El mes pasado me saqué una nota estupenda en matemáticas y ¿adivinen qué?
Mis padres me compraron una pelota profesional; yo era el niño más feliz del
mundo.
Todo era felicidad hasta hoy, porque la pelota se me pinchó y mi madre me
dijo que no iba a comprarme otra porque no sé cuidarla.
¡Qué angustia me agarré!
¡Estos sí que son problemas complicados!
¿Que tal? Tengo 15 años y me llamo Augusto Arias.
Alguna vez se preguntaron ¿quién soy?, ¿por qué nací acá?
¿qué será de mi futuro?
¿por qué yo soy yo y no otra persona? En realidad me doy cuenta que con
tantas complicaciones en que pensar, la vida se va haciendo más difícil y
que es francamente difícil descifrar el enigma de la vida.
¡Qué angustia tengo! ¡Estos sí que son problemas complicados!
¡Qué onda! ¿Cómo estás?, me llamo Augusto, alias "El Chancho" y
voy a cumplir la grandiosa edad de 18 años. Tengo bajas cuatro materias, y
creo que estoy recontra liquidado, soy un verdadero fracaso, no sirvo para
nada.
No quiero ni pensar en la reacción de mis viejos cuando se enteren.
Y eso no es todo, lo que me tiene peor es esa chica que conocí hace un
tiempo, me parece que me enamoré de la guacha, pero es un poco boba.
No sé que hacer, no sé que decir, no sé como actuar. Esta vida no vale un
comino; ¡cómo me gustaría ser niño otra vez, en esa edad uno no tiene
problemas!
¡Qué angustiado estoy! ¡Estos sí que son problemas complicados!
¿Qué
tal? Soy el Contador Augusto Arias, ésta empresa donde trabajo no me paga lo
suficiente, lo que me merezco.
Estudie toda una vida y...? es esto lo que recibo? ¡No es posible!
Con esta crisis que nos ahoga a todos y este gobierno que nos hunde más en el
estiércol cada día que pasa. Ya no soy feliz como cuando era adolescente;
entonces no había preocupaciones, no tenía responsabilidades.
¿Qué problemas tenía yo? Tenía casa, comida, ropa; todo por delante, mi única
obligación era el liceo.
Les diré una cosa: ¡prepárense para el futuro! Porque está lleno de
problemas complicados.
Qué angustia!
Gusto
en conocerlos, soy el Máster en Ciencias Económicas Augusto Arias Menta; soy
padre de familia, no es fácil serlo.
> > > Mis hijos mal que bien la van llevando, pero la que no me banco
más es a mi esposa, no es la misma que conocí hace 18 años, ¡bendita
edad!, cuando construís castillos en el aire, soñás con ser millonario,
famoso, o
como cuando estaba en la universidad y tenía el mundo a mis pies.
Ahora todo es diferente; la vida es recontra más dura que lo que parece en
realidad, estoy sintiendo una gran angustia ante la impotencia de no poder
hacer nada para cambiar el mundo.
Definitivamente ¡Estos sí que son problemas complicados!
¡Opa! ¡Ya soy abuelo! Mi nieto se llama Augusto, como yo. Gracias a Dios
goza de buena salud. ¡Qué suerte poder gozar de salud! Si yo latuviera sería
el hombre más feliz del mundo, haría tantas cosas que no puedo
hacer... caminaría por el parque de la mano con esa bendita mujer que tengo
desde hace 50 años, jugaría con mi nieto a la pelota, viajaría de vez en
cuando con la plata que pude juntar y que ahora se me va en puros
remedios.
¡Qué lastima que la vida sea tan angustiosa y esté llena de problemas!
¿Qué pasa? No sé dónde estoy! Aquí solo veo una luz allá lejos, al final
del camino, hace un tiempo me morí, pero, en realidad, no me morí, sigo
existiendo ...
tarde me dí cuenta de que la vida es más sencilla de lo que parece, de que
en realidad estuve muerto en vida, quejándome de todo, sintiendo que la vida
era para sufrir, no entiendo por qué me preocupaba por un estúpido sonajero,
por una pelota pinchada, ¿qué
importa que tuviese 4 materias bajas o todas las materias o que me quedara
repetidor?
¿por qué le tenía miedo a esa mujer que llegó a ser mi esposa y que solo
de viejo supe valorar?
¿A quién diablos le importa el gobierno? ¿por qué me preocupaba de mi
salud cuando lo único que tenía era un simple resfrío?
Lo más importante era que ... ¡estaba vivo! ¡tenía sueños! ¡tenía
esperanzas!
Yo mismo me impuse el peor castigo que se puede imponer un ser humano:
NO VIVIR LA VIDA. Tarde me dí cuenta de que en realidad no existen los
problemas complicados, tarde me dí cuenta de que el secreto de la vida es
vivir intensamente cada momento, tarde me dí cuenta de que el secreto de la
vida es aprovechar cada día y ser más feliz con lo que ya tenés.
El no darte cuenta de eso, ¡ese sí que es un problema complicado!