Nací
con la in
colgada
de mis abriles
la in
de ingrávida e insegura
de intrépida
e indomable
de indecisa
e inmadura.
Nací
con la in
imprimiéndole
mi carácter
incauta
e intransigente,
indecorosa
e inocente
indefensa
e indiferente.
Nací
casi inconsciente
con
la in de inacabada
inmadura
e invariable,
inmediata
e incandescente,
intrusa
e inolvidable.
Nací
con la in
grabada
en cada poro
intimista
e inteligente
intachable
e intranquila
inquieta
e indecente.
Nací
con la in
impresa
en las
rayas de mi frente.
VOLCANDO LATIDOS
Nube
que mece el iento
alondra
de suave ala
quimeras
que son sueños
sueños
que son certezas,
transcurre
así la vida
penosa
o dicharachera
en estío
o en otoño
en invierno
o primavera,
cruzando
campos segados
o sembrados
de madreselvas
caminan
los pies descalzos
por
ásperas o suaves arenas,
dulzuras
amagadas
amagos
de caricias
en entrelazados
sentimientos
cabalga
la pasión,
¡que
dicha la del poeta!
que
en un amarillo papel
lee
sus amores, sus penas,
sus
quereres sin querer,
aquellas
flores amargas
que
un día hizo florecer
las
lee en un papel agrio
como
agrio es ahora su querer
y yace
ante una mesa
ante
un lápiz y un papel
que
vacios e inertes
esperan
de nuevo florecer,
con
nuevas hazañas del alma
con
cosquillas en el corazón
mas
tiene el alma tan fría
que
sus dedos atrofiados
no pueden
sentir ilusionados
y escribir
la palabra
de cuatro
letras, añorada,
que
dio pie a sus poemas,
y en
lugar de escribir amor,
deja
un huérfano papel
un delgado
lápiz inerte
y una
mesa vacía.
HERA