Katira: Cantante de Opera

Hola Memena,Soy Hernán Manuel (Mujica Hernáiz),  el hijo de La Katira.
Recibe tu y los involucrados en este bello proyecto mis felicitaciones.
La pagina es verdaderamente excelente.

 

Mi esposa Mary, mi recién nacida hija Claudia quien cumplirá
 1 semana el día del encuentro,
y yo, no nos lo perderíamos

por nada.
Te envio esta anécdota, por si da tiempo de incluirla.
Recibe mis Saludos, y hasta el sábado
 
La Katira, Cantante de Opera..........

Cuando Adriana, mi hermana, y yo, éramos pequeños, solíamos pelear

frecuentemente, nada especial, imagino que como todos los hermanos, 
sin embargo aprovechábamos  comenzar nuestras batallas en un rustico 
Nissan Patrol que mi mama tenia en aquella época. 
Debido a que era sincrónico y muy grande, para La Katira era casi 
imposible controlar aquellos dos terremotos que gritaban y se 
golpeaban en la parte trasera del vehículo, y que ademas de 
pelear, de alguna manera disfrutaban y se burlaban del esfuerzo 
que ella hacia por controlarlos.

 

Día tras día estas batallas y burlas contra ella eran perpetradas en aquel 4x4,
ya que parecía ser el único sitio donde no podia agarrarnos. 
Un día La Katira nos amenazó con comenzar a cantar si no dejábamos de 
pelear, a lo que lógicamente reaccionamos riéndonos, ya que protegidos 
por lo grande e inaccesible que  la parte trasera del vehículo era 
para ella mientras manejaba, sentíamos  la seguridad de que no podría 
detenernos al menos hasta llegar a nuestro destino.

Que ilusos fuimos...... Aquella amenaza fue cumplida, y de pronto 
La Katira bajo los vidrios y comenzó a cantar con voz fina, a gran volumen, 
y sobre todo muy pero muy desafinada, aquella popular canción llamada 
"Mami que será lo que quiere el negro". Esto no es lo peor, lo peor fue que 
cantó la melodía como si fuera una Opera. 
Aquel derroche de ridiculez, nos afecto al punto de escondernos 
inmediatamente bajo los asientos, suplicando desesperadamente 
que cesara aquella tortura de ver a la gente observándonos como 
si estuviéramos locos. Pero La  Katira parecía gozar del espectáculo 
y no reacciono a nuestras suplicas, de

 modo que allí estábamos 
nosotros, escondidos y totalmente avergonzados de aquellos 
alaridos que con melodía de Opera nuestra progenitora regalaba 
a todo publico, sin la más mínima vergüenza, al contrario ahora 
pienso que realmente lo disfrutaba.

Inmediatamente prometimos no pelear mas, e ir tranquilos en 
el carro. Al mínimo conato de pelea o rochela, inmediatamente 
La Katira comenzaba su infernal tortura musical 

y recobraba el control de la situación.

Hoy recuerdo esto y muero de risa. 

Me pegunto si alguna vez utilizare esta arma secreta que 

descubrió La Katira, y si surtirá el mismo efecto.

 

 

 

ver otros mensajes recibidos