"El Contexto del Tío Pepé" según Manuel Ramón

 Baño en el tanque de La Ramonera

Escrito un día cualquiera...

Tendría que tener cierta aproximación al realismo mágico de García Márquez para poder expresar esas aventuras que, con bastante frecuencia, pude compartir con el Tío Pepé.

Unas cuantas carreteras en construcción, polvo de granzón colorado y grasa de Caterpillar incluido, hacian parte de las disertaciones del Tío, las cuales se aderezaban con sus conatos golpistas, la importancia de ser adeco, la poesía subyacente en las baladas de Daniel Santos;y bien en el Chevrolet BelAir, o bien en el jeep asignado por el MOP, la ruta se hacia corta, pues la cháchara era pintoresca, y por que no, didáctica.

En la medida que arrancaba la enorme pala del D8, avanzaba la grandeza de un país...y esto entre Polar y Polar.

Si se me pide ubicar, etnologicamente, la idiosincrasia del venezolano, pues pelaría por un retrato de Héctor, claro, le falto ser magallanero.

Cuan cercanos están los días de Ocumare, o bien los baños en el tanque de la Ramonera, y ... Manuel, asi no se abre una caja de cigarros (Lido, para ese entonces) y Rey lamiéndole la cara, luego de ocasionarle un aterrizaje forzoso contra un chaguaramo de la 

Urb. Carabobo, ya que conmovido por la soledad del animal, le invitó a subir al carro...

La obligada escala, con baño helado incluido, en  Guamita; la visita al "Proyecto" de Museo Taxidermista, que a duras penas llevaba adelante Gonzalo Medina, y el Tío Pepé, erudito en ciencias naturales, aclaraba..."Las orejas del matacan son como las de Manuel, las guacharacas chillan como Memena y Nacha peleándose por una ventana del carro, a ese baquiro le dieron en la pata como a Hugo Ramón..."Y de esta manera se iniciaba una aventura llena de curvas, en una montaña húmeda, surcada de pan de palo, helechales y cacaotales...

 

El contexto del Tío Pepé y su entorno ........

Escrito un día cualquiera siguiente al anterior ...

 

Lo de ayer fue inconcluso, puesto que se hace complicado remontarse a los % 60 y %70,, replantear el Ptto del 2001, y responderle a productores molestos porque no les llega la Urea...

pero, la evasión resultó verdaderamente reconfortante.

Ahora bien, considero que si bien el Tío Pepé se destacaba con su particular jolgorio  (...Acaracatisqui...)y su presencia era motivo de fiesta (en realidad, no podia ver una cabeza de gallo, porque hacia un sancocho)era la figura de la palabra apropiada y precisa, del equilibrio y el apoyo, aquella virtuosa mujer, que con tanta diligencia se las ingeniaba para compensar cualquier carencia material con un caudal de amor, afecto y comprensión. Tardó mucho en aparecer la melodía y armonía de Pablo Milanés, para entonar un maravilloso nombre:¡YOLANDA!...

Aquella delgada figura, de cuyos ojos-, cubiertos por unos lentes que hoy harían las delicias de un coleccionista de Art-Retro emanaba la seguridad y ternura que buscaba el niño ante el castigo seguro, por tumbar los mangos muy "jojotos" y con ellos, unos cuantos aguacates (exóticos tesoros y motivo de orgullo de Héctor) y, haciendo gala de su mejor temple, le hacia frente a aquella avalancha de improperios, motivados por las sempiternas travesuras y ocurrencias de la "Bandita de los Sauces"...

y, recurriendo a cualquier argumento conciliador, aplacaba la ira hecha bigotes Yolanda, para remendar el pantalón roído y la imcrompension, Yolanda, para repartir avena y cariño, Yolanda para escuchar...y callar...Y dar, y dar y dar...Esa es la imagen que me ha acompañado tanto tiempo, esa mirada profunda, analítica y por sobre todas las cosas, bondadosamente melancólica.



 

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