¿Una obra de teatro? Capítulo 4 ---------------------------------------------------------------------------- Un cálido soplo de viento indicaba la proximidad del verano, con forme pasaban los días la primavera iba quedando atrás; la infinidad de clases parecían no dejar que los alumnos tuvieran un respiro, exámenes en cada clase indicaba que las vacaciones estaban cerca, pero este espejismo era reconfortante para muchas almas angustiadas. - Qué? reprobé el examen de matemáticas? - Carolina debes esforzarte más. - Pero lo intento y lo intento y sólo repruebo, qué desgracia, creo que no presentaré la prueba para la obra de teatro, es probable que también la repruebe. - Claro que no, no te dejaré reprobar, no pienso ser la única que la presente. - Pero Marcela tienes tres compañeras más. - Cuantas veces me has visto junto a esas tres chicas, tu eres mi amiga, no me abandones - Suplicó Marcela con tristeza - De acuerdo, lo haré. - Gracias, vamos no te aflijas tanto es sólo un examen de matemáticas. - Sí, claro - Dice la chica con resignación. En otro lugar. - De acuerdo, en ese caso me concederían un poco más de tiempo.... claro, no más de tres minutos... muchas gracias. - La chica cuelga el teléfono - Bueno eso es todo. Las clases terminaron. Lucy Marina y Anaís recogieron sus cosas y salieron del colegio. - Vamos a ensayar - Pero Lucy aun es muy temprano. - Marina sólo tenemos 3 días más, debemos estar muy preparadas. - Algo traes entre manos Lucy, confiesa que estas tramando? - Yo? Nada que podría estar tramando? - No será que quieres ver al actorcito de pacotilla de ayer. - No es un actorcito de pacotilla. - Aja, lo sabía es eso. - Claro que no. - No te sonrojes no es para tanto, de acuerdo vamos a ensayar, así conoceremos a tu pareja de audición. - Vamos al parque supongo que se encontraran ahí no es verdad? - Sí Anaís, pero cómo... - Donde más querías encontrarte con él, si apenas se conocieron ayer, además es un lugar perfecto para ensayar. - Supongo que tienes razón, no perdamos más tiempo - Dijo Lucy, mientras se dirigieron en dirección al parque. Una vez ahí, no había nadie, Marina y Anaís comenzaron sus ensayos y Lucy seguía esperando que el joven apareciera. - Dime ama que fue lo que dijo mi amado Romeo. - Estoy muy fatigada ¡mis huesos se están quebrando! - Si tuvieras tu tus huesos y yo mis noticias ¡habla por Dios! - Es que no ves que no tengo aliento. - Lo tienes para decirme que no lo tienes, habla por favor que dijo Romeo. - ¡Qué mala elección de marido has tenido! Es cierto que tiene mejor cara que los demás, pero tengo para mí que es humilde como una oveja. ¡Bien has hecho hija! Que Dios te ayude. - Calla, todo eso ya lo sabía ¿Pero que hay de la boda? - ¡oh Dios, como me duele la espalda y culpa de esto es tuya, me haces andar por esos lugares, abriéndome la sepultura antes de tiempo! - Siento mucho tus males, pero acaba de decirme, querida ama, que contestó mi amor. - Habló como un caballero lleno de discreción y gentileza; puedes creerme. ¿Dónde está tu madre? - ¿ Mi madre? Adentro. ¡Vaya pregunta! - ¿Te enojas conmigo? ¡Buena cura para mis quebraduras! - ¿Qué es en suma lo que te dijo Romeo? - ¿Te dejarán ir sola a confesarte? - Sí. - Pues ahí mismo te casarás. Ve a la celda de Fray Lorenzo, en el convento. Mientras yo iré por otra parte a buscar la escalera, con que tu amante ha de escalar el nido del amor. A la celda, pues, y yo a comer. - ¡Y yo a mi felicidad, ama mía! Marina abraza a Anaís. Lucy comenzó a aplaudir ante la escena. - Son geniales. - Con esto ganaremos un buen papel en la obra. - Por supuesto Marina. Por cierto Lucy no ha llegado tu pareja todavía. - Es temprano todavía Anaís. - Lucy tiene razón Anaís no la presiones ya está demasiado nerviosa. - Basta Marina! - Bueno Lucy te aconsejo que vayas practicando algo, llegue ese muchacho o no. - Anaís tiene razón, no debes atenerte a la hora que llegue ese chico. Por cierto ¿Cómo se llama? Lucy reaccionó hasta ese momento, no sabía el nombre, pero todo había sido muy rápido y no habían tenido tiempo de presentarse, de pronto un sonido se escuchó detrás de unos arbustos. - ¿quién es? - Temo decir mi nombre por miedo a tu rechazo. Lucy sabía que era él. - Llegas tarde. - No - Respondió - Estuve mirándote todo este tiempo. - Por qué? - Por qué no. - Cómo te llamas?- le preguntó mientras salía de su escondite. - Mi nombre es Latis, y cual es el tuyo? - Yo me llamo Lucy,... - Cof... - Y ellas son Marina y Anaís. - Mucho gusto en conocerlas. - Igualmente. - Bueno Señorita Julieta supongo que querrá ponerse a practicar cuanto antes. - Claro- Dijo Lucy mientras se dirigía con Latis al "escenario" Mientras Marina y Anaís se alejaban un poco de la escena - Qué piensas Anaís?. - Aun así es un desconocido. - Vamos Anaís, después de todo la va a ayudar con la audición démosle una oportunidad, pero sólo una. - Lucy no debería ser tan confiada. La escena cambia y vemos a Lucy vestida con un traje de Julieta. - ¿Cómo has llegado hasta aquí? Las paredes son altas y difíciles de escalar podrías tropezar con la muerte siendo quien eres, si alguno de mis parientes te halla. - El amor me prestó sus alas para saltar los muros, ni siquiera temo a tus parientes - Latis vestía un traje negro con una capa del mismo color. - Si te encuentran, te matarán. - Una mirada tuya podría ser más homicida, que sus espadas. Mírame y mi cuerpo se hará invulnerable. - Yo daría un mundo por que no te descubrieran. - De ellos me defiende el velo de la noche. Más quisiera morir en sus manos sino tengo tu amor. - ¿Y quién te guió aquí? - El amor me dijo donde encontrarte. - ¿Me amas? Sé que dirás que sí, y que yo te creeré pero puedes faltar a tu juramento. - Te juro amada mía, por los rayos de la luna. - No jures por la Luna, ella es cambiante e inconstante. - Por quien debo jurar entonces. - Por nadie, pero si has de jurar hazlo por tu persona que es el dios de mi adoración, pero ahora debes irte antes que la noche decrezca - ¿Y no me das más consuelo que ése? - ¿Y qué otro puedo darte esta noche? - Tu fe por la mía. - Te la di antes que acertaras a pedírmela. Latis sube por el escenario del balcón perfectamente bien montado. Se acerca a Lucy para besarla unos centímetros los separan, pero en ese momento un timbre suena y Latis se detiene. - Bien jóvenes su tiempo se ha terminado gracias. La directora de las audiciones da el aviso de salir de escena. Lucy se acerca a Latis y le da las gracias al oído mientras le besa la mejilla, se apresura y baja del escenario y una vez detrás de éste. - Lucy estuviste muy bien. - Gracias Marina tu también estuviste estupenda. - Por cierto donde está Latis? - Ahí viene. Latis aparece frente a Lucy, se hinca y le besa la mano. - Fue un placer haber sido vuestra pareja. - No, gracias a usted por ayudarme caballero. Sonríen por un momento pero unos aplausos los distraen, una figura aparece de entre las sombras. - Vaya Latis, me sorprende verte aquí, encantada de conocerlas muchachas mi nombre es Luz. La chica hace una pequeña reverencia lo que sorprende a las chicas, la joven llevaba un vestido blanco como de los tiempos medievales. - Luz, vaya sorpresa, pensé que no habías venido. - Pues te equivocaste Latis, se tiene una asombrosa visibilidad desde esta parte del teatro- dice esto mientras volteaba a ver el lugar donde había permanecido oculta - Te sorprenderías realmente. - Serás la siguiente en audicionar? - Eso espero llevo toda la mañana, no dudo que seré la última en la lista del director de todas maneras. - Siguiente pareja, Luz y Aguila - Vaya por fin a escena - dice Aguila al acercarse a Luz - Es la última vez que hago esto, podrías haberme dicho que seríamos los últimos. - Ya cálmate, me has reclamado toda la mañana. - Aguila - Latis Ambos se queda viendo con seriedad, pero no por mucho tiempo. - Aguila luego lo fulminas con tu mirada asesina, ahora es tiempo de la audición. Luz arrastra a Aguila hacia el escenario. - Latis por que te miraba así ese joven.- pregunta Lucy al ver la escena anterior. - Por haberle ganado el papel principal - respondió sin mucho interés - QUE?? - respondieron las tres chicas al escuchar esto, Latis simplemente sonrió al tiempo que veía a su amigo marcharse a escena - Siempre es lo mismo con ustedes dos, parecen niños cada vez que ganan un papel principal. - dice Luz. - Mira quien lo dice.- responde Aguila Mientras tanto en el escenario se encontraba un narrador. - En la tierra media el terror ha regresado. El anillo único se dirige a su destrucción, mientras en los campos de batalla se trata de proteger el reino de minas Tirith. A Rohan tierra de los Rohirim llegan los cansados viajeros con dirección a la batalla, Aragorn va con ellos. Eowyn hija de Théoden trata de seguir a su padre y a su hermano en la batalla pero no puede renunciar al cargo de proteger a su pueblo, sin embargo.... La escena comienza, Aguila sale caminado de un extremo del escenario justo cuando va a la mitad Luz sale tras él dándole alcance. - ¡Aragorn! ¿por qué queréis tomar ese camino funesto? - Por que he de hacerlo. Sólo así veo alguna esperanza de cumplir mi cometido en la guerra contra Sauron. No elijo los caminos del peligro, Éowyn si escuchara la llamada de mi corazón, estaría a esta hora en el lejano Norte, paseando por el hermoso valle de Rivendel. Ella permaneció en silencio un momento, como si pesara el significado de aquellas palabras. Luego, de improviso, puso una mano en el brazo de Aragorn. - Sois un señor austero e inflexible; así es como los hombres conquistan la gloria. - Hizo una pausa. - Señor, si tenéis que partir, dejad que os siga. Estoy cansada de esconderme en las colinas, y deseo afrontar el peligro y la batalla. - Vuestro deber está aquí entre los vuestros - Demasiado he oído hablar de deber. Pero ¿no soy por ventura de la Casa de Eorl, una virgen guerrera y no una nodriza seca? Ya bastante he esperado con las rodillas flojas. Si ahora no me tiemblan, parece, ¿no puedo vivir mi vida como yo lo deseo? - Pocos pueden hacerlo con honra. Pero en cuanto a vos, señora: ¿no habéis aceptado la tarea de gobernar al pueblo hasta el regreso del Señor? Si no os hubieran elegido, habrían nombrado a algún mariscal o capitán, y no podría abandonar el cargo, estuviese o no cansado de él. - ¿Siempre seré yo la elegida? - replicó amargamente-. ¿Siempre tendré yo que quedarme en casa cuando los caballeros parten, dedicada a pequeños menesteres mientras ellos conquistan la gloria, para que al regresar encuentren lecho y alimento? - Quizá no esté lejano el día en que nadie regrese. Entonces ese valor sin gloria será muy necesario, pues ya nadie recordará las hazañas de los últimos defensores. Las hazañas no son menos valerosas porque nadie las alabe. - Todas vuestras palabras significan una sola cosa: Eres una mujer, y tu misión está en el hogar. Sin embargo, cuando los hombres hayan muerto con honor en la batalla, se te permitirá quemar la casa e inmolarte con ella, puesto que ya no la necesitarán. Pero soy de la Casa de Eorl, no una mujer de servicio. Sé montar a caballo y esgrimir una espada, y no temo el sufrimiento ni la muerte. - ¿A qué teméis señora? - A una jaula. A vivir encerrada detrás de los barrotes hasta que la costumbre y la vejez acepten el cautiverio, y la posibilidad y aún el deseo de llevar acabo grandes hazañas se hayan perdido para siempre. - Suficiente, pueden retirarse. - Qué? Pero si todavía no terminamos?- dijo Luz al escuchar las palabras de su madre. - He dicho que es suficiente. - No es justo, he pedido a los jueces un poco más de tiempo. - Hemos visto lo necesario. - Exijo que se me permita terminar. - Luz baja del escenario. - No. - No querrás que Aguila pierda su papel por un capricho tuyo o sí. Luz no respondió miró a su compañero y le sonrió. - Gracias por ayudarme con esto. - No fue nada. La chica se volteo y salió del escenario, cruzó juntó a los demás participantes y salió por la puerta que daba a la parte exterior del teatro. Aguila la siguió de cerca sabía que algo no andaba bien. Al salir encontró a Luz con las manos sobre un barandal y la cabeza agachada, escuchó unos sollozos provenientes de la chica. - Luz... - Qué le hice para que me odie de esa forma. - Luz yo... - Lo siento, no quise ponerte en peligro de perder tu personaje. - Estás bien? - No le daré el gusto de verme llorar - Luz se voltea y mira a Aguila con una sonrisa en el rostro -. No le permitiré que me vea llorar Justo en ese momento salió Presea, seguida por Caldina. - Luz estás bien? - dijeron al Unísono. - Claro, por qué no habría de estarlo. - Es qué saliste corriendo y no sabíamos que hacer. - Tranquilas soy una chica fuerte después de todo... díganle a mi madre que salí temprano quieren. Luz bajo por las escaleras y comienza a correr por una calle. - No creo que esté bien, la sacaron a media audición - Concluyó Presea mientras veía a Luz desaparecer entre los edificios. Nota de autora: La historia que representó Luz pertenece en su totalidad a John Ronald Reueld Tolkien autor del Señor de los Anillos, cualquier duda, sugerencia, ya saben donde encontrarme, bueno nos vemos en el siguiente capítulo. Nova.