Francisco María Arouet, llamado Voltaire, nació en París, el 21 de noviembre de1694. Fue educado en un colegio de jesuitas y desde muy joven figuró en la vida aristocrática y cortesana de Francia.
Shaftesbury había dicho que no hay mejor remedio que el buen humor contra la superstición y la intolerancia y Voltaire puso en práctica mejor que nadie este principio con los inagotables recursos de su espíritu genial; el humorismo, la ironía, la sátira, el sarcasmo, la burla franca o velada, los emplea de vez en cuando contra la metafísica escolástica y las creencias religiosas tradicionales.
Voltaire toma los rasgos fundamentales de su concepción
del mundo de los empiristas y deístas ingleses. Ciertamente, Dios
existe como autor del mundo; y aunque tropiece esta opinión con
muchas dificultades, las dificultades que se oponen a la opinión
contraria son aún mayores. Voltaire repite a este propósito
el argumento de Clarke, de Locke y de los deístas: “Existe algo,
por tanto, existe algo eterno, porque nada se produce de la nada. Toda
obra que nos muestra medios y un fin revela un artífice: por tanto,
este universo compuesto de medios, cada uno de los cuales tiene su fin,
revela un artífice potentísimo e inteligentísimo.”