|
Los vacios en el conocimiento, en la autoconfianza, en la autoestima y en el autoanálisis de nosotros, los seres humanos nos llevan a tener fe en sistemas de creencias que nos han sido enseñados desde la infancia o que se presentan ante nosotros para suplir esos huecos. La gran mayoría de los magufos, y sus creadores, son autogenerados y autogobernados por su aparente bondad y por la esperanza y espiritualidad que conllevan. Los creadores de los magufos, por lo general viven de ellos y en la mayoría de los casos no les va mal, por lo que sólo continuan adelante. La mayoría de los escepticos no podemos vivir de nuestro escepticismo, ya que ejercemos una profesión y ello nos consume la mayor parte de nuestro tiempo, lo que deja a este lado de la balanza claramente desproporcionado. Es una confrontación de mentes, claramente desigual, pero con un propósito. El desenmascarar los magufos y a sus creadores es uno de los pasatiempos mas dificiles y menos redituables del mundo, pero cuando se sabe que se puede educar a la gente mediante la divulgación de los avances científicos, mediante el análisis concienzudo de estas supuestas maravillas o secretos revelados, se puede lograr un avance en el nivel cultural y de raciocinio de nuestra especie, lo cual subsana el hueco emocional referido anteriormente. De vez en cuando, es normal, aparece algo nuevo, algo tal vez demasiado atractivo para ser verdad, el furor de la novedad nos embarga, pero debemos estar dispuestos a tomar distancia y observar el entorno de dicha novedad. A veces resulta algo con un vasto fundamento investigacional, pero en otras ocasiones es solo un fraude, ya sea de buena fé o con toda la intención. El punto principal es intentar evitar un juicio aventurado basado sólo en el anuncio inicial. Nadie puede, por lo tanto, estar seguro de decir "reconozco un magufo en cuanto lo veo", por el hecho de que se desconozca. La mejor forma de avanzar efectivamente hacia el cumplimiento de nuestro propósito, desenmascarar magufos, es usando lo que conocemos mejor, que es nuestra propia area de estudio y/o trabajo, sólo así podremos usar todo el peso de nuestra argumentación y de los hechos a nuestro alcance, con el apoyo de los investigadores que conocemos, en favor de la claridad de la ciencia contra el misticismo magufo. Si bien el raciocinio es una forma de conocer la realidad, no debe ser tomado como la única vía posible, ya que esto puede conducir a tratar la realidad basándose en los prejuicios que constituyen la propia visión del mundo, es por ello que se debe utilizar un método de observación y experimentación, el cual nos permitar corroborar las evidencias y comprobar los sucesos nuevos. Este método ha sido concebido y depurado por generaciones de científicos y es aplicable a cualquier evento, de hecho representa una de las mejores formas de estudiar el funcionamiento del quehacer científico, y así confirmar sus resultados. Si, es preciso admitirlo, las carreras y reputaciones de una gran cantidad de investigadores hán caido con estrepito por malas interpretaciones en sus datos o por publicar algo que no había sido cuidadosamente confirmado. Muchos de estos casos pueden ser ennumerados... Pero ¿Cuántas carreras o reputaciones magufas han caido, aún a pesar de haber sido descubiertas?¿Cuantos han hecho fortunas aún a pesar de ser descubiertos como fraudulentos? Ellos, los magufos, dicen que están más alla del método científico y que no siempre se puede dudar de lo que no se conoce... No se... Parece un argumento de autoridad y de autocomplacencia frente a la evidencia, pero esto debe ser confirmado. El hecho es que tenemos que usar no sólo nuestra capacidad, sino las herramientas desarrolladas para auxliarnos en este propósito, confirmando y rechecando nuestros resultados, para poderlos dar como válidos. Es la mejor forma que conocemos de hacerlo. |
|