Que bien se observa todo desde acá; estamos perdidos en el sublímite del mundo que nos hace ver todo mucho mas claro. Atención!!! Atención !!! Vuelo número seis a cualquier parte. Quien lo toma...
Porque no quiso ser estatua de sal le llamaban todos “culo inquieto”, aparentaba ser un tipo normal pero guardaba un secreto.
Cuando a los cínicos les dio por rezar él le puso a Satán una vela, aprendió todo lo que hay que olvidar y se marcho de la escuela.
Y por llamarle tanto pan al pan y al vino, vino, la gente bien pensaba mal.
Y decían por la acera del casino que si tal que si cual pero a él le daba igual.
Porque gritaba cuando había que callar le llamaban todos aguafiestas, dormía todo lo que había que soñar sin perdonar una siesta.
Y aunque nadie daba un duro por él, se volcaba tanto en los detalles, que sin llegar a nada llegó a ser el capitán de su calle. Pero en el barrio había un General que, para colmo, lo vio salir de noche a probar...
A buscarle tres patas a las gatas y dos peras al olmo para merendar.
Porque sabía que la verdad desnuda guarda oculta detrás de la corteza, el hueso de cereza de una duda. Y se reía con la melancolía que le da la razón a la tristeza, cuando los labios pierden la cabeza.
Porque no sabía vivir sin besar le llamaban todos “Picha Brava”, pero él besaba para recuperar los besos que le faltaban, y aunque la muerte le aterraba pensó que si la pálida dama llegaba, no desperdiciaría la ocasión de ver que tal besaba.
Y por burlarse de lo más sagrado, los del Juzgado, empapelaron al Capitán, y le echaron cinco mil años y un día paque aprenda a cantar en la Mazmorra fía...
Porque sabía que la verdad desnuda guarda oculta detrás de la corteza, el hueso de cereza de una duda. Y se reía con la melancolía que le da la razón a la tristeza, cuando los labios pierden la cabeza.