El Nacional, 11 de mayo de 1996.
Si la policía hubiese esperado más mi hermana Magdalena no habría muerto
La joven de 19 años de edad aseguró que los dos secuestradores nunca tuvieron intención de hacerles daño y que María Magdalena Monagas podía controlar la situación y evitar el fatal desenlace
Reiner Sifontes, novio de la fallecida, estuvo en el tercer piso del edificio Refugio y también considera que la operación comando se llevó a cabo imprudentemente. ``Todos lo vieron por televisión'', repitió en varias oportunidades EDGAR LOPEZ
``Si la policía hubiese dejado pasar más tiempo, Magdalena hubiese salido perfectamente de eso. Mi hermana no habría muerto. Ella podía manejar la situación. No había ningún apuro. El apuro lo tuvieron las personas que entraron. Siempre se dijo que no entraran. Ella misma dijo `no entren'. Yo cuando salí les dije que no entraran. Hubiese transcurrido más tiempo y ella perfectamente hubiese manejado la situación''.
Pasadas tres semanas de los sucesos en Terrazas del Avila, Lorena Monagas, quien permaneció secuestrada durante unas quince horas y tuvo mejor suerte que su hermana María Magdalena Monagas, ofreció su versión de los hechos.
``Ellos en ningún momento nos hicieron daño, no nos golpearon, ni siquiera nos tocaron. Ellos lo que querían era salir libres de allí. En un momento, Julio César (Zambrano, uno de los delincuentes) dijo: `El carro nos lo tienen que entregar; si no es hoy, será mañana o pasado'. Lo que querían era salir libres. Todos lo vieron por televisión. Cuando ella hablaba o se asomaba por el balcón, demostraba mucha firmeza. Sí estaba temerosa, pero no tanto como los que estaban afuera. Yo sé como es mi hermana y ella pudo haber salido de ahí. La policía no tenía que haber entrado tan rápido. Ellos no nos iban a hacer daño, ellos no tocaron a Magdalena. Todos vieron lo que hizo la policía. Ellos entraron disparando sin siquiera saber quién estaba en frente de ellos''.
-Cómo tu hermana podía controlar la situación si estaba al frente de dos hombres armados?
-Mira, ella siempre estuvo hablando con ellos. Les decía que era un simple robo, sin heridos, sin muertos. Ella nunca se mostró temerosa.
-Pero se ha dicho que estas dos personas estaban bajo los efectos de droga y alcohol...
-Bueno, sí, estaban tomados, pero ello no significa que nos iban a matar. Siempre nos dijeron que no nos iban a hacer daño. De hecho, yo estaba en pijama y me dieron el blue jean para que me lo pusiera y nos diéramos cuenta que ellos no eran ningunos violadores.
-¨Durante todo el tiempo que permanecieron secuestradas, cuál fue la actitud de los delincuentes?
-Ellos, cuando llegaron, simplemente iban a robar y dijeron que luego se irían. Se iban a llevar una computadora, un equipo de sonido, joyas, perfumes... Dijeron que se llevaban el carro y que al día siguiente lo dejarían en el CCCT. Cuando las cosas se complicaron, ``Hernancito'' (Hernán Gregorio López Ortuño) estuvo dispuesto a entregarse, pero Zambrano no. ``Hernancito'' nos pidió que llamáramos a los medios de comunicación. Nos dijo que buscáramos en la guía telefónica o que llamáramos al 103 para pedir los números de las televisoras. Quiso que estuvieran presentes para que todo el mundo viera que él estaba allí y que no lo iban a matar. Zambrano decía que él saldría libre o muerto, pero si hubiesen dejado pasar más tiempo, el desenlace hubiese sido distinto.
La joven Lorena, de 19 años de edad, confirmó que funcionarios de la PTJ hicieron reparaciones en el apartamento 4-B del edificio Refugio, donde ocurrieron los hechos. ``Taparon los huecos en las paredes, pintaron, repusieron los vidrios y limpiaron el piso. Todavía falta poner la puerta y arreglar la reja'', dijo.
DESDE EL TERCER PISO
Renier Sifontes, novio de María Magdalena Monagas, considera que ha transcurrido mucho tiempo sin que haya una explicación convincente respecto a las circunstancias en que se llevó a cabo la operación comando por parte de los funcionarios policiales que intervinieron en Terrazas del Avila.
``Todo el mundo vio por televisión la actuación de la policía. A mí particularmente me parece que fue precipitada, porque después de la entrega de Lorena transcurrieron unas tres horas. Entonces, se apareció la Disip y el cura que estaba tratando de mediar se retiró. Yo me quede en el piso 3 y desde allí oía todo''.
``En ningún momento hubo sorpresa -continuó Sifontes. Cuando detonaron la puerta con explosivos plásticos y no con una bomba de agua como se ha dicho, podía oír: `Se va volar la puerta', `todo el mundo pendiente', `todavía no', `ya va', `ahora sí'... Hubo un conteo regresivo hasta que voló la puerta. Si yo, que estaba en el piso 3, oí todo eso, igual lo pudo oír el delincuente que estaba en el interior del apartamento. O sea, el factor sorpresa no existió''.
``Además, la persona que entró a rapel por el balcón, lo hizo disparando. Si tú estás temiendo por la vida de un rehén, cómo vas a disparar a ciegas. Es lo que todo el mundo se pregunta. Ellos tenían chalecos antibalas, escudos, armamento sofisticado... y el secuestrador sólo disponía de un arma''.
``Si la policía estuviese segura de que el delincuente fue quien causó la muerte a Magdalena, inmediatamente lo habría dicho. No tendrían a todo el mundo en este suspenso que se ha mantenido. Esa es una información que está esperando toda la ciudadanía''.
``Al retirarse del lugar, y eso también lo vio todo el mundo, los policías salieron tapándose las caras con los escudos. No creo que quieran el anonimato después de un trabajo bien hecho'', agregó Sifontes.