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![]() Más de 250 personas de Montevideo y Costa de Oro practican un sistema de intercambio comercial sin monedaCambio sudor por libertadEl dinero no hace la felicidad. El trueque tampoco, pero ayuda a vivir. Allí cada uno ofrece sus talentos y virtudes.
CESAR BIANCHI Las historias son reales. Un psicólogo al que no le iba bien, ahora enseña a bailar salsa. Un abogado vende empanadas. Un ingeniero compró una máquina de hacer panqueques con siete hornallas y el otro día le confesó a un colega de red: "no puedo atender mi clientela (de ingeniero) porque se me queman los panqueques". ¿Se puede vivir sin dinero? Los socios de la Red Global del Trueque Multirecíproco y Solidario creen que sí. De hecho, lo practican a diario utilizando el trueque como forma de acceder a productos o servicios. Una modalidad de comercio que compartió su vigencia hasta el siglo XVIII, reinstrumentada desde 1996 en el Río de la Plata. En Uruguay, tiene sus 250 devotos en 9 clubes o "nodos". Este trueque, que representa la más primitiva actividad comercial de la humanidad, se diferencia de aquella por su multirreciprocidad. La palabra clave es "prosumidor", término acuñado por Alvin Toffler en "La Tercera Ola" (1979) que define a quienes son, al mismo tiempo, productores y consumidores de bienes y servicios. La multirreciprocidad vuelca a la red sus productos y toma de ésta los que le son ofrecidos, para cubrir alguna de sus necesidades insatisfechas. No se emplea dinero, en algunos clubes es válido el trueque directo, y la herramienta es el "dinero social", los llamados créditos. Este mecanismo de economía alternativa no se usa para eludir el mercado formal, sino como complemento de éste. "Está dirigido a todos, pero especialmente a los pobres, clase media pauperizada, y quienes han perdido el trabajo como consecuencia de la globalización y el neoliberalismo", dijo a El País, Carlos Del Valle, Impulsor de la red en Argentina. "Un reparador de electrodomésticos que estaba fundido, tras su éxito en la red arreglando televisores y equipos de audio, abrió dos negocios en el mercado formal", ejemplificó el Impulsor del Nodo Obelisco de Bs. As. Los créditos de la Red no requieren un respaldo, no pertenecen al editor ni al tenedor, se distribuyen equitativamente entre los integrantes, y no se acumulan, ni atesoran como una mercancía. Los llamados "bonos de cambio" en Ecuador, "talentos" en Colombia y "tupí" en Brasil, no tienen valor, aunque toman como referente al patrón externo de la moneda nacional (un peso = un crédito), para facilitar los intercambios solidarios de bienes y servicios. A cada prosumidor nuevo se le entregan 500 créditos uruguayos, y si se retira de la RGT, debe devolverlos ya que quedan obsoletos. URUGUAYOS. Alvaro Antoniello decidió en 1997 buscar en internet "economías solidarias del no dinero", impulsado por su constante interrogante: "¿Por qué, habiendo consumidores con demanda insatisfecha y gente con capacidad productiva y ganas de trabajar, hay crisis económicas?". Así encontró distintas publicaciones y la página web del movimiento pionero de trueque múltiple en Argentina. Se comunicó con los argentinos Horacio Covas y Carlos De Sanzo, y concurrió a las Segundas Jornadas del Trueque en Bs. As. Su entusiasmo contagió a 70 uruguayos que "por el boca a boca" y el apoyo de una radioemisora, se reunieron en noviembre de 1997 junto a tres fundadores de la red argentina para conocer los pormenores del método. Contó Antoniello que más de 200 se reunían por semana durante 1998 y todos le decían "cuando arranquen con esto, llámenme". Pero así volvió a quedar solo. Fue en setiembre de ese año que la idea recobró fieles adeptos y así surgió el Club Nodo Sur (del barrio Sur), los que se reúnen los jueves en un jardín de infantes de Magallanes 1132. "Esto es muy barrial", contó Antoniello, quien confirmó que son 60 los inscriptos. A propósito de la red, dijo que "es un mercado complementario al formal. No hay fundamentalismos, sólo somos más autónomos", agregó. Con la "moneda social" pudo adquirir alimentos, ropa, artesanías, clases de yoga, sicoterapias, aceites esenciales, servicios de plomería, de albañilería, entre otros. "La red es una encubadora de emprendimientos", sentenció. "En las reuniones no sólo nos ofrecemos productos o habilidades, sino también aprendimos a conocernos, y el afecto y la confianza es muy importante en el grupo. Uno de los secretos del sistema es salir al cruce al desempleo de personas con talentos, quizás no demasiado cotizados en las contigencias actuales del mercado. Es interesante compartir las charlas con gente de distintos edades, intereses, y necesidades", dijo Antoniello. Similar concepto tiene Macarena Borba, Impulsora del Nodo Guidaí (Luz de Luna) de Sayago, quien calificó a la RGT de "terapia de grupo". Borba se ofrece en la red como maquilladora, cosmetóloga, y depiladora, además de brindar sus manualidades y caramelos de miel. Este nodo se reúne los sábados de 17.30 a 20 horas en el Centro Salesiano de Sayago, y concurren 30 prosumidores. Borba asistió a la megaferia bonaerense de 1999 y en setiembre formó su club. La historia creció. Aquí también se realizan ferias nacionales organizadas por los distintos nodos, y actualmente se gestiona una gran feria en la Explanada Municipal de Montevideo, la que oficiará de exhibición para los "voyeurs". Borba dice que los trocadores no pierden oportunidad de practicar. "En Argentina mucha gente viaja por trueque dado que una pareja afiliada es dueña de un club agencia de turismo. Hijas de padres prosumidores han festejado sus 15 años con servicios de mozas y confitería pertenecientes a la red". |
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