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jueves, 31 de julio de 1997

BIOTECNOLOGIA

Granjas: la farmacia del futuro
Los animales transgénicos pueden convertirse en fábricas de medicamentos

Los creadores de "Dolly" presentaron la semana pasada a "Polly", la primera oveja clónica que transporta un gen humano y que podría ser capaz de fabricar proteínas beneficiosas para el hombre.
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MYRIAM LOPEZ BLANCO
myriam@salud.el-mundo.net

Después de la creación de Dolly, todos esperaban que el siguiente acontecimiento ocurriese tarde o temprano, pero no antes de cinco o seis años. Sin embargo, el matrimonio entre biotecnología e ingeniería genética ha vuelto ha tener descendencia. La compañía farmacéutica PPL Therapeutics y los científicos del Instituto Roslin, de Edimburgo, que presentaron hace cuatro meses a la oveja Dolly -primer animal de la Historia que ha sido clonado a partir de células de un animal adulto-, han creado ahora a Polly, otra oveja producida de una manera muy similar a Dolly pero que, a diferencia de ésta, transporta genes humanos.

De esta forma se cumple el deseo de los que apostaron por la idea de que los animales transgénicos de granja podrían convertirse en productores de fármacos.

Todavía está por ver si los productos fabricados por estos animales tienen algún beneficio medicinal, pero, si todo sale como se espera, las proteínas terapéuticas obtenidas de la sangre o de la leche de animales transgénicos podrían estar en el mercado antes de cinco años, listas para dar a los pacientes.

De momento, PPL Therapeutics ya está probando la alfa-1-antitripsina (AAT), una proteína utilizada para tratar la fibrosis quística y el enfisema. En sus establos, los científicos de esta compañía guardan también ovejas en las que han implantado los genes humanos responsables de la producción del factor VII, del factor IX y del fibrinógeno (todos ellos productos para la coagulación de la sangre), así como el gen productor de la proteína C (que es un anticoagulante). Las vacas de PPL ya producen leche con proteína humana; y los conejos fabrican calcitonina (que repara la pérdida de hueso en la osteoporosis).

Los trabajos de laboratorio se han acelerado tanto que todavía no ha dado tiempo a demostrar que estos productos son eficaces en los ensayos clínicos de rigor. Por otro lado, estos estudios son el punto de mira de los grupos ecologistas y de algunos miembros del Gobierno que vigilan con escepticismo todo aquello que se deriva de la ingeniería genética.

Organos para trasplante

Aparte de productos en la leche o en la sangre de estos animales transgénicos, se espera poder producir, también, animales que lleven órganos para el trasplante compatibles con el hombre. En el caso del cerdo, existe una molécula en la superficie de sus órganos que provoca el rechazo cuando se implantan en el ser humano. Y los científicos pretenden crear animales que lleven órganos libres de estas moléculas. Es decir, tratan de extraer el gen responsable de la formación de esta sustancia para evitar el problema.

La ventaja de la técnica empleada por los científicos del Instituto Roslin, en comparación con los intentos anteriores, es precisamente que se pueden incorporar y extraer genes al antojo del investigador.

Polly fue creada así, añadiendo un gen. El proceso fue el siguiente: se obtuvieron células fetales de oveja (que son más fáciles de manipular que las células adultas) y se añadieron a ellas fragmentos de DNA (genes de los cuales al menos uno era humano). En el paso siguiente, los científicos cogieron un óvulo de otra oveja y le extrajeron el núcleo para introducir en su lugar el núcleo con el DNA humano manipulado en el laboratorio.

Una vez intercambiados ambos núcleos, se instaló el óvulo en el útero de una oveja que hizo las funciones de madre de alquiler. El resultado: una oveja clónica, Polly, que lleva el gen humano en cada una de sus células y que, por tanto es capaz de producir la proteína humana deseada.

Antes de la técnica desarrollada por el grupo escocés, se llevaba a cabo otra distinta, que es considerada entre los científicos como un método de prueba o error. Se micro-inyectaba, en una serie de óvulos recién fertilizados, una cantidad concreta del gen deseado y se esperaba pacientemente hasta que alguna copia del gen se incorporara al genoma del embrión, y empezara a desarrollarse.

Con este sistema, los genetistas podían añadir genes, pero no extraerlos. Y todos los expertos coinciden en que la técnica desarrollada por los investigadores de Edimburgo es mucho más eficaz que la de prueba o error.

Al hacer una transferencia de núcleos -que es lo que se ha hecho con Dolly y Polly- en los que los genes han sido previamente reemplazados y manipulados en el laboratorio, mientras las células crecían en un cultivo, existe menos probabilidad de fracasar en el intento.

Sin embargo, llegar a conseguir el proceso completo -es decir, obtener una manada de ganado adulto capaz de fabricar en su cuerpo el producto deseado de forma uniforme- no es tan sencillo. A veces, el gen funciona bien cuando se inserta en la célula, pero otras ocasiones no.

El nacimiento de Polly no ha sido publicado todavía en ninguna revista científica de referencia y los representantes de la compañía PPL se han negado a decir cuál es el gen que lleva. Con la presentación de la oveja el pasado jueves sólo trataban de evitar comprometer a la revista en cuestión, según Allan Colman, director científico de la compañía PPL. Colman se refería a lo que ocurrió con el caso de Dolly, que apareció repentimamente en la prensa el pasado febrero después de que un diario británico se saltara el embargo de Nature y, detrás de él, el resto de la prensa internacional.

De hecho, no sólo presentaron a Polly, sino a otras cuatro ovejas más. Polly fue la primera en nacer, hace tres semanas. Otras dos nacieron días después, pero todavía no se sabe si los genes humanos que se les implantaron se expresarán o no. En las dos restantes no hay genes humanos.

Los científicos creen que este logro va a revolucionar la farmacología. En los países anglosajones, que es donde se lleva a cabo la mayoría de estudios en este campo, incluso han encontrado una nueva palabra para la producción de fármacos con animales trangénicos: pharming, verbo que resulta de la mezcla entre la palabra granja (farm) y productos farmacéuticos (pharmaceuticals).

Pharming es, además, el nombre de la compañía farmacéutica que produjo uno de los primeros animales transgénicos de granja en 1988, y que planea vender lactoferrina humana (capaz de estimular el sistema inmune) producida por sus vacas transgénicas.

Leche medicinal


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