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Presión arterial alta
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¿Qué es la presión arterial alta?
¿Qué causa la presión arterial alta?
¿Quién contrae la presión arterial alta?
¿Qué tan seria es la presión arterial alta?
¿Cuáles son los síntomas de la presión arterial alta?
¿Qué confirmará un diagnóstico de la presión arterial alta?
¿Qué cambios en el modo de vida son necesarios para controlar la presión
arterial alta?
¿Cuáles son las farmacoterapias para la presión arterial alta?
¿Donde más se puede encontrar ayuda para la presión arterial alta?
Fuentes adicionales para información reciente
¿Qué es la presión arterial alta?
La presión arterial alta, también llamada la hipertensión, ocurre cuando los
vasos más pequeños del cuerpo, conocidos como las arteriolas, se estiran, lo
cual causa que la sangre ejerzca presión excesiva contra las paredes de los
vasos. A consecuencia, el corazón debe trabajar más duro para mantener la mayor
presión y con el tiempo puede volverse agrandado y lesionado (una enfermedad que
se llama hipertrofia). Aunque el cuerpo puede tolerar una mayor presión arterial
durante meses y hasta por años, con el tiempo daño a los vasos sanguíneos puede
ocurrir, incluyendo daño a los vasos sanguíneos de los riñones, del cerebro y de
los ojos. Finalmente, un paciente puede sufrir de daño del corazón, de daño
renal, de un accidente cerebrovascular o de una deficiencia visual.
La presión arterial se categoriza como normal, alta normal, leve, moderada,
severa y muy severa. Cualquier presión arterial que sea más alta de lo normal
debe ser atendida con niveles variados de tratamiento. Dos números se usan para
representar la presión arterial: la presión sistólica (el número mayor) se mide
cuando el corazón se contrae para bombear la sangre fuera; la presión diastólica
(el número inferior) se mide cuando el corazón se relaja para dejar la sangre
fluir dentro del corazón. (véase Examinación Física debajo para una descripción
del procedimiento para medir la presión arterial).
La presión arterial óptima es menos de 120/80 mm de Hg (sistólico/diastólico).
La presión normal es menos de 130/85; alta normal es 130-139/85-89. Una persona
se considera hipertensiva si su presión arterial es más de 140/90. La
hipertensión es entonces dividida en cuatro etapas: leve es 140-159/90-99;
moderada es 160-179/100-109; severa es 180-209/110-119; muy severa es más de
210/120. Si hay una diferencia entre las presiones sistólica y diastólica, la
categoría superior de cualquiera de las medidas debe emplearse para determinar
la gravedad. Por ejemplo, si la presión sistólica es 165 (moderada) y la
diastólica es 92 (leve), se consideraría que el(la) paciente tiene hipertensión
moderada. La hipertensión sistólica aunque leve, puede, en efecto, ser un signo
de advertencia para la hipertensión más severa, a pesar de que la presión
diastólica sea normal. La presión arterial de un(a) niño(a) es normalmente mucho
menos que la de un(a) adulto(a). Los niños se encuentran en peligro de
hipertensión si exceden los siguientes niveles: 116/76 para las edades 3-5;
122/78 para las edades 6-9; 126/82 para las edades 10-12; y 136/86 para las
edades 13-15.
En general, la presión arterial varía de la misma manera durante el día en todas
las personas. Generalmente es más alta en el trabajo y luego desciende un poco
en la casa. La presión se disminuye a su nivel más bajo mientras uno duerme pero
aumenta repentinamente al despertar y al levantarse. (Es cuando el(la) paciente
está despertándose que los riesgo más altos para un ataque cardíaco y un
accidente cerebrovascular ocurren en aquellos con presión arterial alta severa).
¿Qué causa la presión arterial alta?
Hipertensión esencial.
La hipertensión se denomina esencial, o primaria, cuando el médico no puede
identificar una causa específica. Esta es por mucho el tipo más común de
presión arterial alta y ocurre en cerca de 90% de pacientes.
Factores genéticos. Varios factores genéticos pueden interactuar con
influencias ambientales para producir la presión arterial alta esencial.
Los genes bajo estudio intenso son aquellos que afectan a un grupo de
hormonas conocidas como el sistema angiotensina-renina, el cual influye
en todos los aspectos del control de la presión arterial, incluyendo las
contracciónes de los vasos sanguíneos, el balance hídrico y de sal y el
desarrollo de células en el corazón. Estudios sugieren que algunas
personas con hipertensión esencial pueden heredar anormalidades del
sistema nervioso simpático, el cual es parte del sistema nervioso
autónomo que controla el ritmo cardíaco, la presión arterial, y el
díametro de los vasos sanguíneos. En un estudio sobre el estrés mental,
la actividad nerviosa gobernada por este sistema aumentó en los
estudiantes cuyos padres tenían presión arterial alta pero no en
aquellos cuyos padres tenían presión normal.
Anormalidades metabólicas que causan resistencia a insulina ocurre en la
mitad de personas con hipertensión. Investigadores están encontrando
historias comunes de presión arterial alta, altos niveles de fibrinógeno
(un factor para la coagulación de la sangre), niveles altos de glucosa e
insulina en la sangre, y resitencia a insulina. Resistencia a insulina
ocurre cuando los niveles de insulina son normales a altos, pero el
cuerpo es incapaz de usar la insulina para metabolizar azucar sanguínea
en células musculares y almacenarla para energía. En tales casos, el
cuerpo recompensa al incrementar el nivel de insulina
(hiperinsulinemia). Hiperinsulinemia y la resistencia a insulina son
también mecanismos primarios en personas con diabetes tipo II, o no
dependiente de insulina, muchos de quienes tienen presión arterial alta.
Personas con hiperinsulinemia también son más aptas de tener niveles más
altos de las moléculas grasas triglicéridas y niveles bajos de HDL -el
llamado buen colesterol, el cual es también un factor de riesgo para la
coronariopatía (enfermedad de las arterias coronarias). No todas las
personas con hiperinsulinemia y estos otros factores de riesgo tienen
hipertensión, y no todas aquellas que tienen hipertensión tienen estos
otros problemas, así que a pesar de que tal vez algún vínculo existe, la
cadena de reacciones que resulta en presión arterial alta permanece
especulativa.
Hipertensión secundaria.
La hipertensión secundaria tiene causas reconocibles, que generalmente son
tratables o reversibles. Estas incluyen condiciones médicas, como el
embarazo, la cirrosis, la enfermedad renal o la enfermedad de Cushing. La
presión arterial alta temporal puede ser un resultado del estrés, del
ejercicio y del consumo de largo plazo de cantidades grandes de regaliz.
Expertos están interesados en saber si un incremento transiente en presión
arterial durante los ejercicios predice problemas del corazón después. Dos
estudios recientes llegaron a conclusiones opuestas. En ambos, pacientes
cuyas presiones sistólicas fueron elevadas momentáneamente a más de 200
fueron comparados con pacientes quienes no mostraron presiones arteriales
incrementadas. Un estudio reportó que personas cuyas presiones arteriales se
elevaron tenían una taza de mortalidad menor y eran menos probables de tener
cardiopatía severa dentro de un período de dos años. El otro estudio siguió
un grupo de hombres por 16 años y encontró resultados opuestos, 58% de
aquellos con elevaciones altas tuvieron ataques cardíacos comparados con 33%
en aquellos cuyas presiones no se elevaron.
Medicamentos. Ciertos medicamentos de prescripción y sin prescripción
pueden causar presión arterial alta temporal. Algunos medicamentos de
prescripción incluyen cortisona, prednisona, estrógeno e indometacina.
Recientemente el uso de largo plazo de los medicamentos
antiinflamatorios sin esteroides (NSAID, nonsteroidal anti-inflammatory
drugs) han venido bajo sospecha como agentes precipitadores de la
presión arterial alta; estos medicamentos también pueden dificultar el
tratamiento para la hipertensión, en particular con los bloqueadores
beta. Tales medicamentos incluyen la aspirina, el ibuprofeno (Advil,
Motrin, Rufen), indometacina (Indocin), el naproxeno (Anaprox, Naprosyn,
Aleve), piroxicam (Feldene), sulindac (Clinoril), tolmetic (Tolectin) y
muchos otros. De estos medicamentos, parece que la aspirina ejerce el
efecto menos perjudicial sobre la presión arterial. Piroxicam parece
elevarla más. También se ha encontrado que medicinas para la gripe que
contienen seudoefedrina elevan la presión arterial en las personas
hipertensivas, pero parecen no hacer daño en las personas que han traído
su presión arterial bajo control.
Alcohol. Un 10% de los casos de hipertensión son causados por el
consumo excesivo de alcohol. Un análisis de un estudio principal
encontró que las personas que bebían más de tres bebidas alcohólicas al
día tenían una presión arterial mayor que las que no bebían, con
aquellos que bebían más teniendo una presión mayor; las personas que
bebían mucho tenían una presión arterial mayor que las personas que
bebían regularmente. Por otro lado, el beber leve a moderadamente (uno a
dos tragos al día) parece tener ciertos beneficios -incluyendo el
aumentar los niveles de colesterol de HDL (altos niveles del colesterol
de HDL se consideran bueno, mientras que altos niveles del colesterol de
LDL se consideran malos), y el riesgo reducido de la cardiopatía.
¿Quién contrae la presión arterial alta?
Edad y peso.
Unos 50 millones de estadounidenses tienen presión arterial alta, cerca de
un 25% de todos los adultos. La mayoría tienen hipertensión leve, pero aún
así esta enfermedad requiere atención médica y sólo 20% de estadounidenses
tienen su presión arterial alta bajo control. La edad predispone a la
hipertensión; dos tercios de la población experimentará por lo menos la
presión arterial alta leve antes de la edad de 65. Cerca de una tercera
parte de los pacientes con presión arterial alta están sobrepeso, cualquier
persona que está sobrepeso está a riesgo de hipertensión por más de 50% que
las personas de peso normal. Es más, el aumento de la presión arterial
conforme uno envejece puede ser debido principalmente al aumento de peso.
(Esto es verdad particularmente en los Estados Unidos; en otras culturas la
vejez no necesariamente coincide con el aumento de peso o con la presión
arterial alta). Niños y adolescentes quienes son obesos y bebés que son de
bajo peso al nacer están a un mayor riesgo para la presión arterial alta
cuando llegan a la edad adulta.
Diferencias étnicas y de género.
Las mujeres menos de 60 años de edad son un 50% a 75% menos probables de
tener hipertensión que los hombres de la misma edad. Entre las edades de 50
y 60, 40% de hombres blancos y 30% de mujeres blancas tienen presión
arterial alta. En afroestadounidenses del mismo grupo de edad más de la
mitad de los hombres y un poco menos de la mitad de las mujeres tienen
hipertensión. Después de la edad de 60, la mitad de hombres y mujeres
blancos tienen presión arterial alta, pero la taza en afroestadounidenses es
60% para hombres y salta a 80% para mujeres. La combinación de presión
arterial alta y resistencia a insulina es más común en afroestadounidenses e
indios Pima, así como diabetes tipo II, qué en los blancos. Ambos blancos y
afroestadounidenses viviendo en el sureste [de los Estados Unidos] tienen
uan incidencia más alta de hipertensión y accidentes cerebrovasculares que
personas viviendo en otras partes del país. Hispanos también tienen más
probabilidad de sufrir de la hipertensión. Algunos estudios indican que
estas diferencias en la presión arterial pueden ser debidos a agentes
socioeconómicos, incluyendo el estrés de vivir en la pobreza y los efectos
de una dieta alta en sal y baja en potasio. Cuando los afroestadounidenses
reciben terapia antihipertensiva adecuada, su riesgo para los accidentes
cerebrovasculares y para las fallas congestivas del corazón desciende. El
riesgo de la enfermedad renal que resulta de la presión arterial alta, sin
embargo, sigue siendo un problema significativamente mayor para este grupo
de población que para los blancos, aún cuando ambos son administrados
tratamientos iguales, indicando la influencia de otros factores.
Factores genéticos.
Algunos expertos ahora creen que la hipertensión esencial puede heredarse en
un 30% a un 60% de casos, aunque varios genes, no sólo uno, probablemente
son responsables. Es muy difícil, sin embargo, diferenciar entre las
influencias genéticas y las ambientales, hasta en los estudios de gemelos
idénticos. Investigadores en Japón han identificado recientemente un gene
que pueda indicar un riesgo mayor para los accidentes cerebrovasculares en
algunas personas que tienen presión arterial alta, que podría ayudar a
médicos determinar tratamientos específicos para estos pacientes.
Estrés.
Varios estudios han vinculado el estrés crónico y la ansiedad con la presión
arterial alta tanto en los hombres como en las mujeres. En un estudio,
mujeres y hombres afroestadounidenses en posiciones de trabajo de grado alto
eran más aptos de esforzarse y tenían una presión arterial más alta durante
el día que hombres blancos en los mismos trabajos. En un estudio, el estrés
produjo elevaciones de presión arterial mayores en mujeres postmenopáusicas
que en los hombres y en mujeres más jóvenes. La ira no predijo la presión
arterial alta en ninguno de los sexos.
Otros factores.
Personas quienes abusan del alcohol están a riesgo. Otro factor de riesgo
para la hipertensión y la cardiopatía es apnea del dormir, una condición que
afecta los pasajes de aire y que causa respiración desordenada durante la
noche. Mujeres quienes desarrollan una presión arterial alta durante el
embarazo ahora parecen estar a un riesgo mayor para la hipertensión y
problemos del riñón más adelante. Entre los factores menos establecidos,
personas con queloides (producción excesiva de tejidos de cicatrización en
respuesta a una herida) pueden estar a un riesgo mayor para la presión
arterial alta. En un estudio cerca de la mitad de aquellos con queloides
también eran hipertensivos.
¿Qué tan seria es la presión arterial alta?
La presión arterial alta mató a más de 35,000 estadounidenses en 1992 y fue un
contribuyente principal en las defunciones por accidentes cerebrovasculares,
ataques cardíacos y fallas cardíacas. Afortunadamente, la tasa de mortalidad de
la hipertensión descendió por un 8.6% entre 1982 y 1992. Es todavía
particularmente letal para los afroestadounidenses; un 30% de muertes en los
hombres y un 20% de muertes en las mujeres que son afroestadounidenses se
atribuyen a la hipertensión.
Enfermedades de emergencia.
La hipertensión maligna, una enfermedad de emergencia que resulta de la
hipertensión primaria no tratada, puede ser letal (véase ¿Cuáles son los
síntomas de la presión arterial alta?).
Daño a otros órganos.
Dado que la hipertensión puede causar que ciertos órganos se deterioren con
el transcurso del tiempo, los pacientes que no controlan la presión arterial
alta se enfrentan con una vida reducida. La presión arterial alta contribuye
a un 75% de todos los accidentes cerebrovasculares y ataques cardíacos.
Comparado con individuos normales, las personas hipertensivas pueden estar a
lo máximo diez veces más a riesgo de un accidente cerebrovascular y cinco
veces más a riesgo de un ataque cardíaco según la gravedad de la
hipertensión. El riesgo para el desarrollo de la falla cardíaca congestiva
es también significativamente mayor con mayor presión arterial. Personas
cuyas presiones arteriales altas han causado hipertrofia del ventrículo
izquierdo (un engruesamiento de los músculos del lado izquierdo del corazón
que causa agrandeciemiento) permanecen a riesgo de ataques
cerebrovasculares, muertes súbitas, y fallas cardíacas aún después de que
sus presiónes arteriales son puestas bajo control médico. La presión
arterial alta causa 30% de todos los casos de fallas renales que requieren
diálisis y operaciones de transplantes. Esta taza es segunda sólo a
diabetes. Aparte de una historia de hipertensión y diabetes, factores de
riesgo para enfermedades del riñón incluyen ser afroestadounidense, tener
una presión sistólica alta, fumar, y tener un nivel de colesterol alto. Debe
recalcarse, sin embargo, que en adición a la presión arterial alta, la
obesidad, un modo de vida sedentario, niveles de colesterol insalubres y el
tabaquismo, son también factores de riesgo muy importantes para estas
enfermedades y deben tratarse rigurosamente si también están presente.
Tratamiento de las reacciones secundarias y adversas.
Uno de los temas más difíciles con el cual los pacientes hipertensivos se
enfrentan, en particular aquellos con hipertensión primaria, es que el
tratamiento puede hacer que ellos se sientan peores de lo que hace sentir la
enfermedad, lo cual es casi siempre asintomático. Los pacientes se enfrentan
con una perspectiva de toda la vida de tomar un medicamento que cause
algunas reacciones secundarias y adversas desagradables, de reducir su
ingesta de sal, de hacer ejercicio y de cuidar su dieta. Alguna forma de la
disfunción sexual ocurre en un 17% de los hombres hipertensivos y muchos de
los medicamentos que tratan la presión arterial alta exacerban el problema.
Esto puede ser particularmente desmoralizante, aunque la impotencia de los
medicamentos es reversible de inmediato una vez que se suspenda el
medicamento y la impotencia relacionada con la hipertensión misma es
tratable. Cualquiera la dificultad, el cumplimiento de un medicamento y de
un programa de modo de vida equivale al esfuerzo y al costo.
Deterioro mental.
Parece que la presión arterial alta crónica contribuye al deterioro mental,
especialmente a la memoria y atención de corto plazo. Un estudio reciente ha
encontrado que personas de edad media con presión arterial sistólica alta
están a mayor riesgo para el funcionamiento mental pobre después en la vida;
entre más alta sea la presión arterial, más alto el riesgo. Presión arterial
incrementada en hombres mayores es asociada también con un mayor riesgo para
Alzheimer y demencia. Expertos especulan que hipertensión daña los vasos
sanguíneos pequeños, así reduciendo el suministro de oxígeno al cerebro.
Embarazo.
La presión arterial alta severa en las mujeres embarazadas (preeclampsia)
puede ser especialmente grave. Síntomas son proteína en la orina y tobillos
hinchados. Problemas renales pueden ocurrir. La condición reduce el
suministro de sangre a la placenta, la cual nutre al feto. También puede
causar beso bajo al nacer, daño ocular o al cerebro en el feto, y en casos
severos, coma o muerte para ambos la madre y el bebé. Ocurre en cerca de un
5% de todos los embarazos y generalmente ocurre en el tercer trimestre de un
primer embarazo.
¿Cuáles son los síntomas de la presión arterial alta?
La hipertensión se ha denominado el "asesino silencioso". Lamentablemente, la
hipertensión esencial generalmente crea ningún síntoma; alguien con un grave
problema podría sentirse bien. Es importante entonces, que toda persona con
cualquier factor de riesgo sea chequeada regularmente. La presión arterial debe
ser medida regularmente y los cambios del modo de vida sugeridos para aquellos
individuos que en general tienen la presión arterial alta-normal, la presión
leve o más que la presión sistólica con la presión diastólica normal, una
historia familiar de hipertensión, están sobrepeso, o tienen más de cuarenta
años de edad.
La hipertensión no tratada aumenta lentamente con el transcurso de los años. En
los casos raros (menos de un por ciento de pacientes hipertensivos), la presión
arterial sube rápidamente (con la presión diastólica generalmente elevándose a
130 o más), dando lugar a la hipertensión maligna o acelerada. Esta es una
enfermedad potencialmente mortal y debe ser tratada de inmediato. Los síntomas
pueden incluir somnolencia, confusión, cefalea (dolor de cabeza), náusea y
pérdida de la visión. Los individuos hipertensivos deben llamar a un médico de
inmediato si aparecen estos síntomas.
¿Qué confirmará un diagnóstico de la presión arterial alta?
Antecedentes médicos.
Si se sospecha la hipertensión, el médico debe obtener la siguiente
información:
una historia familiar, especialmente sobre la incidencia de la presión
arterial alta, los accidentes cerebrovasculares, los problemas del
corazón y la diabetes;
los factores de riesgo de la cardiopatía y del accidente
cerebrovascular, incluyendo el consumo de tabaco, la ingesta de sal, la
obesidad, la inactividad física y un nivel de colesterol alto;
una historia médica, especialmente sobre problemas antecedentes del
corazón, del riñón o del tiroides;
una lista de los medicamentos tomados, incluyendo los medicamentos de
prescripción (agentes antihipertensivos, anticonceptivos orales,
estrógenos, esteroides orales y tópicos, hormonas de tiroides) y los
medicamentos sin prescripción (descongestivos, pastillas para la dieta e
ibuprofeno);
una revisión de los síntomas que pueden indicar la hipertensión
secundaria, como la cefalea (dolores de cabeza), las palpitaciones del
corazón, el sudar excessivo, los calambres musculares, la debilidad, o
la urinación excesiva; y
cualquier factor emocional o ambiental que podría afectar la presión
arterial.
Examinación física.
Sería una examinación física rara si no incluyera una medición de la presión
arterial. Si la presión arterial alta está presente o es sospechada, el
médico o el profesional de la salud debe tomar dos o más mediciones
separadas por dos minutos con el(la) paciente sentado(a) o acostado(a), así
como una medida tomada después de que el(la) paciente haya estado de pie
durante dos minutos. Los pacientes no deben fumar o beber las bebidas con
cafeína dentro de 30 minutos antes de la medición. El proceso es conocido
por todos: un brazalete (o "manga") que se infla se coloca alrededor del
brazo y la persona que toma la presión arterial escucha con un estetoscopio
sobre la arteria.
Aunque este examen se ha usado durante 90 años, no es completamente exacto.
Una falsa presión alta o baja puede ocurrir por varias razones. Una persona
que haya hecho ejercicio recientemente o un fumador que no haya fumado por
un tiempo puede tener una lectura de presión momentáneamente baja. La
presión alta temporal puede ser un resultado del brazalete siendo demasiado
pequeño para el brazo del paciente, o del conversar durante la prueba, o del
haber comido recientemente alimentos que elevan la presión arterial. También
puede ocurrir debido a un fenómeno conocido como hipertensión de "chaqueta
blanca" (white-coat hypertension). Esta enfermedad ocurre cuando la presión
arterial de un paciente sube en presencia de un médico y regresa a lo normal
en la casa. Es más común en los ancianos. Si este estado es inocuo o no ha
sido polémico. Estudios sobre las personas con hipertensión de chaqueta
blanca generalmente no revelan ninguna incidencia anormal de paredes del
corazón espesadas -un resultado común de la presión arterial alta. Algunos
médicos creen, sin embargo, que si la presión arterial de una persona sube
rápidamente debido al estrés de estar con un médico, es resuelto que también
subirá bajo otras situaciones estresantes y a consecuencia debe ser tratada.
Si el médico sospecha de la hipertensión, él o ella debe chequear la
frecuencia del pulso, examinar el cuello para las venas distendidas o para
una glándula de tiroides agrandada, chequear el corazón para un aumento de
tamaño y para soplos y examinar el abdomen. Además, un examen del ojo con un
oftalmoscopio identificará algún daño posible a los vasos retinales. El
médico también debe chequear para los signos de la enfermedad de Cushing
(rayas moradas en el abdomen, muslos y brazos y una redistribución de grasa
en la porción superior del cuerpo).
Las personas con presión arterial alta muy severa o las que presentan
evidencia del daño del órgano debido a la hipertensión deben considerar la
farmacoterapia de inmediato. Si el médico sospecha de la hipertensión leve a
moderada después de un primer examen y no hay daño del órgano evidente, un
individuo debe ser examinado nuevamente por lo menos dos veces durante
varias semanas, cada vez siempre después de cinco minutos de descanso
tranquilo, para confirmar el diagnóstico. Se tomará un promedio de todas las
medidas.
Las personas con presión arterial normal deben ser chequeadas nuevamente en
dos años y las de presión alta normal en un año (tiempo durante el cual
modificaciones en el modo de vida pueden ser beneficiosos). Cualquier
persona que tenga la presión arterial más alta que lo alto normal debe ser
evaluada en cuanto antes para daño del órgano y para las recomendaciones
sobre los cambios del modo de vida y medicamentos posibles para reducir la
presión.
Exámenes de laboratorio.
Si la examinación física indica la hipertensión, exámenes de laboratorio
adicionales pueden determinar si es hipertensión secundaria (presión
arterial alta causada por otro trastorno) o hipertensión esencial (cuando
ningún otro trastorno está presente). El médico también puede pedir los
exámenes para descubrir daño del órgano debido a la hipertensión. El
paciente debe conversar acerca de los costos, los riesgos y los beneficios
de exámenes adicionales con el médico. Unas cuantas pruebas sencillas y
relativamente de bajo costo pueden descartar la mayoría de los trastornos
que comúnmente causan hipertensión secundaria o pueden revelar problemas que
son resultados de la hipertensión. Estas pruebas incluyen un recuento
sanguíneo completo, una urinálisis, las mediciones del potasio, del
nitrógeno ureico de la sangre, de la glucosa sanguínea en ayunas, del
colesterol sérico y del suero de ácido úrico. También debe obtenerse un
electrocardiograma. Con estos exámenes, el médico debe tener casi toda la
información necesaria para determinar qué problemas pueden contribuir a o
ser causados por la hipertensión.
Exámenes para la casa.
Es a veces útil tomar mediciones en casa o usar un dispositivo que mida la
presión arterial durante la actividad de un dia lleno, conocido como
vigilancia ambulatoria. Esto es particularmente útil para quienes
experimentan oscilaciones amplias en su presión arterial, incluyendo
hipertensión de "chaqueta blanca", o muestran resistencia a farmacoterapia.
Las presiones arteriales pueden medirse en casa por una enfermera de visita,
por un familiar, o por el(la) paciente. Brazalates manuales y estetoscopios
son justamente exactos, pero requieren práctica para usar, y el brazalete
debe ser de la medida adecuada. (Una talla no le viene a todos). Brazaletes
electrónicos, los cuales cuestan más, son más fáciles de usar pero menos
exactos. Dispositivos que toman la presión del dedo pueden ser
peligrosamente inexactos y no se recomiendan; en un estudio, tal dispositivo
mostró resultados bajos en 69% de los pacientes que en realidad tenían
presiones arteriales más altas.
¿Qué cambios en el modo de vida son necesarios para controlar la presión
arterial alta?
Pérdida de peso y dieta.
Pérdida de peso. Sin duda, una combinación de la reducción de peso y
sal y el evitar de beber mucho reduce la presión arterial. Parece que el
aumento de peso es el determinante principal en el aumento de presión
arterial. La pérdida de peso reduce de inmediato la presión arterial y
también ayuda a reducir el tamaño del corazón. Un estudio encontró que
la reducción de grasa abdominal es particularmente beneficial en reducir
la presión arterial al igual que otros factores de riesgo para la
cardiopatía. Después que la medicación hipertensiva haya bajado la
presión arterial a niveles normales durante cierto tiempo, es posible
para un paciente disciplinado mantener una buena presión sólo con la
dieta y el ejercicio.
Sodio. Un estudio principal continuo sobre el consumo de sal ha
encontrado evidencia que dietas altas en sal aceleran la hipertensión
conforme una persona envejece. Un estudio pequeño pero interesante de
chimpancés encontró que agregando sal a sus dietas elevó la presión
arterial de la mayoría pero no de todos los animales. Algunas personas
consumen sal sin afectar sus presiones arteriales, pero probablemente en
la mayoría la presión arterial es sensible a los efectos de sodio. Las
personas que son más probables de ser sensibles a la sal generalmente
están sobrepeso, son mayores de edad, son afroestadounidenses, y tienen
bajos niveles de renina, una hormona que previene la reducción de la
presión arterial. Además de ayudar a reducir la presión arterial, la
restricción de sal mejora los beneficios de ciertos medicamentos
antihipertensivos mediante la reducción de la pérdida de potasio. La
restricción de sal también puede ayudar a proteger contra la
osteoporosis, el cáncer del estómago y la enfermedad del riñón. De
interés es un estudio que encontró una mayor tasa de ataques cardíacos
en las personas con dietas muy restrictivas de bajo contenido de sal;
cierta cantidad de sodio puede necesitarse para proteger el corazón.
Aunque se necesitan más estudios, la mayoría de los expertos recomiendan
reducir el sodio en la dieta. Simplemente eliminando la sal de la mesa
puede ser beneficioso. Cerca de 75% del consumo de sodio y sal en Europa
y en los Estados Unidos proviene de alimentos procesados comercialmente,
incluyendo quesos, carnes curadas, alimentos que contienen glutamato
monosódico [MSG, monosodium glutamate] (como la comida china), y los
productos horneados que contienen bicarbonato de soda y la levadura en
polvo. Las nuevas etiquetas en los alimentos ahora indican las
cantidades de sodio y los alimentos bajos en sal comercialmente
preparados están volviéndose cada vez más disponibles. Para quienes una
dieta restrictiva de sal es un problema psicológico mayor o de profesión
pueden hablar con su médico sobre un plan de vigilancia para ver si la
reducción de la sal en realidad hace una diferencia significativa,
asumiendo que otras formas de tratamiento son eficaces, incluyendo la
pérdida de peso y la farmacoterapia. Sustitutos de sal que contienen
potasio, sodio y magnesio son ahora disponibles, y el fabricante de un
nuevo sustituo de sal, Cardia, alega que este productos sabe igual que
la sal, que reduce la presión arterial y que no interfiere con los
medicamentos hipertensivos. Cardia es, sin embargo, costoso; una sola
porción cuesta 9 centavos.
Potasio, calcio y magnesio. El uso de potasio, de calcio y de los
suplementos de magnesio para controlar la presión arterial se ha
debatido furiosamente, pero obteniendo estos minerales en dietas
salubres es obviamente beneficioso. Un nivel bajo de potasio sérico
puede ser un factor de riesgo para la hipertensión esencial. Un estudio
indicó que las personas que tenían insuficiente potasio en sus dietas
tenían una incidencia mayor de 40% de accidentes cerebrovasculares.
Parece útil para los individuos hipertensivos tomar suplementos de
potasio, en particular si está tomando diuréticos. las excepciones son
los pacientes con enfermedades especiales como la diabetes o la
enfermedad renal que dan lugar a aumentos significativos del potasio, o
los pacientes que toman medicamentos como los inhibidores ACE, los
cuales limitan la capacidad del riñón para excretar el potasio.
El calcio también merece atención. El calcio reglamenta el tono de los
músculos lisos que forran los vasos sanguíneos, y estudios de
poblaciones han encontrado que personas que tienen suficiente calcio en
sus dietas tienen presiones arteriales más bajas que personas que no
tienen suficiente calcio. Estudios sobre el valor de tabletas para
masticar de calcio para disminuir la presión arterial han rendido
beneficios modestos, si algunos, más para mujeres y hombres
afroestadounidenses que para hombres blancos. El calcio pareció ser más
efectivo cuando era derivado de la dieta, aunque los suplementos ayudan
a las personas con hipertensión quienen no obtienen suficiente calcio de
sus dietas. Suplementos de calcio de 2,000 mg al día redujeron el riesgo
para mujeres embarazadas de la hipertensión gestacional y de la
preeclampsia, pero, a esta altura, no hay una recomendación general para
exceder la asignación diaria recomendada normal de 800 a 1,200 mg para
prevenir la presión arterial alta. (A las mujeres a riesgo de
osteoporosis, sin embargo, se les recomienda que tomen entre 1,000 y
1,500 mg al día).
Un estudio ha indicado que los suplementos de magnesio ayudan a reducir
la presión arterial. Sin embargo, es importante recordar que muy pocos
estudios se han hecho y que ningún efecto de largo plazo se ha
observado.
Alimentos que ayudan. Un estudio reciente encontró que en una población
grande de enfermeras, entre más ricas sus dietas eran en frutas y
vegetales lo menos que eran sus presiones sistólica y diastólica.
Alimentos ricas en magnesio parecen ser de beneficio particular. Tales
alimentos incluyen manzanas, naranjas, ciruelas, uvas, zanahorias,
espinacas, apio, alfalfa, hongos [setas] y pollo. Naranjas, plátanos y
kiwis también contienen niveles altos de potasio. (Un estudio reciente e
interesante encontró que las personas que comían una a dos libras de
guayabas al día durante 12 semanas redujeron sus presiónes sistólicas
por un promedio de 14 puntos y sus presiónes diastólicas por 11 puntos.
Aunque pocas personas pueden encontrar guayabas, el estudio puede
indicar un beneficio del comer más frutas). En cualquier caso, tales
alimentos acompañados de fibra son protectores contra muchas
enfermedades. Un alto consumo de aceite de pescado parece tener un
efecto pequeño en reducir la presión arterial, pero el beneficio es
mínimo, y hay un riesgo de toxicidad a niveles altos.
Ingesta de cafeína, el alcohol y el tabaquismo. La cafeína causa un
aumento temporario de la presión arterial, pero no ha sido pensado como
dañino, particularmente en personas con presión arterial normal. Al
revisar expedientes de toda una vida de estudiantes médicos masculinos
se encontró que a la edad de 60 años 19% de los que no tomaban café
tenían presión arterial alta y 25% de los que tomaban café eran
hipertensivos. El tomar café aumenta la excreción de calcio, lo cual en
torno puede aumentar el riesgo para la presión arterial alta, así que
cualquier persona que toma café debe mantener un consumo adecuado de
calcio. La cafeína no parece tener un efecto más fuerte o prolongado en
personas quienes ya tienen presiones arteriales elevadas, lo cual podría
contribuir a una progresión más rápida de la enfermedad. Investigadores
una vez creían que el tabaquismo producía un efecto similarmente
limitado, pero un estudio en 1991 indicó que fumadores tienen presiones
arteriales hasta 10 puntos más altas que los no fumadores. Un consumo
alto de alcohol, lo cual eleva la presión arterial, debe evitarse,
aunque el beber moderadamente (uno a dos tragos al día) puede ser
beneficioso.
Ejercicio.
Hasta la actividad física moderadamente intensa puede reducir la presión
arterial reposada. Un beneficio adicional del ejercicio es, desde luego, la
pérdida de peso, la cual es un factor clave en reducir la presión arterial.
Estudios han mostrado que el hacer ejercicios regularmente, particularmente
los aeróbicos, ayuda a reducir la hipertensión leve a moderada. Un estudio
reciente encontró que hombres afroestadounidenses con hipertensión severa no
tan sólo redujeron sus presiones diastólicas pero también redujeron
hipertrofia (engrandecimeinto) peligrosa en el ventrículo izquierdo del
corazón después de como cuatro meses de hacer ejercicios aeróbicos
moderadamente intensos utilizando una bicicleta estacionaria tres veces a la
semana. Tan poco como 35 minutos de caminar tres veces a la semana puede
ayudar a bajar la presión arterial, pero 20 a 30 minutos de caminar
enérgicamente u de otro ejercicio aeróbico tiene mayor probabilidad de
ayudar.
Ejercicios isotónicos, como correr o ciclar, pueden conducir a lo que se
denomina un corazón de atleta, lo cual, como hipertrofia cuasada por presión
arterial alta, es el agrandamiento muscular del corazón. Sin embargo, a
diferencia de la condición causada por la enfermedad, éste agrandamiento
muscular no está asociado con problemas del corazón y retrocede cuando el
entrenamiento cesa. Aunque la mayoría de ejercicios isométricos, como el
levantar pesas, pueden hasta agudamente elevar la presión arterial, a veces
a niveles muy altos, dos estudios pequeños recientes encontraron que las
personas con hipertensión muy leve que hicieron ejercicio durante unas
cuantas semanas con un dispositivo con agarraderras para las manos lograron
una presión arterial inferior, la cual volvió a subir después de que los
sujetos dejaron de hacer ejercicio. En todos los casos, pero en particular
al hacer ejercicios estrenuos, es muy importante calentarse primero para
facilitar el aumento de la presión arterial. Ninguna persona con presión
arterial alta debería de empezar un programa de ejercicios sin primero
consultar a su médico.
Antes de hacer ejercicios, ninguna persona con hipertensión debe tomar
bebidas cafeínadas, las cuales aumentan el ritmo cardíaco, la carga sobre el
corazón, y la presión arterial durante la actividad física. Ciertos
medicamentos antihipertensivos pueden dificultar la capacidad para hacer
ejercicios. Los diuréticos reducen los líquidos orgánicos y pueden dar lugar
a los desajustes de fluidos, en particular cuando los ejercicios se hacen en
tiempo de calor. Es importante incrementar la ingesta de potasio si se está
tomando este tipo de medicamento. Los bloqueadores beta inhiben la
adrenalina y pueden causar fatiga y pérdida de resistencia durante el
ejercicio. Los inhibidores ACE y los bloqueadores del canal de calcio son
los mejores medicamentos para los individuos activos. Sin embargo, los
pacientes que deben tomar medicamentos que dificultan un poco la capacidad
de ejercicio todavía deben mantener un programa de ejercicio y consultar con
su médico sobre cómo mejor equilibrar los medicamentos con éste proceso de
tratamiento igualmente importante.
Reducción de estrés.
El estrés emocional o psicológico es posiblemente un precursor de la
hipertensión. Aunque no hay estudios que prueben definitivamente que el
manejo de estrés reduce la presión arterial, las técnicas de relajación sí
mejoran la calidad de vida y deben formar parte de cualquier régimen
antihipertensivo.
¿Cuáles son las farmacoterapias para la presión arterial alta?
Si los pacientes tienen hipertensión leve y ningún problema del corazón,
entonces la pérdida de peso, los ejercicios aeróbicos, los cambios alimenticios,
la reducción de estrés y otros cambios en el modo de vida pueden bastar si se
llevan a cabo con determinación. Si tales medidas fracasan en disminuir la
presión arterial alta o si la hipertensión no es leve, entonces la
farmacoterapia puede ser necesaria. Datos ahora sugieren que farmacoterapia
agresiva para la presión arterial alta de largo plazo puede reducir
significativamente la incidencia de muerte a causa de cardiopatía y otras
causas. Hombres y mujeres benefician igualmente. Un régimen de un único
medicamento combinado con cambios en el modo de vida pueden a menudo controlar
la hipertensión leve a moderada. La hipertensión más severa a menudo requiere
una combinación de farmacoterapias junto con programas de dieta y de ejercicio.
Un estudio reveló que para reducir las tasas de mortalidad, la meta del
tratamiento debe ser una presión sistólica de menos de 134 mm de Hg para los
hombres y menos de 149 para las mujeres, y una presión diastólica menos de 95
para ambos. Debe observarse, sin embargo, que cuando las personas con
hipertensión diastólica moderada a severa (119 para los hombres, 115 para las
mujeres) la redujeron por más de 25 mm de Hg, su tasa de mortalidad incrementó.
Hay algunas indicaciones que señalan que el control de la presión arterial alta
se ha deteriorado en los últimos pocos años. Un estudio principal informó que
solo 56% de pacientes tomaron su medicación, sólo un 61% redujeron su ingesta de
sal y que sólo cerca de 30% habían perdido de peso y hecho ejercicios. Las
personas mayores de 64 años cumplen mucho mejor con sus terapias de hipertensión
que los adultos más jóvenes. Recientemente, grupos médicos principales
calificaron a los tratamientos de hipertensión con notas; ni pacientes ni
doctores obtuvieron más de una C+ en cualquier categoría, incluyendo el
entendimiento del paciente (D+), comunicación entre el médico y el(la) paciente
(D+), el cumplimiento del paciente (C-), la satisfacción del paciente (C-), y
medicamentos contemporáneos (C+). Algunas razones por estas calificaciones bajas
pueden ser debidas a presiones económicas forzando a médicos a pasar menos
tiempo con sus pacientes, los altos costos de nuevos medicamentos y la
dificultad en determinar el régimen correcto para el paciente correcto.
Normas generales para la farmacoterapia.
Si no es ya parte del régimen inicial, la farmacoterapia es generalmente
recomendada si la hipertensión no responde a los cambios en la dieta y en el
modo de vida dentro de tres a seis meses. Un estudio quinquenal principal
informó que las personas con hipertensión leve que tomaron las dosis bajas
de los medicamentos además de los cambios del modo de vida mostraron
significativamente mejor presión arterial que aquellas que sólo habían
cambiado sus modos de vida. Más de 70 medicamentos antihipertensivos son
disponibles; generalmente caen dentro de las siguientes categorias: (1) los
diuréticos, los cuales causan que el cuerpo se deshaga de agua y sal; (2)
los inhibidores ACE, los cuales reducen la producción de angiotensina, una
química que causa que las arterias se constrinjan; (3) bloqueadores beta,
los cuales bloquean los efectos de la adrenalina, por lo tanto aliviando la
acción de bombeo del corazón y ampliando los vasos sanguíneos; (4) los
vasodilatadores, los cuales amplían los vasos sanguíneos; y (5) los
bloqueadores del canal de calcio, los cuales ayudan a disminuir las
contracciones del corazón y ensanchar los vasos sanguíneos. Hasta la fecha,
los diuréticos son la única clase de medicamentos comprobados a reducir el
riesgo de defunción y cardiopatía. Evidencia para los bloqueadores beta
tambiés es favorable, pero algunos expertos argumentan que sus eficacias no
están comprobadas. Los bloqueadores beta y los diuréticos son recomendados
como primera opción a este tiempo para muchas personas con hipertensión, por
que no son muy costosos y son efectivos. La moda a través de la década
pasada, sin embargo, ha sido un uso incrementado de los medicamentos más
nuevos y más costosos y menos uso de los bloqueadores beta y los diuréticos
a pesar de sus eficacias comprobadas. Estudios continuos están conduciéndose
sobre estos medicamentos más nuevos, incluyendo los inhibidores ACE y los
bloqueadores del canal de calcio, pero los resultados sobre la eficacia y
seguridad de largo plazo de estos nuevos medicamentos están años de lejos.
La controversia principal actual es si los medicamentos más nuevos, los
cuales reducen la presión arterial eficazmente, actualmente reducen el
riesgo para cardiopatía y mejoran la sobrevivencia de largo plazo. Algunas
de estos medicamentos hasta pueden aumentar el riesgo para ataques cardíacos
(véase los bloqueadores del canal de calcio debajo).
Sin embargo, otros medicamentos o combinaciones deben de usarse si los
diuréticos o los bloqueadores beta son ineficaces, producen efectos
secundarios adversos, o si individuos tienen otras complicaciones que puedan
ser mejor tratadas con los medicamentos más nuevos y costosos. Un estudio
reciente recomendó que en los casos en que los medicamentos no están
fucnionando, los médicos tratan de cambiar a otro medicamento en vez de
combinar el segundo medicamento con el primero, un régimen que médicos ahora
usan típicamente. Estos expertos dijeron que pacientes tendrán menos efectos
adversos y secundarios con los medicamentos menos costosos, y que
combinaciones siempre pueden ser tratadas si medicamentos singulares fallan
en controlar la presión arterial. Aunque todos los medicamentos tienen
efectos adversos y secundarios, algunos dolorosos, un estudio principal
encontró que las personas que tomaban estos medicamentos no experimentaron
ningúna disminución mayor en la calidad general de vida o en el
funcionamiento diario al final de cinco años comparado con las personas
quienes no tomaban medicación para la presión arterial.
Diuréticos. Durante decenios, los diuréticos, los cuales causan
reducción de agua y sodio, han sido una base de la terapia
antihipertensiva. Los diuréticos han reducido dramáticamente la
incidencia de ataques cerebrovasculares por 40% y, por un grado menor
(como 16%), la incidencia de hipertensión relacionada con ataques
cardíacos. Diuréticos vienen en muchas marcas y generalmente no son muy
costosos. Algunos diuréticos necesitan ser tomados una vez al día,
algunos dos veces al día. Es más fácil mantener la terpaía con una sóla
dosis. Un diurético usado como terapia única inicial es particularmente
eficaz en los pacientes ancianos y afroestadounidenses. Los diuréticos
también pueden ayudar a reducir la tasa de fracturas en las personas
ancianas quienes los han tomado durante mucho tiempo.
Tres tipos primarios de diuréticos existen: las tiazidas, los diuréticos
del asa y los agentes ahorradores de potasio. Las tiazidas a menudo
sirven como la base para el tratamiento de presión arterial alta, ya sea
tomadas sólo para la hipertensión leve a moderada o usada en combinación
con otros tipos de medicamentos. Hay al menos trece tiazidas y
medicamentos relacionados con tiazida, el más común siendo clorotiasida
(Diuril), clortalidona (Hygroton) y hidroclorotiasida (Esidrix,
HydroDiuril). Los diuréticos del asa bloquean el transporte de sodio en
partes del riñón; actúan más rápido que las tiazidas y ejercen un gran
efecto diurético. Es importante entonces, controlar la medicación y
evitar la deshidratación y pérdida de potasio. Los diuréticos ACE
incluyen bumetanida (Bumex), la furosemida (Lasix) y ácido ethacrynic
(Edecrin).
Un problema potencialmente grave con la terapia diurética son los
trastornos del ritmo del corazón en el corazón, o la arritmia, lo cual
puede causar un paro cardíaco. Esta condición puede surgir porque los
diuréticos pueden aumentar el poder de otros medicamentos, incluyendo
algunos antidepresivos, los medicamentos contra arrítmicos mismos y
digitalis. Los diuréticos también agotan el abastecimiento del cuerpo de
potasio; esta depleción también puede crear enfermedades para los
trastornos del ritmo del corazón. En este caso, los médicos o
prescribirán dosis inferiores del diurético actual o recomendarán los
suplementos de potasio o emplearán los diuréticos ahorradores de potasio
ya sea sólos o en combinación con una tiazida. Algunos diuréticos
ahorradores de potasio incluyen amilorida (Midamor), espironolactona
(Aldactone) y triamtereno (Dyrenium). Un estudio reciente encontró que
las personas que tomaron tiazida de dosis baja con un diurético
ahorrador de potasio tenían un riesgo menor para un paro cardíaco que
los que tomaban un bloqueador beta o la tiazida sola. Es más, el uso de
la tiazida sola, aumentó el riesgo para un paro cardíaco. Un riesgo
incrementado para la muerte súbita ha sido encontrado en un estudio en
aquellos tomando diuréticos no ahorradores de potasio comparados con
aquellos tomando diuréticos ahorradores de potasio, aunque debe ser
notado, en general, todos los diuréticos son más beneficiosos que
dañinos. Los efectos colaterales principales de los cuales pacientes se
quejan son fatiga, depresión, irritabilidad, pérdida del impulso sexual
y reacciones alérgicas. Los diuréticos pueden desencadenar ataques de
gota y pueden elevar el nivel de colesterol; no reducen un tamaño
anormal del corazón, lo cual es uno de los peores efectos de la
hipertensión. El uso de largo plazo de diuréticos puede ser dañino para
pacientes con diabetes.
Inhibidores ACE (Angiotensin Converting Enzyme, enzima de conversión de
angiotensina). La estrella actual de la terapia para hipertensión, ésta
clase de medicamentos nuevos ha batallado con éxito todos los tipos de
hipertensión. Muchos nuevos inhibidores ACE están disponibles y son muy
similares en eficacia y seguridad, así como en el precio, que,
lamentablemente, es alto ($40 a $60 por mes). Los inhibidores ACE
incluyen captopril (Capoten), enalapril (Vasotec), benezepril y
lisinopril (Prinivil, Zestril). Cuando captopril, el primer inhibidor
ACE, se comparó con los bloqueadores beta (véase debajo), los
participantes en el estudio informaron sobre mejor tolerancia y un mejor
sentido del bienestar con captopril. Los inhibidores ACE han mostrado
ser muy eficaces en prolongar la vida en las personas con fallas
congestivas del corazón y en tratar los ataques cardíacos. Inhibidores
ACE también parecen desacelerar la progresión a la falla renal tanto en
los diabéticos como en los no diabéticos con daño renal. Un reporte
reciente sobre un análisis de estudios utilizando inhibidores ACE ha
encontrado que estos medicamentos parecen ser mejores en revirtiendo la
hipertrofia del ventrículo izquierdo que los bloqueadores beta,
diuréticos, y posiblemente los bloqueadores de los canales de calcio,
aunque algunos expertos dicen que el estudio no necesariamente comprueba
este efecto, y otros no están seguros de que revirtiendo hipertrofia es
necesariamente beneficioso.
Algunos médicos prescriben sólo un inhibidor ACE para el tratamiento
inicial de la hipertensión moderada. Afroestadounidenses no responden a
los inhibidores ACE al menos que se combinen con diuréticos. El
medicamento quinaprilo (Accupril), sin embargo, ha sido encontrada ser
exitosa en un 58% de los hombres afroestadounidenses que la usaron. En
general, la combinación de un inhibidor ACE y un diurético es ventajosa
para un 85% de todos los pacientes con hipertensión leve. (Una
combinación de inhibidores ACE hasta con una dosis mínima de diuréticos
es más segura y puede ser tan eficaz como dosis mayores de diuréticos).
Los efectos colaterales son poco comunes pero pueden incluir tos,
disminuciones excesivas en la presión arterial y reacciones alérgicas. Y
aunque pueden proteger contra la enfermedad del riñón, también causan
que los riñones retengan el potasio, lo cual puede causar un paro
cardíaco si los niveles se elevan demasiado. Generalmente no se dan con
diuréticos que ahorran potasio o con suplementos de potasio. Los
inhibidores ACE aumentan el riesgo para hipoglicemia y ambos médicos y
pacientes diabéticos deben estar a la guardia de síntomas para este
problema potencialmente serio. Un efecto colateral raro pero severo ha
sido observado: la granulocitopenia, una disminución extrema de glóbulos
blancos, lo cual puede reducirse a un mínimo con dosificaciones menores.
Las pacientes embarazadas nunca deben tomar los inhibidores ACE debido a
sus efectos dañosos sobre el feto. (Las mujeres que han tomado estos
medicamentos antes del embarazo, sin embargo, no pondrán en peligro al
feto si descontinúan la terapia durante el primer trimestre).
Bloqueadores beta y alfa. Los bloqueadores beta previenen a ciertas
proteínas en el corazón de absorber los productos químicos responsables
de la fuerza y de la frecuencia de los latidos del corazón. Como
resultado, desaceleran ciertos procesos metabólicos, alivian el volumen
de trabajo del corazón y reducen la presión. Muchos médicos prescriben
los bloqueadores beta junto con o en vez de los diuréticos como
tratamiento inicial. Los bloqueadores beta son seguros para las mujeres
embarazadas, pero porque pueden estrechar las vías respiratorias
bronquiales y estrechar los vasos sanguíneos, los pacientes con asma
deben evitarlos siempre que sea posible. las personas con depresión
también quizas quieran evitarlos. Propranolol (Inderal) ha sido el que
se ha usado por más tiempo, pero muchos otros bloqueadores beta ahora
disponibles pueden ser más eficaces para ciertos individuos. Estos
incluyen acebutolol (Sectral), atenolol (Tenormin), betaxolol (Kerlone),
carteolol (Cartrol), metoprolol (Lopressor), nadolol (Corgard),
penbutolol (Levatol), pindolol (Visken) y el timolol (Biocadren). Un
estudio reciente utilizando carvedilol (Coreg), el cual es un bloqueador
beta leve que tiene características vasodilatadoras, resultaron en
mejorías significativas en casos de falla cardía severa. El medicamento
ha sido aprobada por la FDA para la presión arterial alta, pero
aprobación del medicamento para falla congestiva del corazón está
pendiente. Un medicamento similar bucindol, está en desarrollo.
Labetalol (Normodyne, Trandate), un bloqueador alfa-beta, es útil para
los pacientes hipertensivos que también tienen angina. El bloqueador
alfa doxazosin (Cardura) reduce la presión sistólica y también puede
mejorar niveles de colesterol.
Algunos bloqueadores beta tienden bajar el colesterol de HDL (el
colesterol bueno) por cerca de 10%, aunque no parece que labetalol
afecta los niveles de colesterol. La fatiga y la letargia son los
efectos secundarios psicológicos más comunes. Algunas personas
experimentan sueños y pesadillas intensos, depresión y pérdida de la
memoria. La capacidad de ejercicio puede reducirse. Otros efectos
colaterales pueden incluir extremidades frías, asma, función del corazón
reducida, problemas gastrointestinales e impotencia. Estos medicamentos
no son tan eficaces como los inhibidores ACE en las personas con o en
riesgo de la enfermedad renal.
Si efectos secundarios y adversos ocurren, un paciente debe llamar al
médico, pero es sumamente importante no detener el tratamiento
bruscamente. La angina, el ataque cardíaco y hasta la muerte súbita han
ocurrido en los pacientes quienes descontinuaron el tratamiento sin
revocación gradual. Un riesgo aumentado para la muerte súbita ha sido
encontrada en un estudio en auqellos tomando bloqueadores beta
comparados con aquellos tomando diuréticos ahorradores potasio, aunque
debe notarse que, en general, estos medicamentos son más beneficiosos
que dañinos. En otros estudios los bloqueadores beta son asociados con
un riesgo reducido para un segundo ataque cardíaco o muerte súbita
después de un primer ataque cardíaco.
Vasodilatadores. Los vasodilatadores, los cuales abren los vasos
sanguíneos, a menudo se usan en combinación con un diurético o un
bloqueador beta. Los vasodilatadores representativos incluyen
hydralazine (Apresoline), prazosin (Minipress), clonidine (Catapres,
disponible en tabletas o como un parche de la piel) y Minoxidil
(Loniten). Estos medicamentos deben usarse con precaución o para nada
por personas con angina o quienes han tenido un ataque cardíaco.
Bloqueadores del canal de calcio. Los bloqueadores del canal de calcio,
también llamados los antagonistas de calcio, rivalizan los inhibidores
ACE en su popularidad actual para tratar la hipertensión. Incluyen
diltiazem (Cardizem, Dilacor), amlodipine (Norvasc), isradipine
(DynaCirc), nicardipine (Cardene), nifedipine de acción corta (Adalat,
Procardia), felodipine (Plendil) y verapamil (Calan, Verelan). También
son útiles para peronas que tienen condiciones médicas que son
empeoradas por bloqueadores beta y para personas con problemas del ritmo
del corazón. Sin embargo, también son costosos. Los efectos adversos y
secundarios varian entre los diferentes preparativos, y pueden incluir
acumulación de líquidos en los pies, estreñimiento, fatiga, impotencia,
encías hinchadas, ruborizamiento, y síntomas alérgicos. Un estudio
reportó que personas mayores de 65 años tienen un riesgo de 2% para una
hemorragia gastrointestinal. El jugo de toronja puede exaltar los
efectos de estos medicamentos en algunas personas y debe ser evitado.
Estudios recientes reportaron una asociación entre dosis altas de la
forma de acción corta del bloqueador del canal de calcio nifedipine y un
riesgo aumentado de 60% para ataque cardíaco. Dosis altas (80 mg al día)
resultaron en un mayor riesgo de muerte de 6% comparado con 2% a 3% en
los pacientes no tomando nifedipine. El Instituto Nacional del Corazón,
el Pulmón, y la Sangre [National Heart, Lung, and Blood Institute] ha
recomendado que nifedipine de acción corta se tome con gran precaución,
si en absoluto, en particular en las dosis altas. Debe notarse que se
realizaron los estudios sobre nifedipine usando pacientes que ya habían
tenido un ataque cardíaco. Compañías farmaceúticas reclaman que dosis
menores de nifedipine u otro bloqueador de canales de calcio no han
mostrado los mismos peligros, y personas tomando formas de acción
prolongada para la presión arterial quienes no han tenido un ataque
cardíaco, no parecen tener un mayor riesgo. Expertos de los Institutos
Nacionales de Salud, sin embargo, dicen que el riesgo hasta de las
formas de acción prolongado no ha sido determinado, y resultados de
estudios no serán disponibles hasta 2002. Hasta bloqueadores del canal
de calcio de acción prolongada deben usarse con precaución o para nada
por personas quienes han tendio un ataque cardíaco reciente, que tienen
angina inestable, o que tienen falla congestiva del corazón o están a
riesgo de falla congestiva del corazón. Tomando un bloqueador beta junto
con un bloqueador del canal de calcio de acción prolongada puede
contrarrestar algunos de los efectos negativos. (Un estudio reciente
sobre un bloqueador del canal de calcio, nimodipine el cual no es usado
para la hipertensión encontró que aumentaba la taza de defunción a causa
de hemorragias en pacientes teniendo cirugía de corazón abierto,
trayendo la posibilidad que bloqueadores de canales de calcio pueden
hacer daño al aumentar el riesgo de hemorragia en algunas personas).
Nadie actualmente tomando un bloqueador del canal de calcio, incluyendo
nifedipine, debe cesar de tomarlo bruscamente, porque tal acción podría
aumentar peligrosamente el riesgo de la presión arterial alta. Los
pacientes que están preocupados deben consultar con su médico acerca de
los medicamentos alternativos.
¿Donde más se puede encontrar ayuda para la presión arterial alta?
American Heart Association (Asociación Estadounidense del Corazón)
7272 Greenville Ave.
Dallas, Texas 75231-4596
Llame al 214-373-6300 o al 800-242-8721
o visite su sitio en el Internet: American Heart Association
Esta es una fuente primaria de información sobre la presión arterial alta.
Son muy buenos en responder y mandarán folletos y material de lectura gratis,
incluyendo información útil sobre la dieta y ubicaciones de representantes
locales.
National Heart, Lung, and Blood Institute (Instituto Nacional del Corazón, el
Pulmón y la Sangre)
Information Center
P.O. Box 30105
Bethesda, MD 20824-0105
Asociado con el Instituto Nacional de Salud, esta organización ofrece
información imprenta.
Llame al 301-251-1222.
Para la información grabada llame al 800-575-WELL.
Visite su sitio en el Internet: gopher://gopher.nhlbi.gov/
National Center for Cardiac Information (Centro Nacional para la Información
Cardíaca)
8180 Greensboro Drive
Suite 1070
McLean, VA 22102
Ofrece información sobre temas preventivos incluyendo el ejercicio y la dieta.
Llame al 703-356-6568.
Medic Alert (Alerta Médica)
2323 Colorado Ave
Turlock, CA 9538
Esta organización proporciona brazaletes o emblemas para cadenas con
toda la información crítica personal médica.
También mantiene registros médicos computadorizados.
Llame al 800-432-5378.
Fuentes adicionales para información reciente
"Angiographic and prognostic implications of an exaggerated exercise systolic
blood pressure response and rest systolic blood presure in adults undergoing
evalutation for suspected coronary arery disease." J Am Coll Cardiol, December
1995.
"Blood pressure and end-stage renal disease in men." The New England Journal of
Medicine, January 4, 1996
"Calcium blockers stir controversy." Harvard Health Letter, March 1996
"Diuretics, beta-blockers, and the risk for sudden cardiac death in hypertensive
patients." Ann Intern Med, October 1, 1995
"Drug that blocks body's stress hormones benefits patients with severe heart
failure, study shows." American Heart Association release from Circulation,
September 15, 1995
"Hypertension and associated metabolic abnormalities: the role of insulin
resistance and the sympathoadrenal system." The New England Journal of Medicine,
February 8, 1996.
"Important new advice for treating hypertension." Johns Hopkins Medical Letter:
Health after 50, April 1996.
"The risk of myocardial infaction associated with antihypertensive drug
therapies and Calcium channel blockers and myocardial infarction: a hypothesis
formulated but not yet tested." Journal of the American Medical Association,
August 23-30, 1995
"Study of chimps strongly backs salt's link to high blood pressure." The New
York Times, October 3, 1995.
"Nutritional factors and hypertension." Archives of Family Medicine, August
1995.
Ultima actualización 5/96
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experiencia y revisados y editados por los editores de casa de la Compañia y por
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de Massachusetts. Los reportes se distinguen de otras fuentes de información
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