Trastorno por Estrés Post Traumático. Criterios Diagnósticos

 

Eduardo H. Cazabat

Trabajo presentado en el IICongreso  Virtual de Psiquiatría , Feb. del  2001

 

Resumen
Palabras Clave
Introducción
Estrés Traumático
Curso
Predictores
Qué es Trauma?
Trastorno de Ansiedad o de la Memoria?
Trauma complejo
Conclusión
Bibliografía

Resumen

En este trabajo se presentan las características salientes de una situación traumática, se pasa revista a los criterios diagnósticos su curso  y predictores más importantes. Se trata acerca de su clasificación como trastorno de ansiedad, y los mecanismos de la memoria implicados. Se enuncia por fin, las características del Trauma Complejo

Palabras Clave

Trauma, Trastorno por Estrés Post Traumático, TPET, diagnóstico.


Introducción

El Trauma es una realidad permanentemente presente a lo largo de la historia de la humanidad. Y aunque las reacciones psicológicas frente a hechos traumáticos han sido observadas desde hace ya más de un siglo, han caído más de una vez en el olvido. Recién en las últimas dos décadas, sustentado en los movimientos pacifistas y en los movimientos contra la violencia doméstica y sexual, ha crecido el interés en el estudio del Trauma Psicológico, sus consecuencias y tratamiento.

Es que el estudio del Trauma lleva a incursionar en terrenos ríspidos, que tocan directamente aspectos centrales, tanto del poder político, como de las ideologías que recorren la sociedad. Desde los casos de torturas, secuestros, toma de rehenes, veteranos de guerra, hasta las más "íntimas" situaciones del abuso sexual y la violencia doméstica, las manifestaciones del Trauma recorren horizontal y verticalmente a la sociedad. Asimismo, cada vez más, se revelan situaciones de violencia y abuso en el origen de patologías tales como las drogadependencias, los trastornos de la alimentación, depresiones, etc.

Relativamente recientemente, en el año 1980, se establece el diagnóstico de Trastorno por Estrés Post  Traumático (Post Traumatic Stress Disorder, PTSD) en el DSM-III. A partir de aquel momento ha ido creciendo exponencialmente el interés en este trastorno, materializado en cientos de publicaciones científicas, investigaciones, creación de asociaciones, desarrollo de nuevos abordajes terapéuticos, etc.

Estrés Traumático

En 1934, Hans Selye enunció por primera vez el concepto de Estrés. Desde aquel momento hasta la fecha, la concepción acerca del mismo ha ido evolucionando. Hoy, podemos definir el estrés como “los procesos fisiológicos y psicológicos que se desarrollan cuando existe un exceso percibido de demandas ambientales sobre las capacidades percibidas del sujeto para poder satisfacerlas; y cuando el fracaso en lograrla tiene consecuencias  importantes percibidas por el sujeto (...) El concepto moderno de estrés, entonces, refleja la interacción entre 3 factores:

      El entorno
      La manera como la persona percibe el entorno (función de la personalidad, experiencias previas, etc.)
      La percepción de los propios recursos de la persona para enfrentar las demandas del entorno (o Autoeficacia Percibida).” (Cazabat y Costa, 2000)

 De acuerdo con Selye, esto provoca en el individuo dos tipos de respuesta: de afrontamiento o de huida (fight or flight, en inglés). Consecuentemente, el organismo se prepara para luchar o huir . Es así a que se produce un aumento del ritmo cardíaco, del ritmo respiratorio, de la presión sanguínea, se dilatan las pupilas, se tensan los músculos, se produce una vasoconstricción periférica, aumenta la glucemia, se libera adrenalina, noradrenalina, glucocorticoides, etc.

 Ahora bien, cuando el individuo ha experimentado, ha presenciado o se ha enterado de “acontecimientos caracterizados por muertes o amenazas para su integridad física o la de los demás, (...) y la persona ha respondido con un temor, una desesperanza o un horror intensos.” (DSM-IV, 1994) y como resultado de ello experimenta además tres clases de síntomas:

  1. Uno de reexperimentación del hecho traumático
  2. Tres de evitación y de embotamiento psíquico
  3. Dos de hiperactivación (hyperarousal)

se dice que sufre de un Trastorno por Estrés Post Traumático.

Dichos síntomas pueden ser los siguientes:

1 Síntomas de Reexperimetación:  estos pueden producirse de variadas maneras

Es de destacar que cada nueva reexperimentación del hecho traumático provoca en el individuo una réplica de la reacción de estrés original frente al trauma, provocando así  una retraumatización.  De esta manera, el trauma se autoperpetúa. El individuo queda fijado en el tiempo y es continuamente reexpuesto al hecho traumático.

2 Síntomas de Evitación: bajo esta categorización se han agrupado dos tipos de síntomas:

·        los de evitación en sentido estricto, que incluyen el esfuerzo por evitar pensamientos, sensaciones, personas, lugares, actividades, hechos etc. que recuerden el hecho traumático
·        los de carácter disociativo o de embotamiento psíquico, tales como
a.      incapacidad para recordar aspectos significativos del hecho traumático
b.      reducción del interés o de la participación en actividades que le resultaban significativas
c.      sensación de desapego o enajenación o extrañamiento
d.      reducción significativa de la vida afectiva, con incapacidad de experimentar sentimientos positivos
e.      sensación de futuro desolador y desesperanza

El individuo desarrolla esta serie de síntomas en un aparente intento de resguardarse de las emociones intolerables, o bien evitando directamente los recordatorios del trauma, o bien anestesiándose emocionalmente, ya sea por medio de mecanismos disociativos o síntomas de amnesia, ya sea por medio de consumo de sustancias, trastornos alimenticios, adicción al trabajo, etc.

3 Síntomas de Hiperactivación: también denominados de Hyperarousal

·        trastornos del sueño
·        trastornos en la concentración
·        irritación
·        hipervigilancia
·        respuesta de sobresalto exagerada

  El paciente está siempre en guardia en otro intento de permanecer a salvo de la reexposición al hecho traumático. El paciente traumatizado nunca se siente a salvo, por lo que es imprescindible la construcción de una buena alianza terapéutica como para que el paciente llegue a confiar en el clínico.

 Muchos de estos síntomas son a veces confundidos con otros trastornos, como el trastorno depresivo, de somatización, simulación, déficit de atención, personalidad borderline, antisocial, e incluso hasta con algún tipo de trastorno psicótico 

Curso

El TEPT es de aparición brusca, pudiendo producirse dicha aparición hasta años después de producido el hecho traumático.  El TPET es un diagnóstico relativamente fácil de hacer cuando el paciente refiere la existencia del hecho traumático. En cambio, cuando los síntomas son de aparición tardía, en muchas oportunidades no es evidente para el paciente la vinculación entre la experiencia traumática y sus síntomas, por lo que el clínico debería investigar siempre la existencia de tales experiencias. La historia de traumas del paciente es un elemento importante en el diagnóstico diferencial y nunca debería ser omitida. A menudo, otro de los obstáculos que encuentra el clínico, es que frecuentemente el paciente evita hacer referencia al hecho traumático para evitar el sufrimiento.

Aproximadamente la mitad de los casos que presentan esta sintomatología, suele resolverse espontáneamente en el lapso de los tres primeros meses. El resto, requieren de atención psicoterapéutica para su resolución. Obvio es decir que cuanto más temprana la intervención, más rápida su resolución. Si la intervención se demora mucho tiempo, el paciente estructura su vida en torno de los síntomas, dañando las actividades sociales, interpersonales, laborales, etc. por lo que la recuperación es más lenta y dificultosa.

Según la literatura científica, hasta un 80% de pacientes diagnosticados con TPET tiene al menos un diagnóstico psiquiátrico más, incluyendo trastornos afectivos (26%-65%), de ansiedad (30-60%), alcoholismo o abuso de drogas (60-80%), o trastornos de personalidad (40-60%) (Friedman, 1996)

Predictores

Uno de los principales esfuerzos de investigación han sido puestos en poder determinar que factores predicen mejor la posibilidad de que alguien expuesto a un hecho traumático desarrolle de un TPET. Se ha hallado que dos son los predictores más precisos:

1.      la historia previa de traumas del individuo: es así que quien ha sufrido otros traumas a lo largo de su vida, está más expuesto a desarrollar un TEPT
2.      las reacciones disociativas durante e inmediatamente después del hecho traumático. Son aquellos individuos que reaccionan predominantemente con embotamiento emocional, o experimentando el hecho traumático como si le estuviera ocurriendo a otro, no sintiendo dolor, o percibiéndose a sí mismo como desde fuera de su cuerpo.

En el DSM-IV se introdujo un nuevo diagnóstico, el de Trastorno por Estrés Agudo, en que con criterios similares al del diagnóstico de TPET, se pone el acento en los síntomas disociativos (amnesia disociativa, despersonalización, desrealización, etc.)., de tal manera que quien, inmediatamente después de la exposición al hecho traumático desarrolla los síntomas de un Trastorno por Estrés Agudo, está en mayor riesgo de que esos síntomas se perpetúen bajo la forma de un TEPT

Con respecto a las características del hecho traumático tienen más posibilidades de desarrollar un TPET  quienes estén expuestos a hechos traumáticos

1.      infringidos por la mano del ser humano
2.      por familiares directos o personas en las que se debía confiar
3.      los que son repetidos y reiterativos
4.      sufridos más tempranamente
5.      por los que se ha recibido presión al silencio

en contraposición a

1.      los de carácter natural
2.      no intencionales
3.      hechos únicos
4.      sufridos a edad más avanzada
5.      de los que se ha podido hablar libremente

que tienden a resolverse más benignamente

Qué es Trauma?

A esta altura podemos preguntarnos dónde reside la esencia del Trauma.  En la clasificación del DSM-III-R (1987), el criterio A1 requería que el individuo haya sido expuesto a un hecho “más allá del rango normal de la experiencia humana”. Vale decir que el hecho  en sí era “lo traumático”. Haber estado expuesto a un hecho “anormal” era lo que generaba la respuesta traumática. En el DSM-IV (1994), se pasa a reconocer implícitamente que los hechos traumáticos forman parte “normal” de la experiencia humana, y además se requiere en el criterio A2 que el individuo tenga una respuesta emocional intensa hacia el hecho traumático, tales como horror, terror o pánico. Esto significa que la clave del trauma está en la Respuesta traumática. La reacción del individuo es la que configura a la situación como traumática, que deja así de ser una característica inmanente del hecho en sí. De esta manera el abanico del estrés post traumático se amplía, a tal punto que alguien podría desarrollar un TPET, p. ej. al enterarse de que padece una enfermedad grave,  o que va a recibir un tratamiento doloroso, etc. La condición necesaria es que reaccione con intenso terror, pánico, desesperanza, etc.

Trastorno de Ansiedad o de la Memoria?

El TPET ha sido clasificado como un trastorno de ansiedad, junto a las fobias,  al trastorno por pánico, el trastorno obsesivo compulsivo, ansiedad generalizada, etc. Sin duda que comparte con todos ellos el denominador común de la ansiedad como síntoma predominante.

Por otro lado, también es conceptualizado como un trastorno de la memoria. Las investigaciones sobre la naturaleza de los recuerdos traumáticos, indican que el trauma interfiere en los procesos involucrados en la memoria explícita.  Durante la exposición al hecho traumático, el área de Wernicke y Broca (aquella relacionada con la codificación de la experiencia en palabras) prácticamente colapsan, reduciendo su actividad notablemente, según lo revelan los estudios de diagnóstico por imágenes. Simultáneamente, aumenta la actividad en el área del hipocampo, área esta que está relacionada con la memoria emocional. Por lo tanto, el hecho traumático queda archivado en la memoria Implícita, y sólo deficientemente en la memoria Explícita o Narrativa. Por esto el trauma es llamado también el terror sin palabras.

Todos los síntomas enumerados más arriba hasta cierto punto parecen contradictorios : quien sufre de un trastorno por estrés post traumático parece haber quedado congelado en el tiempo, fijado al hecho traumático y parece condenado a la dialéctica de, por un lado, revivirlo permanentemente (en un aparente intento de procesarlo o archivarlo) y por otro a evitarlo, olvidarlo, y/o anestesiar sus sentimientos y reacciones para evitar el sufrimiento. Pero dichos  síntomas parecen tener una función adaptativa: por un lado, proteger al individuo de la exposición al hecho traumático, y por otro lado, un intento frustrado de integrar la memoria emocional con la memoria verbal.

La memoria Explícita no recuerda, sino que revive, fallando en reconocer que el hecho pertenece al pasado. Sólo la integración de los recuerdos en la memoria Narrativa, permite la desaparición de los síntomas.

Trauma Complejo o Estés Extremo

Algunos autores (van der Kolk, Herman) postulan un nuevo diagnóstico, conocido como TPET Complejo (Complex PTSD) o Trastorno por Estrés Extremo (DESNOS; Disorder of Extreme Stress Not Otherwise Specified) para los casos en que la situación traumática se haya producido  repetidamente y a lo largo de mucho tiempo, de tal manera que la exposición prolongada al trauma condicionan el desarrollo de la personalidad del individuo. Este es el caso de situaciones de abuso sexual prolongado, cautiverio, prisioneros de campos de concentración, prisioneros de guerra, víctimas de la tortura, violencia doméstica, abuso físico y emocional, explotación sexual, etc.

Las situaciones descriptas van mucho más allá de las consecuencias que puede tener un simple hecho traumático, ya que la degradación la identidad y de su vida relacional provocan una alteraciones profundas a nivel cognitivo, perceptual, de la regulación afectiva, en la conciencia, la autopercepción, en la personalidad, la identidad.

Conclusión

Como decíamos al principio, el Trauma es un factor omnipresente en la historia de la humanidad, y en la vida cotidiana de las personas.

El concepto de trauma, su diagnóstico, mecanismos de acción y tratamiento está en plena evolución. La aplicación de estudios complementarios de alta tecnología, tales como las tomografías por emisión de positrones permitirán ir conociendo con mayor precisión los mecanismos fisiológicos implicados. El estudio del trauma complejo promete ser uno de los campos de desarrollos más importantes en los próximos años.  El avance delos tratamientos tradicionales y el desarrollo de nuevos abordajes es permanente. Todos estos y otros muchos avances en este campo permitirán mitigar, al menos en la parte que esté al alcance de los clínicos, así como de quienes formulan las políticas de salud el sufrimiento humano.

Bibliografía

American Psychiatric Committee on Nomenclature and Statistics: DSM III Washington, DC, American Psychiatric Association, 1980

American Psychiatric Committee on Nomenclature and Statistics: DSM III-R Washington, DC, American Psychiatric Association, 1987

American Psychiatric Committee on Nomenclature and Statistics: DSM IV. Washington, DC, American Psychiatric Association, 1994

Cazabat, Eduardo. Una breve historia del estudio del trauma. Trabajo presentado en el II Congreso Virtual de Psiquiatría, Febrero del 2001

Cazabat, Eduardo y  Costa, E: Stress, la sal de la vida? En Cámera, M et al (Ed) Avances en medicina Ambulatoria 2000. Bs. As. Sociedad Argentina de Medicina. 2000, pág. 117-125

Friedman, Matthew: PTSD Diagnosis and treatment for mental health clinicians. Community  Mental Health Journal 32 (2), April 1996173-189

Herman, Judith: Trauma and recovery. The aftermath of violence- from domestic abuse to political terror. 2ª ed. New York. Basic Books, 1997.

Koopman, Cheryl et al. When disaster strikes, Acute Stress Disorder may follow. Journal of Traumatic Stress, Vol 8, Nº 1, 1995

van der Kolk, McFarlane & Weisaeth (Eds.) (1996).  Traumatic Stress: the effects of overwhelming experience on mind body and society. Guilford Press, 1996

van der Kolk, B. The body keeps the score. Harvard Review of Psychiatry, Vol 1, Nº 5, 1994

van der Kolk, B. y Fisler, R. Dissociation and the fragmentary nature of traumatic memories. Disponible en http://www.trauma-pages.com/vanderk2.htm ,2001

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