Abuso Infantil y Memoria
Fuente: American Journal of Psychiatry 156(5):749-755, Ref.:39, May1999
Extraido de: www.siicsalud.com
Autores: Chu JA, Frey LM, Ganzel BL y colaboradores.
En años recientes se ha puesto énfasis en la amnesia propia de los estados de abuso infantil (AI). Se producen encendidos debates acerca de la posibilidad de recuperación de la memoria y la validez de los resultados de los tratamientos dirigidos a este fin. La imprecisión de la memoria de hechos sucedidos bajo situaciones de estrés se acompaña por una fuerte influencia de la sugestión; también puede operar una pseudomemoria -el recuerdo de cosas que no sucedieron-, que puede ser inducida. La memoria de eventos traumáticos suele ser segregada, separada de la memoria narrativa y poco sujeta a variaciones o modificaciones provocadas por nuevas experiencias. Es por ello que es inflexible, automática, no narrativa y desconectada de la experiencia habitual. Esta falta de integración es la base del recuerdo en forma de imágenes desconectadas de la memoria verbal consciente, que retiene su fuerza original. La investigación clínica sostiene la hipótesis de la amnesia disociativa y la recuperación de la memoria en relación con eventos traumáticos. La incidencia de amnesia en casos de AI se relaciona con la práctica a edades tempranas, el carácter crónico del abuso y la gravedad del episodio. Los traumas crónicos suelen asociarse con rechazo masivo, represión, disociación, autoanestesia o autohipnosis e identificación con el agresor.
Se estudian 90 mujeres de 18 a 60 años que asistían a instituciones especializadas para el tratamiento de desórdenes disociativos y postraumáticos. El 88% pertenecía a la raza caucásica, 50% no se había casado nunca y 29% eran separadas o divorciadas. Los 2 cuestionarios que autorrespondieron las participantes fueron la Escala de Experiencias Disociativas y el Cuestionario de Experiencias de Vida, que permitieron establecer la existencia de abuso físico (AF) , sexual (AS) o presencial (AP). Cada una de las intervinientes fue entrevistada por un profesional que estableció la existencia de amnesia completa o parcial. El 83% relató AF, el 82% AS y el 71% AP. Todas presentaron una alta puntuación en la Escala de Experiencias Disociativas y algún grado de amnesia completa o parcial. Los puntajes de esta Escala demostraron significativas diferencias entre las mujeres sometidas a AF, del mismo modo que ocurrió entre quienes padecieron los otros tipos de hechos aberrantes. La edad promedio en que habían acontecido estos hechos fue antes de la adolescencia y la mayor precocidad del episodio se correlacionó con el mayor grado de amnesia, tanto para el AF como para el AS. El hecho de que estos episodios ocurrieran a temprana edad se correlacionó también con altos puntajes de la Escala de Experiencias Disociativas, en las 2 primeras modalidades descriptas. Si bien no todas las diferencias fueron significativas, también los puntajes de la escala se correlacionaron con el número de hechos padecidos. Por ejemplo, quienes habían sufrido AS en más de 100 oportunidades tuvieron valores de disociación significativamente mayores que los observados entre quienes presentaron menos de 10 episodios. La mayoría de las participantes que relataron amnesia completa para el AF o AS tuvieron su primer recuerdo mientras estaban en su casa o solas, mientras que sólo una de cada grupo refirió que esto había acontecido durante una sesión de terapia. Cuando recordaron por primera vez su episodio traumático, 45% de quienes habían padecido AS, 48% de las sometidas a AF y 15% de las que sufrieron AP no se encontraban realizando tratamientos de tipo psicológico. La gran mayoría de las participantes no refería haber estado sometida a sugestión en el momento de recordar su experiencia pasada. De las que pudieron corroborar los hechos, más de la mitad habían sido sometidas a AF.
Estos resultados se corresponden con el alto grado de disociación propio de los niños y la utilización de amnesia como mecanismo defensivo frente a la reiteración de hechos traumáticos. La mayoría de las mujeres entrevistadas relataron pérdida de la memoria durante lapsos importantes de sus vidas, no necesariamente a través de mecanismos de represión sino por la alteración de los mecanismos de procesamiento y almacenamiento de la información durante la infancia. De este modo, la memoria traumática se muestra claramente diferente de la ordinaria. Un grupo de pacientes que aun con alta frecuencia de episodios de abuso de distinta índole manifestó relativamente bajos niveles de disociación y de amnesia puede responder a la existencia de un subgrupo de individuos que se consideraran con poca capacidad disociativa, ya sea por causa innnata o vinculada a factores ambientales. Se confirma, a través de esta investigación, que ni la hipnosis ni la psicoterapia, por sí mismas, son capaces de provocar pseudomemorias. Entre las limitaciones de este estudio se cuenta el hecho de que sea de tipo retrospectivo (distorsiones e imprecisiones de los autoinformes) y la naturaleza de las pacientes (mujeres, caucasianas y con cierto grado de discapacida . Del análisis de los resultados no pueden extraerse conclusiones respecto de diferencias entre los distintos tipos de abuso, señalan los expertos.