La comedia sexual moderna*

 

Autores: Lic. Diana Kornhauser y Dr. Roberto S. Gilszlak

Somos una sociedad de actores y actrices. Vivimos representando personajes y no nos damos tiempo para ser nosotros mismos. Frente a la conquista de una pareja debemos mostrarnos seguros no muy duros. dulces o firmes: nunca mostrar nuestras dudas y debilidades... Pero aun teniendo conciencia de nuestra actuación podemos consolarnos pensando que somos verdaderos en la intimidad. ¿Es cierto? ¿No nos estaremos engañando como hacemos con nuestro planeta que mientras lo destruimos a diario nos tranquilizamos manteniendo reservas naturales?

Y mientras creemos que mantenemos nuestro ser libre de hipocresías no nos atrevemos a mostrarnos tal como somos. Seguimos siendo actores en nuestra propia intimidad si ocultamos y nos ocultamos detrás de una fachada. ¿Acaso somos sinceros en nuestra vida sexual? ¿No actuamos frente a nuestra pareja? ¿Le decimos lo que nos gusta y que cosas nos disgustan? ¿Le informamos que el encuentro fue o no, lo suficientemente placentero?

Para satisfacer las exigencias culturales actuales se debe disfrutar de la sexualidad con orgasmo; pero no siempre fue así. No hace tanto que una mujer debía disimular que gozaba de la sexualidad si no quería ser acusada de ligera.

Hoy contrariamente para que una mujer se sienta aceptada debe conseguir que su compañero sexual sienta que él fue lo suficientemente hábil como para hacerla llegar hasta el orgasmo. Si él no queda satisfecho con su actuación podría abandonarla.

Ya tenemos los elementos necesarios para montar la comedia: los actores que conocen bien sus papeles y el argumento. La cama es el escenario; se levanta el telón y comienza la función. Si actúan bien recibirán el premio: el aplauso y la aprobación del otro.

Se puede vivir interpretando el sexo y simulando el orgasmo toda la vida pero estará presente la frustración de no ser uno mismo. Las parejas sólo podrán afinar los instrumentos de la sensualidad y el erotismo hablando e intercambiando información acerca de qué les pasa, qué les gusta y cómo les gusta. Al compartir no sólo los momentos en los que disfrutan plenamente sino también cuando no pueden hacerlo se sentirán más cerca, más aliviados, sin obligaciones ni necesidad de engaños y autoengaños.

El orgasmo en el encuentro sexual no siempre esta presente, no hay que actuarlo sino enfrentar la dificultad y buscar ayuda.

La ficción del placer sexual es la garantía para no llegar jamas a conocerlo. El primer paso hacia la experiencia orgásmica es simplemente reconocer su carencia.

 

* Este artículo forma parte de "Orgasmo. El camino del placer". Artículo publicado por Cuerpo Mente. Abril de 1997. España.

 

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