HOMBRES Y EQUIDAD DE GÉNERO EN SALUD SEXUAL Y
REPRODUCTIVA
Fuente:
http://www.paho.org/spanish/hdp/hdwmuje.htm
Extraído:
Programa sobre Mujer, Salud y Desarrollo. Marzo 2000. Número 18
Posteriormente a la
Conferencia Internacional de Población y Desarrollo (El Cairo 1994) y la Cuarta
Conferencia Mundial de la Mujer (Beijing 1995) el tema de la participación de los hombres
en salud sexual y reproductiva ha ganado mucho interés, por la siguientes razones:
- la
concientización de que las relaciones de género inequitativas afectan la salud
reproductiva de ambos sexos de maneras múltiples;
- la existencia
de evidencias de los efectos negativos de ciertos comportamientos de riesgo de algunos
hombres para la salud de las mujeres e hijos;
- la solicitud
por parte de las mismas mujeres para que se incorpore al hombre en los servicios de salud
sexual y reproductiva;
- la
preocupación por las infecciones transmitidas sexualmente (ITS) y el VIH/SIDA;
- el interés
creciente por parte de los hombres para mejorar su propia salud y la de sus parejas
sexuales y familias.
Existe cierta
evidencia de que los hombres están más interesados de lo que se cree generalmente en
salud sexual y reproductiva sin embargo, se puede dificultar su participación de manera
género-sensitiva:
Promover la
participación de los hombres y el interés compartido entre los sexos supone cimentar
nuevas formas de ser y pensar masculino, es decir trabajar en la construcción de
masculinidades y feminidades equitativas, flexibles y diversas. Trabajar desde una
perspectiva de género implica un abordaje de derechos humanos y de equidad.
Los hombres tienen
necesidades propias en materia de salud sexual y reproductiva pero frecuentemente estas no
son atendidas. Entre otros, los hombres necesitan información y servicios en los
siguientes aspectos:
promoción de
actitudes y prácticas responsables y compartidas hacia la sexualidad, el embarazo, la
paternidad y la crianza de los hijos.
sexualidad y
disfuncionamiento sexual,
- planificación
familiar (incluyendo vasectomía),
- prevención y
tratamiento de ITS y VIH/SIDA,
- urología,
- atención de
infertilidad,
- detección y
atención de cáncer,
- salud mental,
- prevención de
violencia de género y general,
- abuso de
sustancias.
Algunas
experiencias piloto han mostrado que el aumento de la participación de los hombres en los
servicios de salud reproductiva no implica necesariamente inversiones financieras
considerables como, por ejemplo: horarios especiales de atención para los hombres,
invitar que los hombres concurran con sus parejas, proporcionar entrada y salas de espera
separadas, contratar a proveedores y educadores masculinos, modificar la decoración de la
clínica, actividades de promoción y prevención en espacios que no son de servicios,
como el espacio laboral o recreativo, entrenamiento de capacitadores de pares en temas de
salud sexual y reproductiva.
El abordaje de ciclo
de vida en salud reproductiva abre oportunidades para trabajar en cambios favorables desde
la niñez. Las actividades de promoción de la salud sexual y reproductiva durante las
etapas de la niñez y la adolescencia facilitarán el desarrollo de habilidades para la
vida que permitirán una vida sexual y reproductiva sana, responsable y feliz y la
habilidad de tomar decisiones informadas, compartidas y respetuosas.