LAS PASTILLITAS ESAS *
Autora: Laura E. Asturias *
La casa Pfizer, no contenta con
inventar esa "pastillita levanta-muertos" mejor conocida como Viagra, se lanza
ahora a la búsqueda de otra maravilla dosificada que vendría a hacer efectiva la
satisfacción sexual femenina y que estaría disponible para el año 2000.
Y no lo hará bateando en el aire, sino basándose, según reporta el diario británico
The Sunday Times, en una investigación que reveló que casi la mitad de las mujeres del
mundo jamás ha experimentado un orgasmo. Este estudio habría arrojado datos tan
alarmantes sobre la supuesta "incapacidad" de las mujeres para tener orgasmos,
que se dice que las cifras superan las correspondientes a la impotencia masculina.
Gran descubrimiento. La Pfizer se topó con el agua azucarada. Porque si son tantos los
hombres (aun los impotentes) que por gusto o necesidad andan probando su virilidad a
diestra y siniestra, fácilmente se deduce
que sea mayor el número de mujeres insatisfechas.
Al crear el Viagra, la intención de la Pfizer no habrá sido evidenciar la magnitud de la
impotencia masculina. Sin embargo, la celeridad con que la famosa pastillita fue aprobada,
así como el número de hombres que han corrido a comprarla, han puesto de manifiesto no
sólo el mito del macho "scout" -¡siempre listo!- sino también lo mal que
andan muchos en sus relaciones sexuales. Porque haciendo a un lado las causas físicas que
pueden dar lugar a la impotencia en los hombres, resulta obvio que muy poco satisfactorio
debe ser, también para ellos, "hacer el amor" como quien va a al baño con un
ataque de diarrea.
Tremenda osadía, ésta de comparar una cosa con la otra. Sin embargo, muchas mujeres
darían fe (y la dan) de que el sexo de esa forma es una de las principales causas de
infelicidad e insatisfacción sexual en su relación, sea ésta conyugal o no. El famoso
"padentro-pafuera" sigue siendo la experiencia cotidiana de
muchísimas que erróneamente todavía piensan (debido a esa bíblica mala costumbre de
condenar al género femenino) que su falta de orgasmos, aun en compañía de hombres que
dicen amarlas, es "culpa" de ellas.
Aquí hay algo importante que debe
rescatarse. Las mujeres no tenemos la "culpa" de nunca haber experimentado un
orgasmo. ¿Cómo puede haber culpa en algo que se nos ha negado desde hace siglos? Se nos
ha vedado el
derecho a conocer nuestro cuerpo y experimentar plenamente sus sensaciones y respuestas.
Se nos ha dicho que hay algo de "sucio" y pecaminoso en el placer, aunque la
misma naturaleza nos ha dotado perfectamente de la capacidad para experimentarlo. No es
una casualidad que las mujeres, a diferencia de los hombres, tengamos un órgano no
reproductor -el clítoris- cuya única función es la de darnos placer (es por esto que
musulmanes y cristianos les mutilan este órgano y otros genitales a las mujeres en muchos
países árabes: para "neutralizarlas" y así controlarlas).
Y ahora, muestra de esa otra mala costumbre de medicalizarnos para compensar nuestros
vacíos afectivos, pretenden drogarnos para tener orgasmos. ¡Sólo eso nos faltaba! Ya es
hora de que las mujeres comprendamos que, si de placer se trata, no lo encontraremos en
una pastillita milagrosa que nos haga un "favor" que no nos hacen ni siquiera
quienes dicen amarnos. El placer, como toda expresión de sensualidad, está en la punta
de los dedos. Entonces, mujeres, ¡manos a la obra!
* Publicado en el Diario Siglo Veintiuno
(Guatemala), 4-VII-98
* Laura E. Asturias (Guatemala) es editora de la Revista Tertulia